Edición Médica

Las profesionales habrían vulnerado el deber objetivo de cuidado.

Redacción. Quito
La Fiscalía General del Estado ha informado que cuatro profesionales de salud (una cirujana pediátrica, una médica, una enfermera y una auxiliar de Enfermería) del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) fueron llamadas a juicio por el delito de lesiones de más de 90 días por mala práctica médica.
 
A las procesadas se les otorgó medidas sustitutivas a la prisión preventiva, las cuales son: prohibición de salida del país, presentaciones ante la Fiscalía cada quince días, impedimento para enajenar bienes y bloqueo de sus cuentas bancarias por un monto de treinta salarios básicos unificados.
 
Según la Fiscalía, en este caso, denominado ‘Nachito’, las profesionales de salud habrían vulnerado el deber objetivo de cuidado y las pruebas presentadas, entre versiones, auditorías médicas y pericias especializadas, fueron determinantes para llevarlas a juicio.
 
El caso
 
Los hechos que se investigaron en este caso son la perforación intestinal y las quemaduras en las piernas provocadas a ‘Nachito’, entre el 27 y 29 de noviembre de 2014, cuando tenía 1 año y 8 meses de edad. Éstas dejaron secuelas irreversibles en el infante y se niño.
 
El 27 de noviembre, Nachito fue ingresado al HCAM por consulta externa para ser sometido a una laparoscopía programada, por prescripción de ausencia testicular. En la intervención, la cirujana pediátrica, Yolanda G., habría utilizado material quirúrgico para adultos. Además, le habría dado el alta a las tres horas, cuando el protocolo determina que debe darse en un mínimo de 8 horas.
 
En casa, Nachito tuvo fiebre y vómito, por lo que, en la madrugada del 28 de noviembre, sus padres lo trasladaron al hospital más cercano a su domicilio (sur de Quito), donde una radiografía reveló presencia de líquido en el abdomen.
 
Por esa razón, Nachito fue trasladado en ambulancia al HCAM, donde la misma cirujana pediátrica (que le realizó la laparoscopía programada) le practicó una nueva intervención quirúrgica. En esta cirugía se descubrió una perforación en el intestino que le causó una sepsis (infección de segundo grado), que le provocó daño cerebral al infante, dejándolo con un 38 por ciento de discapacidad intelectual.
 
El niño salió de la operación con un 84,4 por ciento de probabilidad de muerte. Ya ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) le desconectaron la manta térmica. Al percatarse de que tenía hipotermia, las profesionales calentaron dos soluciones salinas a ‘baño maría’ para colocarlas bajo las piernas. Esta actuación provocó quemaduras de segundo y tercer grado en el infante. Este procedimiento “no consta por escrito en la historia clínica del niño, por lo tanto, estuvo fuera de protocolo”.
 
El 29 de noviembre del 2014, en la UCI, los padres de Nachito repararon en las vendas que cubrían las piernas de su hijo y al preguntar, recibieron la noticia de que estaban quemadas. Por estos hechos están señaladas las otras tres profesionales de la salud.
 
A criterio de la fiscal del caso, Claudia Romero, la perforación intestinal y las quemaduras en las piernas “son eventos atados, conexos. El segundo no se producía si no se desarrollaba el primero”.

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