Edición Médica

Danny Flores del HGDC y Elvia Parrales del HPAS.

Cristina Coello. Quito
En algunas ocasiones el servicio de Emergencia enfrenta inconvenientes ocasionados por la virulencia de los mismos pacientes o la de sus familiares y amigos.
 
Durante estas épocas de fin de año, suelen aumentar estos incidentes. Por ello, REDACCIÓN MÉDICA, ha consultado a dos médicos de Emergencia sobre algunas sugerencias que puedan ayudar a lidiar las situaciones violentas.
 
Danny Flores Almeida, del servicio de Emergencia del Hospital de Calderón (HGDC) ha señalado que las reacciones violentas son “un asunto que debe ser manejado inmediatamente porque estos pacientes pueden transformarse en una amenaza, tanto para el personal de salud, como para los otros pacientes”.
 
“En ocasiones, cuando son muy agresivos, se debe usar medidas de contención farmacológica y física ya que los pacientes (en estado de embriaguez) no entienden y por eso se usa fármacos especiales que los deprimen un poco, se tranquilicen” y puedan recibir atención.
 
Flores ha comentado que este tipo de pacientes “no solo llegan con familiares, sino con amigos (también agresivos) y en esos casos tenemos planes de contingencia en los que nos apoyamos sea a través de la policía o de personal de seguridad del hospital para restringir el ingreso de esas personas”.
 
Por su parte, Elvia Parrales, médico de Emergencia del Hospital Pablo Arturo Suárez (HPAS) también considera que estas situaciones difíciles son manejables con la realización de un eficiente triaje ya que con ello se determina el umbral de dolor del paciente y se aplican las acciones correspondientes.
 
“Los agresivos en estado etílico o drogados no van a entender, ni colaborar y en esos casos se pueden usar medidas de contención farmacológica o físicas. Hay otros que sí lo entienden y solo hay que actuar con precaución. Pero todas las acciones deben estar registradas en el informe”, ha sugerido Parrales.
 
La especialista ha recalcado que aunque estos pacientes sean difíciles, hay que tratarlos y ofrecerles una atención con respecto, calidad y calidez.
 
“Algunos creen que no se les atiende y exigen mayor cuidado, pero no es así. En una institución pública siempre hay mucha demanda y debemos estar pendientes de todos. Estamos dando todo lo posible por tratar de ayudarles en su dolencia”, ha comentado Parrales.
 
En el caso de agresión verbal “ya no se lo toma en cuenta. Ni siquiera lo escuchamos, pero sí debemos tomar la precaución de que nos agredan físicamente y más porque la mayoría de personal sanitario de Emergencia somos mujeres”, ha mencionado la especialista.
 
En otras ocasionas la única alternativa es “limitarlo físicamente y se solicita ayuda a los guardias de la institución para evitar que siga agrediendo. Es importante la colaboración de ellos”, ha considerado Parrales.

---