ACTUALIZACIÓN MÉDICA
¿Qué tipo de seguimiento dar al esófago de Barrett?
Esta patología no provoca síntomas
Marcelo Vela, especialista en Gastroenterología.
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Cristina Coello. Quito
Debido a que el
reflujo en toda Latinoamérica va en aumento y es un
factor de riesgo para desarrollar el trastorno de esófago de Barret, hay que mantener un control y seguimiento adecuados, ha asegurado a REDACCIÓN MÉDICA,
Marcelo Vela, especialista de Gastroenterología.
El experto ha recomendado a los médicos de atención primaria tomar en cuenta si un paciente tiene factores de riesgo (reflujo por más de cinco años, sobrepeso, género masculino e historia familiar de cáncer de esófago) y solicitar una endoscopía para, por medio del gastroenterólogo,
verificar una posible presencia de esófago de Barret.
“Quien tiene Barret debe mantener un cuidado adecuado del reflujo. Es importante mantener los síntomas controlados a través del medicamento.
No hay una dieta específica para reflujo o Barret”, ha añadido Vela.
El trastorno y el cáncer
El experto ha detallado que el Barret “es un cambio en el epitelio del esófago cuyas células son reemplazadas y generan una metaplasia intestinal que
aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de esófago”.
“Si el paciente tiene Barret tiene que
entrar a un programa de vigilancia y cada tres años repetir la endoscopía con biopsias. Luego el manejo dependerá del grado” en que se encuentre esta enfermedad, ha mencionado.
Para Vela, los pacientes con
bajo grado de Barret, repetirán la endoscopía en 6 a 12 meses y “si la displasia persiste, debe ser tratada”. La de
alto grado en cambio, debe ser tratada inmediatamente “de lo contrario, lo más probable es que desarrolle un cáncer”, ha advertido.
Anteriormente el único tratamiento para la displasia de alto grado era la esofagectomía. “Pero en la última década se ha desarrollado una
terapia de ablación endoscópica mediante la cual podemos tratarla. Es un tratamiento que a través del endoscopio se introduce un balón que genera radiofrecuencia y permite una ablación del epitelio. El área se reepileliza y hace que en un 85 por ciento de los casos se resuelva el Barret.
Y debido a que este procedimiento también tiene sus riesgos (puede desarrollar estenosis),
no es recomendado para todos los casos, ha advertido.
Es necesario explicar al paciente que esta patología puede aumentar el riesgo de cáncer, no obstante no es una sentencia de muerte. A decir de Vela, “la mayoría de pacientes con Barret no mueren por cáncer de esófago. De allí la importancia de desarrollar con el paciente un programa de vigilancia, ya que quienes desarrollan displasia de alto grado
pueden tratarse a tiempo y evitar el cáncer”, ha asegurado.
La dieta
De acuerdo a los últimos estudios no se recomienda ninguna dieta específica para reflujo o Barrett. Las guías de manejo de estas patologías desarrolladas por el Colegio Americano de Gastroenterología, ha recomendado “no someter a los pacientes
a dietas restrictivas, sino que sea algo individualizado y basado en síntomas”, ha asegurado Vela.
“No todos tienen que evitar cítricos, ají, vino, etc. Obviamente todo debe ser con moderación, pero, lo más importante en cuanto a la dieta en realidad es
mantener un peso adecuado”, ha insistido el especialista de la Clínica Mayo en Arizona.
El investigador ha reiterado que “la obesidad y sobrepeso están directamente conectadas al reflujo y mientras
más alto es el índice de masa corporal más síntomas habrá. Lo importante es evitar las cosas que al paciente le aumentan los síntomas”, ha añadido.
El dato:
Hay dos tipos de cáncer de esófago: el
adenocarcinoma y escamoso. El primero está relacionado a
Barret.