HERRAMIENTA DE ACCESO
¿Puede una negociación de riesgo compartido mejorar el acceso a medicamentos?
La PUCE organizó el Foro: Modelos innovadores para el acceso a medicamentos en el Ecuador
Jaime Espin y Ruth Lucio.
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Cristina Coello. Quito
Encajar las piezas del gran rompecabezas que significa tener
acceso a medicamentos innovadores, pero, tomando en cuenta la
sostenibilidad del sistema de salud es uno de los grandes retos para los estados.
En ese sentido y pensando en que el Ecuador requiere introducir y financiar cada vez más nuevos medicamentos, la
academia y la
industria farmacéutica han iniciado el debate con el propósito de barajar herramientas que faciliten ese acceso y el fortalecimiento del sistema de salud.
La Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE) y la Industria Farmacéutica de Investigación e Innovación (IFI) han organizado el Foro ‘Modelos Innovadores para el Acceso a Medicamentos en el Ecuador’, donde ha quedado claro que es hora de discutir nuevos mecanismos generadores de
eficiencia en el gasto de salud.
Como parte de esos mecanismos están las nuevas herramientas de negociación en la compra de medicamentos, como, por ejemplo, el
riesgo compartido.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA,
Ruth Lucio, una de las expositoras del foro, ha considerado que, para establecer un modelo de riesgo compartido, “primero debe haber una
legislación y acuerdos entre varios sectores”.
Lucio que también es coordinadora del área de Economía de la salud y evaluación de tecnologías sanitarias de Sureste Efectclin Centro de Investigación en salud, ha insistido en que a medida que pasa el tiempo los sistemas de Salud “sufren múltiples
presiones financieras, y una de las formas, no de eliminar pero sí disminuir esa presión financiera es trabajar para que las nuevas tecnologías (medicamentos) que se van involucrando en el sistema tengan precios lo más bajo posibles, pero a la vez que respondan a todos estos nuevos
cuadros epidemiológicos que se están presentando”.
La especialista ha reconocido que el modelo de riesgo compartido es una buena alternativa pues se negocia para que la tecnología pueda llegar a mayor población.
“Es totalmente recomendable un acuerdo, pero de la forma más responsable posible. Si solo son acuerdos de negociación sin tener todo un sustento, una
base técnica, no van a servir. Esto funciona en la medida en que se sepa qué es lo que realmente se quiere comprar y que se lo negocie de la manera más adecuada”, ha recalcado.
Al ser consultada sobre la urgencia para el país en aplicar este tipo de mecanismos, ha reconocido que es “totalmente urgente. Todo el tiempo se está incluyendo nuevas tecnologías en el cuadro nacional de medicamentos básicos, lo cual es totalmente razonable. Pero también urge tener múltiples equipos que puedan entender qué es lo que se quiere comprar y cuál es la
mejor política de negociación para comprar”, ha insistido.
Por ello ha sido enfática en señalar que el secreto no está en “un falso prejuicio” de no hablar con la Industria farmacéutica, sino de poner las cartas sobre la mesa y “
compartir el riesgo, ir los dos hacia el mismo lado, por el bienestar de la población, con el menor costo posible”.
Lucio es partidaria de que la industria también asuma su responsabilidad de hacer
sostenible el sistema de salud. “Es un ganar-ganar o un perder un poco, pero al final gana el sistema”, ha mencionado.
Por supuesto, también ha señalado que el riesgo compartido es una de tantas herramientas para acceder a nuevas tecnologías, lo importante es convocar a los técnicos y analizarlas para aplicar lo que mejor le convenga al país.
Medicamentos del siglo XXI
El español
Jaime Espin, profesor de la escuela Andaluza de Salud Pública, ha coincidido con Lucio en que no existe un modelo estándar para lograr un acceso a nuevas tecnologías en medicamentos.
Y también ha recalcado que el
Ecuador requiere de un marco legislativo, “sin eso no se puede avanzar en un proceso de riesgo compartido (de negociación), por ejemplo. También se requiere un reglamento que desarrolle las características de este tipo de acuerdos como lo ha hecho Perú”.
Para el también experto en Economía, la idea principal de estas nuevas herramientas de negociación no es ahorrar, sino mejorar el acceso a medicamentos de una manera eficiente.
Espín ha dejado claro en el foro que “si no se avanza en este tipo instrumentos innovadores, el país no tendrá acceso a nuevas tecnologías, ni financiamiento. Para financiar medicamentos con
precios del siglo XXI hay que tener
instrumentos (de negociación)
del siglo XXI”, ha finalizado.