Mi opinión
Veinte medidas, normas o disposiciones que mejorarían nuestro Sistema de Salud
Viernes, 14 de febrero de 2020, a las 17:07
* Juan J. Suárez M. Medicina Interna-Hepatología. Profesor principal de Medicina-USFQ
En mi modesta opinión, hay veinte (20) medidas, normas o disposiciones que debería tomar el Ministerio de Salud Pública (MSP), la mayoría de ellas sin gasto económico, que son de sentido común, que corrigen distorsiones y que mejorarían significativamente el ejercicio profesional y la Salud en la población ecuatoriana. Si algunas de estas medidas ya están normadas, entonces controlar y exigir que se cumplan. Otras medidas deberían implementarse a un plazo algo mayor, dado que implicaría planificación, incremento presupuestario y coordinación con otras entidades ¿Cuáles serían éstas?
Sobre medicación y tratamientos
Primera: Incorporar la norma de que todos los medicamentos se vendan con el respaldo obligatorio de una receta médica. Prohibir con sanción que los boticarios, farmacéuticos o simples empleados de farmacias prescriban medicamentos y controlar que se cumpla. Solo el tema de los antibióticos y su resistencia lo justifica (la simple Aspirina® o el acetaminofen pueden generar efectos adversos, enfermedad y muerte).
Segunda: Que los medicamentos genéricos tengan control de calidad, con estudios de bio-disponibiliad y bio-equivalencia, y que estos controles aleatorios deban ser costeados por los provean y vendan, aun con subasta inversa, al MSP y el IESS.
Tercera: Que ningún médico pueda, como actividad paralela vender medicación, incluso alternativa (homeopatía) o insumo médico alguno personalmente, por medio de un familiar o de terceras personas. Pueden dedicarse al comercio como una actividad alternativa, pero sin conflicto de interés con el ejercicio profesional.
Cuarta: Disponer que las farmacias hospitalarias para uso interno y externo no puedan cobrar más del precio autorizado comercial, ni incorporar las clínicas y hospitales rubros adicionales por su administración. Con el porcentaje de descuento de compra, e incluso mayor por el volumen, el rubro de ganancia es más que razonable y suficiente.
Quinta: Que se prohíba la propaganda de medicamentos por radio, prensa, televisión y pancartas en carreteras, incluso de supuestos productos inocuos como las vitaminas, supuestos “hepato-protectores”, entre otros (¡la simple vitamina A puede ser tóxica!). Están induciendo a engaño y consumo casi siempre innecesario y sin beneficio demostrado.
Sexta: Que controlen la Medicina Tradicional, herbaria y alternativa, con los mismos parámetros de exigencia que a la Medicina Alopática.
Séptima: Debería estar terminantemente prohibido la venta en la vía pública de alimentos, bebidas, aguas e infusiones de hierbas, sin normas de higiene garantizadas, sin registro sanitario y aprobación previa.
Sobre la historia clínica
Octava: Que al nacimiento cada recién nacido a más de ser inscrito en el Registro Civil, su número de historia clínica corresponda al de su cédula de identidad. En un sistema informatizado, al que debemos migrar, esta información debería ser subida a la nube y tener un acceso universal, obviamente con los seguros respectivos a la privacidad.
Novena: Que se aplique en forma completa el “Expediente Único para la Historia Clínica-Registro Médico Orientado por Problemas” aprobado a nivel nacional. Esto mejoraría la recolección y procesamiento de la información de cada paciente y generaría una base de datos completa y confiable. Desde luego mejor si es informatizada.
Sobre diagnóstico
Décima: Que se estandaricen los reactivos y exista control de calidad en todos los laboratorios clínicos, no solo en las grandes ciudades.
Décima primera: Que se prohíba explícitamente que los laboratorios clínicos y los centros de imagen otorguen beneficios económicos por solicitud de pruebas y que los médicos usuarios reciban estipendio adicional por ello.
Décima segunda: Que se controle la expansión de servicios de laboratorios clínicos hacia otros procedimientos diagnósticos (Imagen o endoscopia), sin un adecuado control de calidad o que se constituyan como alternativa en “Centros integrales de Diagnóstico” bien supervisados.
Sobre los seguros médicos
Décima tercera: Que se controle y regule, para evitar abusos, a los Seguros Médicos de prepago nacionales y extranjeros. Conceptos con absurdos y malas prácticas relacionadas como “preexistencia, tiempo de latencia y papeleo” perjudican a muchos usuarios, que descargan al sistema público, pero que tienen derechos a ser protegidos.
Sobre prevención
Décima cuarta: Unas campañas serias y perseverantes sobre la efectividad de las vacunas y la necesidad de una estricta cobertura, claramente contraria al movimiento novelero “anti-vacunas” en crecimiento. También a favor de una cultura de donación de órganos y tejidos y otra en contra de la automedicación en general y de antibióticos en particular.
Décima quinta: Incorporar la vacunación contra la hepatitis A, altamente efectiva, al esquema general de vacunación (por clara recomendación de la OPS/OMS en países con alta prevalencia); no han considerado la posibilidad, aunque baja, de hepatitis fulminante con alta mortalidad y los gastos indirectos: ausentismo escolar y laborar, gastos en exámenes, consultas y tratamientos. También tendrían que valorarse en base a un estudio serio de coste-efectividad la aplicación de vacuna contra la varicela y virus del papiloma humano y quizás extender las indicaciones de vacuna antigripal.
Décima sexta: Perseverar en la campaña anti-tabaco con un programa de ayuda para deshabituación al mismo. Incorporar una campaña igual de contundente contra el consumo y abuso de bebidas alcohólicas, incluso las de bajo grado (cerveza y alcohol); ambos factores de riesgo causantes de morbimortalidad, accidentes de tránsito, violencia doméstica y social, lacras de la sociedad actual.
Décima séptima: Promover con campañas públicas la alimentación sana y cambio de malos hábitos alimentarios (exceso de grasas-frituras y carbohidratos: dulces y harinas) con educación desde la edad preescolar, corrigiendo el expendio en bares escolares, penalizado a las comidas y bebidas “chatara” hipercalóricas. Concomitante, una promoción de actividad física constante y si fuera posible diaria, que como contrapeso exija: ciudades con veredas decentes para caminar; más espacios verdes, con parques y canchas deportivas para caminar y practicar deportes; incrementar las horas de deporte en el sistema educativo y laboral; y seguridad para poderlo practicar.
Sobre políticas públicas
Décima octava: Que se instaure como una política pública y obligatoria de salud el mantenimiento programado de los equipos médicos y fondos previsivos para su reparación. Además, la dotación constante de insumos médicos, reactivos de laboratorio y medicamentos, con reservas y previsión suficiente.
Décima novena: Procurar implementar un Programa de educación continuada (médico rurales y generales) y Residencias Médicas Programadas en todo hospital (docencia para la formación de especialistas) no solo de tercer nivel, en coordinación con las Universidades y Sociedades Científicas acreditadas (deberían desaparecer paulatinamente los “Residentes Asistenciales”).
Duodécima: Que consideren un pago más justo para médicos, enfermeras y el resto del equipo de salud, en consideración al esfuerzo formativo, de actualización y a la labor que ejecutan, sin tener que esperar huelgas o protestas; simplemente por justicia y equidad remunerativa.
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