Edición Médica

Edison Aguilar Santa Cruz, experto en Salud Pública.

Diego Mosquera. Quito
Edison Aguilar Santa Cruz, médico con una maestría en Salud Pública, ha trabajado en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social y dirigió el Instituto de Salud Pública de la Universidad Católica del Ecuador.

Sobre este punto Aguilar hace un análisis de la actual situación de la oferta de posgrados médicos en Ecuador y la urgente necesidad de cambiar un sistema en el que “el mercado sigue determinando las ofertas de posgrados”.

¿Qué pasa con los posgrados médicos en el Ecuador?

La formación se ha dado dependiendo de las condiciones del mercado, si usted revisa la distribución de profesionales en el Ecuador, hay una concentración de médicos en las ciudades más importantes, que no es lo mismo que llenar vacantes que realmente se necesitan.

¿Por qué sucede esto?

Hay algunos factores que juegan un papel en este tema, en medicina también hay jerarquías de prestigio, cuando yo preguntaba a mis alumnos sobre que especialidad les gustaría seguir, las más comunes eran Cirugía Plástica, Cardiología y Neurocirugía. Claro, son especialidades muy rentables, pero no responden a una necesidad social.

Otro factor es la imagen y las necesidades profesionales de cada persona, por ejemplo, las enfermeras son vistas como ayudantes de un médico y están para cumplir sus órdenes, es un trabajo dependiente y agotador, entonces ahora dígale a una joven bachiller que siga enfermería, coméntele cuánto va a ganar y que labores va a realizar, y verá que va a preferir ser cajera de un banco.

¿Falta motivación en servicio para la Salud?

Creo que sí, ahora todo el mundo quiere ser gerente o director, debemos estudiar la historia de las especialidades para entenderla motivar y dar a los futuros profesionales herramientas para que pueden decidir correctamente.

¿Qué pasa con la política pública al respecto?

Alguien debe encargarse de definir las especialidades que faltan y coordinar con la academia, no hay un estudio concreto que defina las reales necesidades, es decir, saber con exactitud cuáles y cuántas especialidades médicas hacen falta. Se sigue el pensamiento liberal, nos resulta más fácil acoger cualquier moda y cualquier política. Nunca hemos trabajado en función de nuestras propias necesidades.

¿Qué alternativas existen?

Es un trabajo en conjunto entre las autoridades, las universidades y la difusión de los medios, para que los profesionales tengan todas las opciones para elegir.

Si es que habrían las garantías institucionales, para que usted se forme profesionalmente en lo que le gusta, en los que ha descubierto que puede aportar más, independientemente de cuánto va a ganar, si a usted le aseguran estabilidad en su trabajo y que va a ser reconocido, estoy seguro que la gente se decidiría por otras opciones.

¿Cómo ve el futuro?

Considero que este tema continuará hasta que se pongan en marcha programas de formación profesional basados en la realidad. La gente se forma de acuerdo a las opciones que le presenta el mercado, el prestigio social, las necesidades y por supuesto lo que esté de moda.
 
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