Genética y Ciencia
Ortopoxvirus y la viruela del mono
Martes, 31 de mayo de 2022, a las 10:25
César Paz-y-Miño, Academia Ecuatoriana de Medicina y Genomics Lab.
El Ortopoxvirus un virus de ADN que afecta a los simios y de manera inusual contagia a humanos, es el causante de la nueva preocupación mundial de enfermedades virales emergentes. En este momento es la enfermedad más prevalente en los humanos desde el desaparecimiento de la viruela a fines de los 70. No se conoce con exactitud el origen de este virus descubierto en 1958 en primates, pero se piensa que podría venir de roedores.
Este Ortopoxvirus produce la viruela zoonótica y en humanos determina una forma menos grave de viruela, aunque no siempre, y que se transmite de persona a persona de manera poco eficiente y poco frecuente. En el mundo en la actualidad se han registrado enfermos con viruela del mono en al menos 18 países, incluido una persona en Ecuador, y se informan más de 400 casos fuera de África donde esta afección parece ser endémica en el centro y occidente africano.
La manera de trasmisión es por contacto estrecho del material infeccioso a través de las lesiones cutáneas de una persona a otra, de igual manera se transmite por gotículas de saliva o estornudos cercanos, contactos cara a cara, por objetos contaminados y por fluidos corporales.
Los síntomas se producen entre 6 a 21 días y se inicia con dolores de cabeza, fiebre, escalofríos, dolores musculares, fatiga extrema, ganglios linfáticos inflamados (la ciruela clásica no presenta este signo). Aparecen lesiones pustulosas (ulceritas con pus y costras) en las partes externas del cuerpo como cara y extremidades, para luego propagarse hacia el interior del cuerpo, incluyendo palmas de las manos y plantas de los pies.
A finales de los 70 se dejó de vacunar de viruela porque había sido controlada y desapareció del planeta. Está vacuna proporcionaba reacción inmunológica cruzada eficaz contra la viruela de mono, al parecer con una eficacia del 85 por ciento. Se cree que la población no vacunada nacida después de 1978, podría ser más propensa a enfermar de manera leve, con poca probabilidad de muerte. No hay evidencia de que esta enfermedad se convierta en pandémica, por lo que la propia OMS ha recomendado la vacunación exclusivamente en los contactos cercanos.
Desde el punto de vista del genoma viral, la secuencia del ADN muestra que es una variante diferente a la viruela tradicional, que explicaría una mortalidad mucho menor 1 por ciento frente a la tradicional del 10 por ciento. Se lo detecta por pruebas de PCR específicas. El genoma consta de 190 mil pares de bases químicas Adenina, Guanina, Timina y Citocina, obtenidas de más de 50 muestras de pacientes infectados.
Aunque la primera secuencia solo abarca el 92 por ciento del genoma viral, ya se tiene la secuencia completa al 100 por ciento. En el análisis del origen filogenético se observa que el virus 2022 pertenece al clado (antecesor) de África Occidental y está más estrechamente relacionado con los virus asociados con la exportación del virus de la viruela del mono de Nigeria a varios países en 2018 y 2019. Por ahora las variantes genómicas son muy escazas, se han informado 5 puntos de variantes sin sentido, es decir, no proporcionan diferencias sustanciales en el comportamiento del virus.
En la actualidad, a parte de la vacuna tradicional contra la viruela, se cuenta con una vacuna aprobada hace poco tiempo que se ha demostrado eficaz frente a esta viruela. Adicionalmente, aunque no existe tratamiento específico contra la viruela del mono, y se debe dar medidas generales como antifebriles, hidratación, reposo y aislamiento, dos antivirales aprobados por la FDA contra la viruela humana: tecovirimar y brincidofovir, pueden ser útiles al momento del tratamiento.
Este nuevo virus, podríamos en algo comparar al COVID-19, pero si su contagiosidad, por lo que tenemos alguna experiencia de cómo frenarlo. Las medidas de control biológico como uso de mascarilla, distanciamiento social, desinfección de manos y utensilios, vacunación a los contactos, son recomendados por la Organización Mundial de la Salud. No nos enfrentamos a una nueva Pandemia.
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