Edición Médica

Wilmer Tarupi y Patricia Cueva, investigadores ecuatorianos.

Jonathan Veletanga. Quito
Un grupo de investigadores, liderado por Wilmer Tarupi, de la Facultad de Ciencias de la Salud Eugenio Espejo de la Universidad UTE, ha realizado un estudio sobre la tendencia temporal (de 1985 a 2013) de la incidencia y mortalidad del cáncer gástrico en la ciudad de Quito.
 
En esta investigación se encontró que en la última década la disminución en las tasas de incidencia y mortalidad de esta patología se ha estancado, es decir, que la tendencia de disminución observada no continuó en Quito.
 
Por lo tanto, es “importante” que las autoridades fortalezcan las políticas de prevención para reducir la alta carga de cáncer gástrico, ha señalado Tarupi, autor principal, en entrevista con REDACCIÓN MÉDICA.
 
Según ha explicado, este estancamiento empezó a partir del año 2000 en hombres, y en 2002 en mujeres.
 
“Este aspecto es preocupante”, considerando las mejoras en las condiciones de vida de los quiteños, así como los índices altos de escolaridad, de agua potable y otros servicios especializados que tiene la ciudad, ha sostenido Tarupi, quien se ha preguntado cuál será la realidad de las poblaciones rurales o amazónicas que no tienen las mismos servicios e índices de calidad de vida que Quito.
 
Al respecto, Patricia Cueva, directora del Registro Nacional de Tumores y coautora de este estudio, ha indicado que una posible explicación a este fenómeno podría ser que en los últimos años se están diagnosticando casos de cáncer gástrico a edades más tempranas, registrando un aumento en la incidencia del cáncer gástrico de tipo difuso, principalmente.
 
“El cáncer gástrico de tipo difuso tiene más relación con la modernidad”, es decir, las nuevas formas de vida hacen que aumente el riesgo de esta patología en personas más jóvenes, ha manifestado la especialista.
 
Por esta razón, esta enfermedad que tiene una altísima tasa de mortalidad sigue constituyendo un problema “relevante” de salud pública, y la única solución es la prevención, ha enfatizado Cueva.  
 
Para los autores, el Estado y las autoridades sanitarias deben trabajar en prevención primaria y secundaria, enfocándose principalmente en grupos poblacionales que tiene un nivel económico más bajo porque son ellos a los que está afectando de mayor manera el cáncer gástrico.
 
Resultados
 
Según el estudio, durante el período de análisis, la tasa de incidencia de esta patología ha disminuido de 31,1 a 20,8 casos en hombres, y de 22,3 a 14,0 casos en mujeres. Mientras que la tasa de mortalidad se redujo de 17.5 a 14.4 muertes en hombres y de 14.2 a 10.9 muertes en mujeres.
 
La tendencia de incidencia tuvo un primer período (de 1986 a 1999) de “fuerte disminución”, seguido por una disminución “no significativa” en los hombres y un “ligero aumento no significativo” en las mujeres. Por otro lado, las tasas de mortalidad disminuyeron “constantemente” en ambos casos.

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