El bingo, un juego de origen carnavalesco adaptado al campo virtual
Este juego es una de las prácticas más populares en algunas culturas en los encuentros sociales
El bingo online se ha hecho un hueco en el casino virtual.
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Redacción. Quito
¿Quién no ha jugado alguna vez acompañado de amigos, familiares o vecinos al
bingo? Este
juego es una de las prácticas
más populares en algunas culturas en los encuentros sociales y suele tener muy buena acogida por su sencillez. Cada uno de los participantes dispone de uno o varios cartones con números aleatorios que debe ir marcando a medida que el bombo va sacando las bolas. Normalmente, el modelo tradicional cuenta con un premio menor, conocido como línea; y otro mayor, que responde al grito de “bingo”.
En la actualidad, podemos hablar de cómo el
bingo online se ha hecho un hueco en el casino virtual, que contempla
otros pasatiempos como las tragamonedas, la ruleta o los juegos de cartas. Los cartones físicos de antaño han dado paso a la
automatización, permitiendo así a los jugadores no tener que interactuar de forma manual con los números que van saliendo del bombo y permitirse el lujo de estar pendientes de otros elementos llamativos como las distintas ambientaciones o los premios disponibles.
De la unificación de Italia al mundo
La historia del bingo empieza su andadura en
Italia alrededor de 1530. Los historiadores afirman que su origen guarda muchas similitudes con la
lotería nacional italiana, cuando se unificaron los reinos. Se jugaba cada fin de semana y también disponía de una serie numérica que salía de un total de 90 bolas y de forma aleatoria. A su vez, se debían completar unas hileras para terminar haciéndose con los premios. Como se puede observar, su funcionamiento era similar al actual.
La historia del bingo empieza su andadura en Italia alrededor de 1530.
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Tal fue su éxito dentro del país transalpino, que rápidamente salió de las fronteras hacia otros lugares europeos.
Francia, en la década de 1770, adoptó el mismo sistema para su popular Lotto con tres hileras a completar. En cuanto a
Alemania, ya en el siglo XIX, se usó en algunos colegios y centros de educación para enseñar aspectos básicos como los números o los adjetivos. Pero uno de los cambios sustanciales para entenderlo hoy en día se dio en el
Reino Unido, donde apareció por primera vez el nombre de “bingo” a partir de una rima de la jerga local.
Otra de las grandes curiosidades en torno a este juego data del siglo XX, cuando desembarcó en
América a través de un carnaval itinerante alemán en una feria. Se le bautizó como
“beano”, pues los cartones por aquel entonces se marcaban con frijoles, una palabra que se asemeja mucho al nombre actual, y rápidamente fue conquistando encuentros populares.
Después ya dio el salto a las casas particulares y uno de los grandes promotores fue la iglesia de Pennsylvania, para dinamizar los encuentros entre feligreses y conseguir liquidez para la entidad.
La adaptación online en poco tiempo
El
bingo online, tal y como lo conocemos en la actualidad, debe su nacimiento a
la normalización de internet y la red en los hogares de todo el mundo. La primera prueba en versión virtual se dio en 1996 de forma gratuita y, debido a su éxito, fue acogido con los brazos abiertos por parte de
diferentes plataformas de casino online. Además, por su sencillez y rapidez, ha conseguido hacerse un hueco entre el amplio catálogo del que disponen estos portales especializados, como los juegos de cartas, las tragamonedas y otros pasatiempos.
Es suficiente con disponer de un dispositivo inteligente, como es el celular, para iniciar una partida.
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Además, su presencia en internet ha abierto la puerta a más posibles jugadores, que no deben desplazarse hacia ningún establecimiento físico para ver girar el gran bombo. Es suficiente con
disponer de un dispositivo inteligente, como es el celular, para iniciar una partida. También
garantiza la seguridad de sus participantes, del mismo modo que da rienda suelta a la
innovación de los productores, como ya se puede ver con partidas en tiempo real, la proliferación de nuevas variantes o premios adicionales a los clásicos.