Edición Médica

Las UCI están llenas de pacientes con COVID-19 grave.

Redacción. Quito
Actualmente los hospitales en China viven una situación compleja por un “explosivo” aumento de casos de COVID-19 y una oleada de pacientes que llegan a las unidades de cuidados intensivos, aunque no existe información oficial al respecto por parte de las autoridades de ese país.  
 
Este incremento de casos, según varios medios internacionales, hace prever un aumento en la probabilidad de que surjan nuevas variantes de SARS-COV-2 con “características indeseables” como, transmisibilidad mayor, escape a inmunidad adquirida por infecciones previas o vacunación, enfermedad más grave, etc.
 
“El mayor riesgo deriva del mayor número de casos, directamente vinculado con el número de mutaciones que puede explorar el virus para adaptarse mejor a su entorno, tanto individual como comunitario. Además, dadas las condiciones sanitarias previas de ese país, en el que vive un número muy importante de personas inmunodeprimidas, también hay un aumento de la probabilidad de que aparezcan variantes completamente diferentes a las que hemos observado hasta el momento, al igual que sucedió cuando apareció la variante ómicron cuando delta era la dominante en la práctica totalidad de países", ha sostenido Fernando González Candelas, catedrático de Genética de la Universidad de Valencia, en declaraciones para un medio internacional.
 
Para el académico, esta preocupación se genera porque China no proporciona información clara sobre su situación epidemiológica, así como acerca de las variantes asociadas a la nueva oleada de infecciones.


Esta información es importante para actualizar la composición de las vacunas (vacunas bivalentes), sin embargo, como China no está transparentando la información, podría pasar semanas antes de conocer si existe alguna nueva variante. Por ello, el experto ha reiterado en que la importancia de la vigilancia genómica, ya que permite “acelerar la respuesta ante la evolución del virus en caso de que esta se produzca”.

Ante esta situación, ha invitado a seguirse vacunando contra la COVID-19 para protegerse de la transmisión e infecciones graves.
 
Asimismo, varios países de la Unión Europea han empezado a tomar medidas frente a lo que acontece en China. Por ejemplo, España pedirá a los pasajeros procedentes de ese país una prueba negativa de COVID-19 o el esquema completo de vacunación; Italia ha pedido hacer un “embudo” para los vuelos que llegar directamente a territorio europeo.

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