POR CONFERENCISTA EN UDLA
Nueva tomografía probada con éxito
A finales de enero será testada en Estados Unidos
Jueves, 26 de noviembre de 2015, a las 08:13
Alfredo Quiñonez, neurocientífico del Johns Hopkins Hospital.
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Cristina Coello. Quito
El reconocido neurocientífico mexicano Alfredo Quiñónez ha divulgado a REDACCIÓN MEDICA, que fue probado con éxito la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT) que puede ser utilizada en la localización de células cancerosas en el cerebro humano.
“La semana pasada en México fue utilizada por primera vez en un cerebro humano la OCT, pero su aplicación no tuvo influencia en la decisión clínica del cirujano, fue para aprender”, pues hasta ahora solo fue usado en ratones, ha comentado Quiñonez.
El neurocirujano ha señalado que junto a su equipo ha desarrollado y patentado una decena de estudios, técnicas e invenciones para tratar el cáncer más agresivo que afecta al ser humano.
Para llegar a este logro, el neurocientífico ha explicado que “se llevaron 5 años de trabajo, con 32 pacientes, más de mil ejemplares del quirófano de diferentes regiones del cerebro que las analizamos”.
La OCT le permitirá al cirujano determinar dónde se encuentran las células malignas, pues el ojo humano “no las puede mirar ni sacar, sino solo con tecnología. Eventualmente, la idea es operar utilizando la máquina para sacar tejido canceroso”.
“Antes de sacar un milímetro queremos cerciorarnos que es tejido canceroso y esa es la forma en que este aparato nos va ayudar. Con esto podemos tomar esas decisiones”, nos ha explicado.
Esta técnica podría mejorar la supervivencia libre de cáncer de los pacientes, al asegurar que se elimina un tumor por completo con el mínimo daño al tejido sano circundante.
Quiñones ha asegurado que volverá a utilizar su invento a finales de enero en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Estados Unidos, donde se desempeña como director del programa de cirugía de tumores cerebrales.
Sin embargo, Quiñones ha aclarado que aún debe realizar más estudios y le llevará “otros 4 años de estudio antes de poder utilizar” el tomógrafo y “lograr un significativo cambio en la esperanza de vida de las personas con tumores cerebrales”.
La invención de Quiñonez y su equipo fue desarrollado por primera vez en 1990 para obtener imágenes de la retina. Funciona con el mismo principio de geolocalización de los murciélagos y los escáneres de ultrasonido, pero utiliza la luz en lugar de ondas de sonido, produciendo una imagen de mayor resolución que el ultrasonido.
Además tienen la característica única que, a diferencia de los rayos X, tomografías computarizadas o tomografías PET, no emite radiaciones ionizantes dañinas para los pacientes.
“La ciencia está avanzando y creo que no solo vamos a encontrar el origen del cáncer sino también una cura, sabremos como pararlo. Ya empezamos a entender cómo estas células migran y pienso que podemos poner un freno”, ha concluido el experto.