PARA PREVENIR EPIDEMIAS
Las vacunas obligatorias en Francia pasarán de 3 a 11 en 2018
El país enfrenta además una creciente resistencia a la vacunación por parte de los padres
Agnès Buzyn, ministra de Sanidad.
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Redacción. París
Francia elevará
de 3 a 11 el número de vacunas obligatorias a partir del próximo 1 de enero, una decisión del gobierno para hacer frente a una creciente resistencia a la vacunación por parte de los padres, ha informado la ministra de Sanidad,
Agnès Buzyn.
“La idea es que el 15 por ciento de los niños (no vacunados) que ponen en peligro a los otros y
favorecen la re emergencia de epidemias que hoy en día provocan muertos, se preparen para proteger al resto de la población” , ha dicho la ministra, asegurando que “se dejará tiempo a las familias” para ponerse al día.
Hasta ahora, solo tres vacunas infantiles eran obligatorias en Francia: contra la difteria, el tétanos y la poliomielitis. A estas se sumarán las ocho solo recomendadas hasta el momento:
tosferina, sarampión, paperas, rubéola, hepatitis B, meningitis, neumococo y meningococo C.
El anuncio de volver estas vacunas obligatorias ha levantado las
protestas del movimiento contrario a la vacunación en Francia. Aunque la ley prevé hasta seis meses de cárcel y
4.451 dólares de multa para los padres recalcitrantes, la ministra ha dicho que se establecería una cláusula de excepción para los progenitores completamente opuestos.
Buzyn dijo en junio que la “rubéola reaparece” y causó la muerte de diez niños desde 2008. “La tasa de
cobertura es del 75 por ciento, mientras que tendría que ser del 95 por ciento. Tenemos el mismo problema con la meningitis, no es soportable que un adolescente de 15 años pueda morir porque no está vacunado”.
En la mayoría de países como Estados Unidos, España y Alemania, se opta más bien por la recomendación que por imponer las vacunas, con algunas excepciones como
Italia, que en mayo anunció un decreto ley para volver obligatorias 12 de ellas para los niños en edad preescolar, y también para luchar contra la resistencia de los padres.
En los últimos años, la
desconfianza hacia las vacunas ha ido ganando terreno en algunos países debido a supuestos efectos adversos, por ejemplo, ligados a la presencia en algunos casos de adyuvantes como el aluminio, o a un supuesto vínculo con el autismo.
Pero un informe del
Instituto Estadounidense de Medicina de 2014 concluyó que las vacunas “eran muy seguras salvo en muy raras excepciones”, mientras que nueve estudios de los Centros de Control de Prevención de Enfermedades de ese país efectuados desde 2003 no constataron, como denuncian los anti vacunas, “ ningún vínculo entre vacunas con timerosal (un antifungico) y el autismo” .