Edición Médica

Olivier Véran, ministro de Salud de Francia.

Redacción. Quito
En Francia el primer ministro Jean Castex ha obtenido el respaldo de su gabinete para presentar en el Parlamento un proyecto de ley que plantea que las personas que no se vacunen contra la CoVID19 no puedan utilizar el transporte público, entre otras restricciones.
 
Esta iniciativa ya ha provocado protestas por parte de la oposición, ya que busca estable un marco jurídico que de cierta manera limita la libre movilidad de los ciudadanos.
 
Olivier Véran, ministro de Salud de Francia, en declaraciones para medios internacionales ha explicado que el proyecto de ley no tiene el objetivo hacer obligatoria la vacunación con el Sars-Cov-2. Por este motivo, “el gobierno no propondrá este texto ante el parlamento antes de unos cuantos meses, antes de salir de la crisis. El debate está cerrado”, ha dicho.
   
Por su parte, la presidenta de RN (extrema derecha), Marine Le Pen, ha denunciando que esta medida trae consigo una vacunación obligatoria disfrazada. “De una manera solapada, este texto no prevé hacer la vacunación obligatoria, sino impedir toda la vida social a las personas que no lo estén”.
 
“Aunque el Ejecutivo había indicado que la vacunación no sería obligatoria, presenta un proyecto de ley que condiciona nuestros movimientos a esta, introduciendo una forma de desigualdad entre los ciudadanos”, ha sostenido el diputado Julien Aubert (derecha).
 
Según el proyecto de ley, se podría solicitar una prueba CoVID19 negativa o para que las personas tengan acceso al transporte o a algunos lugares, así como a determinadas actividades.
 
Este proyecto de ley se ha convertido en un punto álgido debido a que, según un medio francés, el 59 por ciento de los franceses no tendrían intención de vacunarse, lo que hace que Francia se convierta en uno de los países con mayor resistencia a la inmunización contra la CoVID19.

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