Edición Médica

César Paz y Miño, investigador de la Universidad UTE.

Jonathan Veletanga. Quito
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido que existen nuevas variantes de Sars-Cov-2 que parecen ser más transmisibles y que están agravando la situación en varios países, ante ello ha hecho un llamado a todos los Estados para que aumenten las pruebas diagnósticas y la secuenciación genómica del virus, con el fin de monitorear y responder de manera efectiva a cualquier cambio.
 
En Ecuador, las universidades San Francisco de Quito (USFQ) y Espíritu Santo de Guayaquil (UEES) han sido las principales instituciones que han secuenciando el material genético del Sars-Cov-2, desde que empezó la pandemia a nivel local.
 
En los últimos días, el ministro de Salud Juan Carlos Zevallos ha anunciado que el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI), la USFQ y la UEES están en conversaciones para realizar vigilancia genómica activa en el país. Sin embargo, no se han revelado detalles al respecto.
 
Investigación genética y genómica
 
César Paz y Miño, director del Centro de Investigación Genética y Genómica de la Universidad UTE, en diálogo con EDCIÓN MÉDICA ha explicado que la epidemiología genómica y genética es parte fundamental de la vigilancia genómica. Mediante esta herramienta se busca plantear políticas públicas en salud a través de los datos que revela la información de genes y genomas.
 
Paz y Miño ha indicado que “a través del descubrimiento de la secuencia del virus, alrededor de 30.000 letras químicas, pares de bases, hemos logrado saber de dónde viene el virus, después los cambios y mutaciones que ha tenido, y cómo estos cambios producen una relación especial con el huésped, en este caso el humano”. De esta manera se puede rastrear y seguir al virus con el fin de determinar cómo se comporta, lo que influye en el comportamiento de salud y de las políticas públicas.
 
Por tal razón, esta tecnología se está aplicando a nivel mundial para conocer cómo se comporta exactamente la pandemia. Gracias a epidemiología genómica y genética se ha determinado una línea evolutiva del Sars-Cov-2, en la podrían estar alrededor de unas 4.000 variaciones del virus que se han ido demostrando pueden ser menos o más agresivos, tanto en el contagio como en la sintomatología.
 
El investigador ha recordado que en Ecuador afortunadamente, de manera puntual, se está estudiando el virus en este campo. “Hay que agradecer a las universidades que han participado en el estudio del virus desde el punto de vista genómico porque a través de esto se ha descubierto que existen alrededor de 24 variantes de Sars-Cov-2. Incluso se ha hablado de que existen variantes propias del país”.
 
La tecnología que se está utilizando para caracterizar el virus no está disponible en todos los centros de salud y de investigación, por ello está concentrada en dos universidades (USFQ y UEES) al momento. A nivel público tampoco estaría disponible, a criterio del investigador, de manera que el país “no podría cumplir inmediatamente” con la recomendación de la OMS de aumentar la secuenciación genómica, ha considerado.
 
“Se ha dejado un poco de lado el tema de fortalecer laboratorios de investigación en genómica. Ha sido la academia la que se ha centrado en el estudio genómico”, a pesar de que existe un reporte de que el INSPI ha realizado algún estudio genómico, ha manifestado.
 
Por este motivo, Paz y Miño ha sostenido que no existiría la capacidad para realizar un rastreo pormenorizado del virus en todas las provincias del Ecuador. “No hay un plan de desarrollo científico en este campo ni un plan de apoyo a instituciones que podrían hacer los estudios”, los cuales son caros.
 
Relación virus-huésped y apoyo académico
 
En Ecuador se están dando “los primeros pasos”, desde la Universidad UTE, en el estudio sobre genes de vulnerabilidad del huésped (susceptibilidad y resistencia), es decir, “se está tratando de hacer correlaciones entre las variantes del virus y cómo el organismo humano responde al virus”. De esta manera se busca determinar por qué algunos ecuatorianos son más vulnerables que otros, cómo es la respuesta inmunitaria y cómo es la relación huésped-virus.
 
“Esto toma importancia al momento que se correlaciona con las vacunas”, ya que están diseñadas para los linajes más comunes del Sars-Cov-2, ha considerado Paz y Miño.
 
En este sentido, ha recalcado en que además de mantener las medidas de control epidemiológico se requiere un pesquisaje genómico del virus para conocer si existen variantes que podrían involucrar una ineficiencia de la vacuna en algún momento. Por lo tanto, es necesario que el Estado implemente planes de investigación y brinde apoyo real a instituciones que cuentan con la tecnología para ello.
 
A decir de Paz y Miño, el Sars-Cov-2 tiene una alta tasa de mutación debido a la presión selectiva del mismo sistema inmune. Es así que Ecuador no está exento de tener sus propias variantes. Ante esto es fundamental realizar un rastreo genómico a gran escala.
 
“No he visto una propuesta fuerte desde el sector oficial de la Salud. El MSP no ha dicho nada sobre el tema, la Senescyt tampoco se ha pronunciado sobre qué políticas de investigación vamos a tener. Este es un reclamo que tienen todos los investigadores… Se ha dejado a las universidades que hagan propuestas autofinanciadas y autónomas para beneficio público, de alguna manera, pero de forma reducida”, ha enfatizado.
 
Los investigadores y la academia han recibido “poquísimo” apoyo por parte del Estado en la pandemia, incluso existe tantas trabajas (como poco acceso a muestras, entre otras) que impiden tener resultados a tiempo. Por ello Paz y Miño ha hecho un llamado a las autoridades para que cumplan con el apoyo que han prometido.
 
“La investigación genómica tenía que haberse planteado y desarrollado de forma inmediata y urgente, pero esto no ha ocurrido… Creo que no hemos tomado la pandemia con la rigurosidad científica que se tenía que haber tomado, tanto en política pública de atención a pacientes como en política pública de investigación”, ha agregado.

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