Advertencias y recomendaciones para prevenir la hepatitis alcohólica
Los análisis de sangre y orina para detectar alcoholes son cada vez más comunes
Ante cualquier síntoma relacionado a la enfermedad es necesario acudir al médico.
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Redacción. Quito
El 28 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Hepatitis con el objetivo de concientizar sobre la enfermedad y promover el cuidado del hígado, un órgano vital, que tiene muchas funciones y múltiples formas de dañarse.
La hepatóloga
Shreya Sengupta, directora médica del programa multidisciplinario de alcohol del Departamento de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición de Cleveland Clinic, ha explicado que el hígado se encarga de procesar nutrientes, filtrar la sangre y combatir las infecciones, sin embargo, puede inflamarse por toxinas, medicamentos, hepatitis autoinmune, infecciones virales y
consumo de alcohol sin moderación.
Ha indicado que la hepatitis aguda inducida por alcohol puede ser solo una respuesta temporal a un exceso de consumo, pero cuando se convierte en una afección crónica, amenaza con causar daños permanentes en el hígado.
De acuerdo a lo informado, algunas personas son más sensibles y sus hígados reaccionan incluso a un consumo moderado, mientras que otros pueden beber más sin inducir hepatitis. Las diferencias genéticas pueden explicar parcialmente esto, es posible que corran más riesgo aquellas personas con antecedentes familiares de trastorno por consumo de alcohol o enfermedad hepática.
Por este motivo, la especialista ha señalado que, como mínimo,
40 gramos de alcohol para las mujeres y 60 gramos para los hombres son suficientes para causar lesiones en el hígado. “Probablemente no hay una cantidad segura de alcohol que hayamos podido definir. Cada uno tiene su propio riesgo, y probablemente al final del día, menos es más”, ha asegurado.
En este contexto, ha detallado que los signos y síntomas de la hepatitis asociada al alcohol pueden ser inespecíficos, lo que hace que a veces sea un poco difícil de diagnosticar. No obstante, ha recomendado estar alerta a los siguientes: aumento de peso, en particular la hinchazón abdominal, la distensión abdominal debido al líquido en el abdomen llamado ascitis, y luego, contrariamente a la intuición, la pérdida de peso, pero no grasa, solo pérdida de masa muscular.
También se puede tener
ictericia o ictericia escleral, coloración amarillenta de la piel o de los ojos, y erupciones cutáneas muy particulares.
Para un diagnóstico, la especialista ha precisado que el médico evaluará su historial clínico, incluido el consumo de alcohol, se examinarán signos de daño en los órganos involucrados a través de
análisis de sangre, pruebas de imagen y biopsia de hígado.
Los análisis de sangre y orina para detectar alcoholes son cada vez más comunes. Pruebas de imágenes para visualizar el hígado y buscar signos de inflamación y daño, y la biopsia hepática que puede realizarse tomando una muestra de tejido hepático a través de una aguja hueca que se inserta en el hígado.
Sobre el tratamiento, ha manifestado que el tratamiento para la hepatitis alcohólica incluye
abstenerse de consumir alcohol. Esto es lo primero y más importante. A veces se recetan medicamentos, pero existen pautas muy claras sobre cuándo se deben recetar esteroides. Los pacientes deben cumplir con los criterios de hepatitis alcohólica grave, no tener infección ni sangrado y no tener daño renal.