730 profesionales del Eugenio Espejo buscaron apoyo en salud mental
Un plan de acción concreto en salud mental puede contribuir a disminuir el estrés
Los sanitarios no han parado en más de un año de pandemia.
|
Cristina Coello. Quito
Los profesionales sanitarios en el Ecuador, como en el mundo entero, están constantemente
expuestos a la cara más dramática de esta epidemia: la muerte y el sufrimiento de muchos pacientes, lo cual ha afectado su salud mental al sobrepasar el año bajo esas condiciones laborales.
Hace poco, en Guayaquil, una pareja de médicos que atendían en la zona COVID fueron encontrados muertos y según las primeras indagaciones policiales se trató de un
doble suicidio. El hecho evidenció la crítica situación de la salud mental en este grupo de profesionales.
Estudios realizados por Universidades Chinas y Estadounidenses han analizado la salud mental del personal médico y de enfermería durante la pandemia en China. La investigación determinó que el 36,9 por ciento del total del personal estudiado (994 individuos) tuvo
trastorno de salud mental por debajo del umbral marcado para el estudio; el 34,4 por ciento padeció trastornos leves, el 22,4 por ciento presentó alteraciones moderadas y el 2,6 por ciento tenía
alteraciones graves inmediatamente después de la pandemia.
Ante tales circunstancias, EDICIÓN MÉDICA ha consultado a la
Unidad de Salud Mental del Hospital de Especialidades Eugenio Espejo (HEEE) las acciones impulsadas a favor de estos profesionales para mitigar los efectos que la situación está generando en algunos de ellos.
Según se ha informado oficialmente en la institución, desde marzo del 2020 se ha brindado “
apoyo emocional, atención psicológica y psiquiátrica individual a quien lo amerita”, así como una intervención con grupos vulnerables.
Además, en esa institución del Ministerio de Salud Pública (MSP) realiza
talleres de apoyo psicológico para todo el personal, con el fin de mitigar la ansiedad, intranquilidad, frustración, incertidumbre y desesperanza.
¿Cómo funcionan los grupos de apoyo en salud mental para los profesionales de la salud?
Se brinda
apoyo psicológico y psiquiátrico a libre demanda en función de la necesidad de cada servidor. En el auditorio principal, se han efectuado talleres de apoyo psicológico con una duración de 40 minutos, con máximo 15 personas, con una frecuencia diaria, de incluso 3 veces al día (07H00 a 07H40, 12H00 a 12H40 y 18H00 a 18H40).
A esas actividades han asistido
730 servidores, aplicándose la
prueba de Ansiedad de Hamilton. A través del área de Comunicación se ha solicitado la difusión de estas actividades por los diferentes espacios para que los usuarios internos que requieran puedan acudan a la Unidad de Salud Mental. El servicio se mantiene.
Los casos leves y moderados pueden ser tratados con psicoterapia de apoyo y los casos graves con psicoterapia y psicofármacos. Es importante continuar con la implementación de
programas preventivos en educación emocional. Actualmente se está trabajando en talleres de habilidades de autorregulación emocional en grupos vulnerables con el soporte de Talento Humano. Además, se han implementado sesiones de Coaching para el fortalecimiento anímico de los usuarios internos.
¿Cuándo deben los profesionales de salud buscar apoyo de salud mental?
En una emergencia sanitaria, es vital precautelar la salud mental del personal que trabaja en primera línea, las condiciones laborales demandan un
elevado esfuerzo mental, emocional y conductual, caracterizados por las siguientes alteraciones:
Cognitivas: pérdida de la memoria, dificultades de concentración, preocupación constante y pensamiento negativo.
Emocionales: cambios bruscos del humor, irritabilidad, tristeza excesiva tras estar mucho tiempo con personas afectadas.
Conductuales: cambios en la alimentación, alteración del sueño, inquietud excesiva.
Físicos: dolores de cabeza, fatiga permanente, mareos, temblores, trastornos gastrointestinales, u otros.
¿Quién se encarga de la salud mental de los profesionales de la salud que atienden COVID-19?
De acuerdo con el
Protocolo de Prevención del Riesgo Psicosocial en intervinientes operativos y administrativos en COVID-19 del MSP del mes de marzo del 2020 es la Coordinación de Salud Ocupacional y el personal de Salud Mental.
¿Cuáles son las principales patologías en salud mental que se han identificado en quienes atienden la pandemia?
El personal de salud ha experimentado
múltiples problemas de salud mental tales como estrés, ansiedad, síntomas depresivos, insomnio, negación, ira, temor, incertidumbre, pérdidas de rutinas y tradiciones, fatiga quedando propensos a desencadenar alteraciones mentales como trastorno de
estrés postraumático e incluso ideación suicida.
¿Por qué es importante el apoyo en salud mental para los profesionales de la salud en contexto de pandemia?
La COVID-19 es la mayor crisis sanitaria que ha conocido el mundo en lo que va de este siglo. Sus repercusiones en el plano psicológico y emocional de las y los profesionales de la salud todavía
no se han dimensionado en todos sus alcances, pues aún no existen suficientes estudios en el campo estricto de la salud mental.
La evidencia sugiere que la mayoría del personal de salud presentará o profundizará las afectaciones psiquiátricas y secuelas psicológicas ocasionadas por factores que aún no se han podido controlar como: la pérdida de vida de familiares, amigos, vecinos; la afectación de la economía personal y familiar; la impotencia y
frustración frente a la cantidad de pacientes que han fallecido, entre otros, así como el intento de suicido y el suicidio consumado.
Proteger al personal de salud es un componente importante dentro de las medidas de salud pública para abordar la pandemia, por ende,
mantener un plan de acción concreto y prioritario en salud mental, no solo puede contribuir a disminuir el estrés experimentado, sino que puede ayudar a prevenir la aparición de desórdenes mentales a futuro.
En guayaquil ya se reportó un posible suicidio de dos médicos que atendían COVID. ¿Cómo ven la situación?
La angustia, ansiedad y depresión en trabajadores de la salud, que, sumadas a la violencia, los trastornos por consumo de alcohol,
el abuso de sustancias, y las sensaciones de pérdida, son importantes factores que pueden incrementar el riesgo de que una persona decida quitarse la vida.
Además de los riesgos físicos, la pandemia ha ejercido
niveles extraordinarios de estrés psicológico sobre los trabajadores de la salud expuestos a entornos de gran demanda durante largas horas, los cuales viven con el temor constante de estar expuestos a la enfermedad mientras están separados de sus familias y se enfrentan a la estigmatización social.
Durante la pandemia de la COVID-19 los problemas de salud mental necesitan más atención para reducir el riesgo de suicidio, por ello, se proporciona más servicios de salud mental para los trabajadores de primera línea, animándolos a que tomen
descansos programados y vacaciones, ofreciendo terapia por telemedicina.
El suicidio se puede prevenir y existen intervenciones eficaces. En un plano personal, la detección y tratamiento psicológicos y psiquiátricos tempranos de la ansiedad, depresión, insomnio y trastornos por consumo de alcohol son fundamentales para la prevención del suicidio, así como el seguimiento a mediano plazo con quienes han tratado de suicidarse.