Edición Médica

Carla Rosero y Ángel Santillán del HGDC.

Cristina Coello. Quito
Los casos de diagnósticos definitivos realizados por médicos de los hospitales Eugenio Espejo, Militar y Calderón han sido los ganadores del Concurso Interhospitalario de Casos clínicos, organizado por el Hospital General Docente Calderón (HGDC).
 
El internista Ángel Santillán, ha detallado a EDICIÓN MÉDICA, que el objetivo del evento científico fue motivar, tanto a los estudiantes de Medicina como a sus docentes, a realizar más  investigación.
 
El organizador del concurso ha considerado que el proceso de diagnóstico de un caso de baja prevalencia permite a los profesionales agudizar sus destrezas diagnósticas, ampliar sus conocimientos y mejorar sus habilidades para proponer un tratamiento.
 
El primer lugar fue para Jorge Salarzar, de Hospital Eugenio Espejo, con un caso de carcinoma suprarrenal. El segundo lugar se otorgó a Juan López Espín, hospital Militar por un caso de  manifestaciones gastrointestinales en Lupus eritematoso. Y el tercer lugar fue para Carla Rosero, del Hospital Calderón por un caso de parasitosis atípica.
 
Santillán ha detallado que “un paciente al ingresar a hospitalización tiene un diagnóstico presuntivo. Pero en el transcurso de la atención, y con el resultado de exámenes de laboratorio e imagen, se llega a un diagnóstico definitivo, el cual puede cambiar con respecto al presuntivo”.
 
“En todos los casos del concurso, ese diagnóstico presuntivo fue diferente al final”, con lo cual se evidenció un análisis exhaustivo de los profesionales de la salud en cada caso.
 
Según Santillán, el próximo año se buscará realizar este evento con la participación de hospitales de todo el país y no solo de la capital como ha sido hasta ahora.
 
Uno de los ganadores
 
Una de las ganadoras, la dermatóloga Carla Rosero, ha resaltado que la colaboración entre servicios e incluso la interinstitucional, permite llegar a diagnósticos precisos y tratamientos efectivos, que en algunos casos llegan luego de largos procesos diagnósticos.
 
Y precisamente eso ocurrió con su caso, una Leishmaniasis muco-cutánea, que fue abordada por varias especialidades y la colaboración de los hospitales de Orellana, Eugenio Espejo y el Centro de Biomedicina, tras lo cual se pudo llegar a un diagnóstico adecuado y la mejoría del paciente.
 
Rosero ha detallado que su paciente provenía de una comunidad alejada en la Amazonia, “con un cuadro de 5 años de evolución que aparentemente inició con una picadura de insecto en el dorso de la nariz. Pero un año después presentó molestias en la garganta y dificultad para tragar sólidos y líquidos, hasta que fue derivado a la Emergencia del HGDC”.
 
“Con un PCR se confirmó una leishmania y se pudo hacer una tipificación de la especie (leishmania braziliensis). Nos llamó mucho la atención porque no hemos visto casos donde simule una lesión tumoral, a pesar de que si está descrito. Pero en el Ecuador mayormente esta enfermedad afecta a la piel de las fosas nasales y este paciente tenía una lesión a nivel oro faringe. Gracias a la colaboración (de todas las instituciones) se pudo llegar a una resolución completa del cuadro”, ha detallado la especialista.
 
De allí que Rosero ha considerado oportuno “fortalecer el sistema de red porque muchas veces las unidades de salud no cuentan con todos los exámenes” y algunos casos requieren acciones más rápidas.

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