Mi opinión
Insumos, equipos médicos y medicamentos
Jueves, 25 de julio de 2019, a las 15:17
Juan J. Suárez M. Medicina Interna-Hepatología. Profesor principal de Medicina-USFQ
Perdón que recurra a una pregunta con un ejemplo común o burdo de contraste, ¿en cualquier hogar, por humilde que sea, se termina o no está disponible el papel higiénico? La respuesta segura es que no. Cualquier jefe de familia está pendiente y antes de que se termine el último ejemplar, adquirirá uno o varios ejemplares.
Pero, en el sistema público de salud, desde que tengo uso de memoria, en distintas épocas y gobiernos escuchamos noticias y quejas de los usuarios, que en un sistema “supuestamente gratuito”, los insumos médicos escasean o se acabaron, que no realizan ciertas pruebas de laboratorio porque se terminaron los reactivos, y en estos días nos han contado (porque suena a “cuento”) que se ha caducado un lote importante de medicamentos, que seguro se compraron en exceso en relación a su demanda real, con un contrato al parecer sin cláusula de devolución y cambio al acercarse su vencimiento y con una ingente pérdida económica para la institución y el país. ¿Cómo puede suceder esto?
Recuerdo que cuando ejercía de Médico Rural, recién graduado, de eso hace ya muchos años, cuando retirábamos insumos y medicamentos en a Dirección Provincial de Salud, con un listado controlado y restringido, había un bodeguero que era “caucionado”, es decir respondía ante la institución y la ley por pérdida, caducidad y mal uso del material retirado y, tenía un “cardex” de control de lo existente.
Cosa parecida dicen que sucede con equipos médicos arrumados en bodegas, algunos nuevos no usados sin destino, o dañados sin reparación (menos costosa que comprar uno nuevo) o simplemente sub-utilizados en su lugar de destino, por falta del personal técnico o profesional capacitado. Eso difícilmente ocurre en otros países o en una Clínica u Hospital privado de nuestro entorno, que no pueden permitirse ese dispendio ¿Por qué en el Estado si ocurre?
Uno podría entender que el presupuesto en salud tiene tendencia a crecer, parece imposible que pueda cubrir la demanda creciente, parece que no hay presupuesto que alcance, pero mucho menos si existen situaciones de ineficiencia y desperdicio.
Nos preguntamos: ¿existe planificación previa; son previsibles las autoridades y funcionarios responsables en contrastar la demanda real de insumos, pruebas, medicamentos y equipos con las necesidades reales, con el ejercicio histórico o por lo menos anual previo; son eficientes y transparentes en los procesos de licitación y adquisición; influencian contactos e intereses de proveedores y casas farmacéuticas?
Las respuestas parecerían apuntar en primer lugar, a que: a nadie le importa el coste y el dinero gastado por el Estado, sea el IESS o el MSP en estos rubros, cuando en realidad el dinero es de todos y cada uno de los ciudadanos, vienen de los aportes, de la riqueza nacional y de los impuestos.
En segundo lugar, parece evidente que no hay planificación en los insumos y medicamentos ni una política de mantenimiento y reparación de los equipos médicos, siendo hoy más fácil con el aporte de programas informatizados. Tercero, hay incapacidad, falta de control, transparencia y gestión, total desidia y falta de sentido común.
Cuarto, lo más importante, al decir de algunos o de muchos (“piensa mal y acertarás”), hay intereses e interesados que no quieren que esto cambie o mejore, que lucran de estos procesos oscuros y corruptos, “verdaderas mafias” Hablamos seguro de cantidades muy importantes de dinero y “negocio”. ¿A alguien le importa? ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Qué esperan para corregir este atávico problema?
MÁS ARTÍCULOS