Mi opinión
Cuadro Básico de Medicamentos ¿Una tarea bien cumplida y actualizada?
Miércoles, 28 de agosto de 2019, a las 17:27
Juan J. Suárez M. Medicina Interna-Hepatología. Profesor principal de Medicina-USFQ
Empecemos por felicitar la aprobación definitiva y publicación del mismo por parte del Ministerio de Salud Pública (MSP) luego del trabajo realizado con el apoyo del Consejo Nacional de Salud (CONASA), entidad condenada a desaparecer cuando se apruebe el nuevo Código de la Salud (¿decisión que tal vez se debería reflexionar?)
He realizado una revisión cuidadosa del cuadro publicado gracias al archivo adscrito en Redacción Médica. Debo congratularme por la incorporación de nuevos medicamentos o principios activos de actualidad. Por mencionar algunos de interés en la especialidad de la Hepatología, en la que puedo opinar con conocimiento, y que paso a señalar:
La terlipresina, medicamento considerado de elección en el tratamiento del sangrado digestivo asociado a Hipertensión Portal y Síndrome Hepato-rrenal tipo I, ambas complicaciones que se presentan en pacientes cirróticos.
La gammaglobulina hiperinmune contra hepatitis B, para la prevención del contagio de hepatitis B; el tenofovir y Peginterferón-alfa 2b; y el sofosbuvir y ribavirina para el tratamiento de la hepatitis B y C respectivamente.
Sin embargo, hay claras ausencias en este listado, como son:
La resín-colestiramina, un quelante de sales biliares, que es usado en el tratamiento del prurito colestásico y la diarrea colerética por sales biliares, de diversa etiología.
El ursodiol o acido urso-deoxi-cólico (AUDC), un ácido biliar muy útil en presencia de colestasis, que puede acompañar a la hepatitis de diversa etiología, al embarazo, en el post-trasplante hepático, y que actúa como prevención y efecto disolvente de litiasis biliar, cuando hay contraindicación quirúrgica.
El ganciclovir y valganciclovir, unos antivirales específicos para el tratamiento de una infección por citomegalovirus (CMV), en pacientes inmuno-suprimidos y trasplantados.
El flumazenilo, un antagonista de los receptores de las benzodiacepinas, precipitante de Encefalopatía Hepática, usado como antídoto en caso de intoxicaciones, sedación anestésica o intentos de suicidio por estos ansiolíticos.
La rifaximina, un antibiótico no absorbible, no tan nuevo, aprobado y utilizado en el tratamiento de la Encefalopatía Hepática (otra complicación de la Cirrosis Hepática), en esterilización intestinal pre-operatoria y algunos casos del Síndrome del Intestino Irritable.
La L-ornitina-L-aspartado (LOLA), dos aminoácidos que intervienen en el ciclo de la urea y glutamina, utilizados por vía intravenosa en el tratamiento emergente y en UCI de la Encefalopatía hepática.
También se han cometido errores al mantener medicamentos ya abandonados en su uso:
La lamivudina, usada en combinación con otros antivirales en HIV (así consta también en el listado), pero ya no usada sola como antiviral en hepatitis B, por el alto grado de resistencia que genera.
Tratamientos incompletos como:
El sofosbuvir, un antiviral específico para el tratamiento-curación de la hepatitis C, no se usa solo, ni siquiera asociado a ribavirina, sino en combinación con otro(s) antiviral(es), como: sofosbuvir-velpatasvir, sofosbuvir-ledipasvir o sofosbuvir-daclatasvir, entre otros -al menos contar con uno de ellos-.
Entiendo, que medicamentos más modernos o recientes, quizás con una evidencia menos sólida en estudios controlados no se hayan incorporado al listado (aquaréticos o vaptanos, prostaglandinas inyectables, pre-pro y simbióticos, entre otros), pero algún mecanismo expedito debería existir para su solicitud, adquisición e importación en caso de necesidad, con una justificación respaldada.
Es casi seguro que otras Sociedades Científicas y Médicos podrán observar, criticar, ampliar o reducir los medicamentos publicados en este Cuadro básico y se debería prever un mecanismo de depuración, que no tenga que esperar 4-5 años a una nueva actualización.
En definitiva, un esfuerzo con un trabajo lento, demorado, ciertamente complejo, que felizmente ha concluido, aunque existía la base del Cuadro Básico anterior y la “Lista Esencial de Medicamentos”, publicada este año por la OMS, que contextualizada a nuestra realidad epidemiológica y económica, se pudo usar como base para agilitar el proceso.
Insisto en que no se promovió la participación, al menos completa, de las Sociedades Científicas de las distintas Especialidades Médicas, lo que pudo haberlo depurado, hacerlo más completo y actualizado.
Otra realidad distinta será que efectivamente estos medicamentos se compren en la cantidad necesaria, sean de calidad comprobada y estén disponibles cuando y donde se necesiten. Ya lo veremos!
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