¿Los médicos deben involucrarse en la prescripción del ejercicio?
La recuperación de la masa muscular es factible en el adulto mayor
Clemente Zúñiga, Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor.
|
Cristina Coello. Quito
“Los médicos no estábamos acostumbrados a
prescribir ejercicio como si fuera una terapéutica. Pero si sabemos prescribir medicamentos y una nutrición adecuada, tenemos que saber prescribir ejercicio”, ha declarado en REDACCIÓN MÉDICA, el geriatra mexicano,
Clemente Zúñiga.
El especialista, también secretario general de la
Academia Latinoamericana de Medicina del Adulto Mayor, cree que actualmente en la población existe un problema “mucho más grave desde el punto de vista de salud pública que la osteoporosis”, y es la sarcopenia (pérdida de masa muscular).
Según Zúñiga, la osteoporosis “es muy conocida, pero el hecho de padecer sarcopenia, en cambio, incrementa el riesgo de llegar a ser un adulto mayor dependiente, de no poder moverse, tener
mayor riego de discapacidad, no responder de manera apropiada a las enfermedades agudas, mayor riego de caer, fracturar, etc., ya que el músculo tiene más acción que el hueso”, ha asegurado.
La enfermedad
A partir de los 40 años, una persona
pierde el 8 por ciento de su masa muscular por década. Esta disminución afecta el desempeño, comportamiento, autosuficiencia de una persona y, por ende, la calidad de vida.
La sarcopenia tiene su
mayor impacto en las personas después de los 65 a 70 años porque a partir de esa edad, aumenta a 15 por ciento la pérdida muscular.
De allí que “es fundamental que los médicos estemos consientes del problema para
diagnosticar” a tiempo, ha considerado Zúñiga.
Posterior a ello, “hay que saber que
se puede hacer mucho al respecto, aún en el paciente más deteriorado” y para ello ha sugerido el ejercicio de resistencia, que es el que mantiene el músculo en buen estado.
No obstante, ha advertido que, si un profesional no se siente capacitado para prescribir ejercicio, debe
referir al paciente ya que la más importante forma de ayudar es el ejercicio, además de la alimentación y la suplementación.
“Todos estos programas deben ser
prescritos y monitorizados por un especialista. Si el médico, por alguna razón, cree que hay alguien más capacitado para hacerlo, entonces referirá al paciente con la persona indicada”, ha insistido.
Mayor riesgo en el adulto mayor
El principal impacto de la sarcopenia “lo vemos en los adultos mayores. En ellos en notorio la disminución de movilidad, son más
vulnerables a infecciones, cicatrizan y se recuperan más lentamente de una enfermedad y habrá más riesgo de morir”, ha advertido Zúñiga.
“Pero hay muchas acciones que podemos tomar. Creemos que el adulto mayor requiere menos proteínas que el joven y es completamente lo contrario. Un adulto mayor requiere
1.2 gramos de proteína por kilogramos de peso al día. Y la recuperación de la masa muscular es factible aún en el más viejo y en el más frágil”, ha insistido el geriatra.
Después de los 40 años “
es fundamental la nutrición, la ingesta adecuada de proteínas, en algunos casos la complementación de vitamina D (creemos que en nuestros países hay mucho sol pero hay que determinar los niveles), consumo de proteínas bioactivas y el ejercicio sobre todo el de
resistencia, porque ese es el que nos va a mantener independientes”.
Según el especialista, cuando no hay lesión en el adulto mayor se recomienda prescribir
150 minutos de actividad física a la semana, 75 minutos de ejercicio aeróbico a la semana y por lo menos 3 sesiones de ejercidos basados en resistencia”.
El
ejercicio de resistencia mantiene las fibras musculares más gruesas, que son las que se pierden más frecuentemente con el pasar de los años. Estos músculos son los que ayudan a levantarse después de una caída o son los que evitan que nos caigamos, ha detallado Zúñiga.