Mi opinión
Reflexiones sobre la infección del coronavirus
Miércoles, 11 de marzo de 2020, a las 14:38
¿Será que por primera vez podemos hacer algo bien?
* Juan J. Suárez M. Medicina Interna-Hepatología. Profesor principal de Medicina-USFQ
Como era previsible y casi imposible de evitar la infección por coronavirus, el ya famoso COVID-19, se confirmó en nuestro país en una persona adulta mayor, procedente de Madrid España. Como parecía lógico, siguiendo las recomendaciones de la OMS y los protocolos de actuación de países y autoridades de salud, se procedió a la contención del virus, como primer escenario, es decir: detectar, aislar y vigilar a los posibles contactos y potenciales contagiados (pasajeros del avión, familiares y otras personas en contacto en las ciudades de Guayaquil y Babahoyo) con el caso índice.
Ecuador lidera el número de casos en América de sur. Deberíamos liderar también la iniciativa de un manejo adecuado y racional evitando los dos extremos, la paranoia y el pánico por un lado o la despreocupación irresponsable por el otro. Una actuación proporcional, con guía académica-profesional y basada en las evidencias disponibles, siguiendo las directrices, ¡sin inventar nada!
Recordemos que en el pasado nos llegó el brote epidémico del cólera y luego del dengue, que fueron mal manejados y que se han quedado en nuestra epidemiología local. Solo podemos jactarnos, por esfuerzo público y privado de la erradicación de la oncocercosis o “ceguera de los ríos”.
Hoy vemos que el manejo informativo, epidemiológico y de contención no es el esperado. ¿Por qué? Acaso, no hay epidemiólogos e infectólogos muy capaces en nuestro país y algunos trabajando para el MSP, denles la responsabilidad y capacidad de manejo.
Curiosamente, y para bien, las cadenas informativas y mensajes por radio, prensa y televisión parecen sensatas, con información útil. Los datos se están actualizando día a día y eso está muy bien.
Mantener oculto el centro de asistencia de la paciente hospitalizada y grave, me parece un error. Concentrar el diagnóstico confirmatorio en un solo sitio, podría parecer adecuado a priori, pero si los casos aumentan el proceso se va a complicar y generar un retraso de confirmación, muy perjudicial en el manejo de un brote epidémico. Piensen en ampliar.
Hay personas que siguen actuando en forma absurda, usando y agotando las mascarillas, comprando con exageración en supermercados alimentos y en farmacias medicamentos. ¡Que absurdo!
El problema parece estar en la cabeza de quien dirige la salud pública en nuestro país y/o de sus asesores, que se permiten opinar sin conocimiento, confundir China con Corea, influenza B con hepatitis B (ambas infecciones virales, pero diametralmente diferentes) y haber creado un pánico previo innecesario del supuesto primer caso, descartado y lamentablemente fallecido. En cualquier otro país por vergüenza propia la Ministra hubiese renunciado o el Presidente le hubiese pedido la misma, pero acá no pasa nada. ¿Qué espera para dar un paso al costado?
No es un pecado desconocer algo, menos sobre una infección viral totalmente nueva, pero si lo es, opinar absurdos, no asesorarse y no delegar a quien conoce.
¡No hay que inventar el agua tibia! y peor pretender ser original con declaraciones absurdas o decisiones impropias. Es más fácil seguir lineamientos ya descritos por autoridades de otros países y organismos internacionales, con un contextualización a nuestra realidad sanitaria, económica y logística.
La Academia Ecuatoriana de Medicina organizó un Panel de discusión, con algunos profesionales escogidos por sus méritos de formación. Una iniciativa digna de aplaudir. Ojalá algún miembro del MSP, que asesora o toma la decisiones haya estado presente. La Sociedad de Infectología ya debería estar trabajando en una propuesta de actuación para discusión y aplicación del MSP.
Todavía estamos a tiempo, de hacer las cosas mejor que antes y bien. ¿Qué esperan?
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