23 médicos posgradistas becados con futuro académico incierto por incumplimientos del Municipio de Quito
La Secretaría de Salud ha terminado unilateralmente los convenios con la PUCE
Diana Carrión, Johanna Cazar, Natalia Naveda y Ricardo Guerrero, médicos posgradistas.
|
Jonathan Veletanga. Quito
Un grupo de 23 médicos posgradistas de la Pontificia Universidad del Ecuador (PUCE) se encuentran con un
futuro incierto en cuanto a la continuidad de sus especialidades médicas, debido a que la Secretaría de Salud del Municipio de Quito terminó de manera unilateral los convenios de cooperación interinstitucional que mantenía con la universidad, con lo que quedaron sin efecto las becas que ganaron a través de un concurso de méritos y oposición.
Los galenos (actualmente R2, R3 y R4) ganaron becas ofertadas por el Municipio de Quito para cursar los posgrados de Anestesiología, Cirugía General y Laparoscópica, Ginecología-Obstetricia, Medicina Interna y Pediatría en las unidades metropolitanas de salud Sur y Norte. No obstante, con esta decisión de la Secretaría de Salud (notificada a todos los posgradistas en octubre de 2019) se les hace prácticamente imposible continuar con sus estudios. La mayoría de ellos
no cuentan con los recursos suficientes para autofinanciarse los altos costos de las colegiaturas cada seis meses (alrededor de 4.000 dólares) por el resto de la carrera.
“Nos encontramos
desesperados, agobiados y estresados por este problema que no fue generado por nosotros. Si accedes a estudiar un posgrado con beca, si te esfuerzas para eso, es porque no tienes los recursos necesarios para solventarte. Este es el caso de los 23 posgradistas”, ha manifestado
Diana Carrión, posgradista R3 de Ginecología-Obstetricia.
A decir de los posgradistas, esta situación los mantiene en una “intranquilidad constante”, ya que por
la falta de voluntad e interés por parte de las autoridades de la Secretaría de Salud y de la PUCE, no se ha encontrado aún una solución. Por este motivo, incluso han buscado audiencia con el rector de la universidad y con el alcalde de Quito, para exponer su caso, pero hasta el momento no han sido recibidos.
“
Hemos tenido reuniones con las promesas de que se va a arreglar la situación de los convenios por parte del Municipio. La PUCE en cambio nos ha ofrecido de manera verbal cambiarnos a una beca de la universidad, sin embargo, esta beca tampoco se ha dado. Para continuar con el posgrado simplemente nos han ofrecido un descuento del 25 por ciento en los aranceles y no en la matrícula”, ha sostenido
Natalia Naveda, posgradista R2 de Cirugía General y Laparoscópica.
“Si no se soluciona este tema de la beca, lamentablemente, creo que
la mitad de posgradistas tendremos que retirarnos a media carrera por un incumplimento de la universidad y del municipio”, ha adelantado Naveda.
Los 23 médicos posgradistas han solicitado
atender de manera urgente su situación porque entre los meses de junio y agosto (de 2020) deberán ya cancelar las colegiaturas de sus posgrados, y necesitan de la beca para continuar la especialidad. Aseguran, que no pueden seguir realizando sus actividades asistenciales sin ningún tipo reconocimiento económico.
Posgradistas R3
Carrión ha explicado que los posgradistas R3 de las especialidades de Ginecología-Obstetricia y Pediatría cursaron sus especialidades prácticamente sin problemas
hasta antes de que se posesionara la nueva administración de la Secretaría de Salud junto con el alcalde Jorge Yunda: firmaron los convenios individuales de beca, tenían afiliación a la Seguridad Social, recibían el estipendio con bastante regularidad, etc.
“
En marzo de 2019 empezaron nuestros problemas. Se retrasaron los pagos, nunca nos comentaron que existía la posibilidad de que se cerrara la Unidad Metropolitana de Salud Sur (la mayoría de becados estaban trabajando para la institución) que funcionaba en el edificio de la ex Clínica Villaflora. Tampoco fuimos notificados sobre las acciones que quería tomar la Secretaría de Salud en cuanto a los convenios con la PUCE… En octubre nos llegó la notificación de la terminación de la afiliación del IESS por parte de la Unidad Metropolitana de Salud Sur”, ha recordado Carrión.
Los posgradistas R3
han buscado la forma de autofinanciarse para no abandonar la especialidad. Sin embargo, por la situación actual del país, eso ya no es posible.
