INVESTIGACIÓN BENEFIT
Benznidazol destruye el parásito de chagas en la sangre
Desapareció en el 66,2 por ciento de los pacientes tratados con el fármaco
Carlos Morillo, investigador de la Universidad McMaster.
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Redacción. Londres
La investigación ‘Benefit’ presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Londres, asegura que en pacientes con miocardiopatía por enfermedad de chagas el tratamiento inicial con benznidazol redujo el número de parásitos en la sangre crónica pero no logró lentificar el agravamiento cardiaco a largo plazo.
En este estudio controlado por placebo, se ha efectuado seguimiento a 2.854 voluntarios de Centroamérica y Sudamérica durante 5 años para determinar “si el tratamiento con benznidazol mejoraba los resultados a largo plazo relacionados con el corazón”.
“No hemos descartado que el tratamiento pueda funcionar a más largo plazo. Tal vez necesitamos tratamientos más prolongados o repetidos para realmente poder eliminar el parásito”, ha dicho Carlos Morillo, investigador de la Universidad McMaster en Canadá.
Según el Centers for Disease Control and Prevention cerca del 30 por ciento de las personas infectadas por chagas pueden presentar arritmias potencialmente letales o dilatación cardiaca del esófago o del colon después de los síntomas iniciales. Sin embargo posterior a fase aguda, el tratamiento suele ser eficaz únicamente en un 15 por ciento a un 35 por ciento de los casos.
En este sentido se identificó que “el esquema normal de benznidazol puede ser menos eficaz en pacientes con miocardiopatía documentada”, han señalado los investigadores.
De acuerdo a las conclusiones de la investigación, el riesgo de muerte por taquicardia ventricular persistente, paro cardiaco con reanimación, trasplante cardiaco, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca reciente o inserción de un marcapaso o un cardiodesfibrilador implantable, fue de un 27,5 por ciento en el grupo con tratamiento y del 29,1 por ciento en los receptores de placebo.
Además después del tratamiento el parásito desapareció de la sangre en un 66,2 por ciento en los pacientes tratados por contraposición a solo 33,5 por ciento del grupo que recibió placebo.
Para Morillo, este fármaco es considerado por muchos médicos como de mucha toxicidad, no tiene los efectos secundarios tan graves como se cree. En este sentido los pacientes que recibieron el tratamiento presentaron consecuencias como exantema, problemas digestivos y trastornos del sistema nervioso.
Ha dicho que “a pesar de los efectos secundarios que presentaron algunos pacientes, estos fueron el 25 por ciento menos frecuentes que los comunicados en los estudios de observación. Creo que esto es tranquilizante”.
Actualmente no se ha descarta el tratamiento pueda funcionar a más largo plazo, por lo que el investigador sugiere realizar otros estudios a partir de este.
En el estudio participaron pacientes de Brasil, Colombia, El Salvador, Argentina y Bolivia.