Posgradistas R2
La situación de los posgradistas R2 de Ginecología-Obstetricia, Anestesiología, Medicina Interna, y Cirugía General y Laparoscópica
es muy diferente. Pese a ganar la beca, nunca firmaron los contratos (de beca). Únicamente los posgradistas de Pediatría firmaron sus contratos y recibieron los respectivos beneficios hasta octubre de 2019.
Los galenos empezaron su posgrado en marzo de 2019, en ese entonces “supuestamente hubo una complicación con la universidad y nos dijeron que los primeros 6 meses teníamos que autofinanciarnos. Aceptamos con el compromiso de que en agosto (2019) íbamos a firmar los contratos, y por ende a recibir la remuneración y afiliación.
Nunca pasó”, ha lamentado Naveda.
Desde que empezaron la especialidad (marzo de 2019) hasta la fecha (junio 2020), estos posgradistas han venido trabajando
sin ningún reconocimiento económico ni beneficio de beca. Para no perder el posgrado tuvieron que autofinanciarse.
Pero,
lo curioso es que si bien los posgradistas de estas especialidades han venido trabajando sin firmar los contratos individuales de beca, “aparecemos como ganadores de beca”, ha señalado Naveda.
Vulneración de derechos
Johanna Cazar, quien escogió la beca para la especialidad de Ginecología-Obstetricia, tuvo que abandonar el posgrado debido a que la universidad no le proporcionó los permisos médicos correspondientes para atender un problema de salud personal: un embarazo de alto riesgo. Según ha explicado, la universidad le dio como opción que se retire del ciclo en el que se encontraba y que entre nuevamente al siguiente.
Le ofrecieron que no iban a ofertar su beca.
“Me tocó retirar porque no tuve el permiso médico. Ahora, con este problema y sin la beca, prácticamente nos dejaron colgados a medio posgrado.
Se vulneraron mis derechos de mujer, de estudiante y de madre. El hecho de que se haga una carrera no significa que a la par no se pueda tener una familia. Esto le pasa al estudiante de Medicina”, ha sentenciado Cazar.
Una situación parecida tuvo que pasar Ricardo Guerrero, quien también se retiro del posgrado por falta de comprensión por parte de la universidad. Escogió una beca para la especialidad de Ginecología-Obstetricia, pero nunca firmó el contrato. Trabajó varios meses sin reconocimiento y autofinanciándose.
Tampoco recibió el permiso correspondiente para atender una calamidad personal. “Mi hija tuvo una complicación de salud, por la cual tuvo que ser sometida a una intervención mayor. Estuvo en UCI prácticamente un mes. Solicité ayuda a la universidad para que me facilite el permiso necesario, pero me dijeron que por la vía legal no me podían otorgar. Entonces, me dijeron que es mejor que me retire y reingresar en la cohorte siguiente”, ha sostenido. En su caso también le
ofrecieron no poner a disposición su beca.
“
Es muy indignante esta situación. No hay un poco de humanidad para los estudiantes”, ha manifestado
Guerrero, quien ahora no puede continuar el posgrado por falta de recursos para autofinanciarse.
Origen del problema
En septiembre de 2019, las autoridades de la Secretaría de Salud notificaron a la PUCE el cierre de los convenios aludiendo problemas de fuerza mayor (inconsistencias y que estaban mal diseñados, a decir de los posgradistas). En este sentido, cabe señalar que el convenio marco de cooperación interinstitucional entre el Municipio de Quito y la universidad para el desarrollo de programas de pregrado y posgrado en el área de la Salud se encontraba vigente. Fue renovado en 2018 por un periodo de 10 años debido al “éxito de dicho acuerdo”, según el documento al que tuvo acceso EDICIÓN MÉDICA.
Entre los meses de noviembre de 2019 y marzo de 2020, representantes de este grupo de posgradistas se reunieron con autoridades de la Secretaría de Salud y de la universidad para encontrar una solución a esta situación. “Se comprometieron a firmar unos nuevos convenios.
Confiamos en esas palabras, pero no sucedió. Ahora, con pretexto de la pandemia todas las autoridades han desaparecido”, ha sostenido Carrión.
EDICIÓN MÉDICA
ha buscado la posición de la PUCE y de la Secretaría de Salud sobre esta situación, sin embargo, desde la universidad han preferido no pronunciarse al respecto. En cambio, la Secretaría de Salud todavía no ha respondido al pedido de entrevista.