Cosplay, el hobby secreto de una médica
En Ecuador se va popularizando este arte de origen japonés
Viernes, 30 de diciembre de 2016, a las 12:13
Tatiana Fernández como 'Saber' (Foto: Marlina Sánchez).
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Cristina Coello. Quito
El
Cosplay es la afición de hacer y usar
disfraces para representar a un personaje de algún videojuego, película, manga, cómic o anime. Parecería una actividad propia de adolescentes, pero la realidad es que muchos profesionales son los impulsores de este arte, muy popular en Japón.
REDACCIÓN MÉDICA encontró un grupo de médicos muy entregados a este hobby. Alejandro Fernández, Tatiana Fernández, Verónica Arias y Carlos Silva son parte del grupo
‘Cosplayers Quito’ y llevan varios años en esta particular actividad.
Y ¿qué tiene que ver un médico con un cosplayer? Mucho, a decir de
Tatiana Fernández, una especialista en Medicina Interna. “Esto es una actividad que nos permite explorar nuevas facetas de uno mismo. Es para poder conocerse. Al mismo tiempo, convertirse en otra persona nos ayuda a desarrollar esa capacidad de ponernos en los zapatos de otro”.
Para muchos médicos el
burnout está ‘pisándoles los talones’ y el tener una actividad distinta puede “ayuda a abrir la mente y olvidarse de todo” dice Fernández, por eso a ella y su grupo el cosplay les ha permitido ‘mantenerse humanos’.
La infinidad de casos médicos por resolver a veces los deshumaniza dicen y para “poder hacer este trabajo necesito ser compasiva y tener
empatía con la gente”, ha insistido Fernández.
Esta especialista ejerce su profesión en Cuidados Paliativos y considera que el practicar Cosplay “
es cuidado del cuidador. Uno debe evitar que nos atrape el estrés y poder dar todo a los pacientes que son personas que esperan que uno esté para ayudar, para comprender. No podemos permitir que se forme una barrera por el burnout”.
Al igual que muchos otros, Fernández ha comentado que trata de “tener una
actividad alternativa porque eso me ayuda a disipar los problemas que vemos durante el día. Uno está mucho en contacto con el sufrimiento de las personas y sus las familias”.
La creatividad e identidad
Fernández tiene esta afición desde hace una década pero previo a ello era
seguidora de la cultura japonesa y del anime. Incluso aprendió japonés.
Luego se asoció con otras seguidores del anime, las películas y los directores japoneses y ahora confecciona sus propios trajes y en ocasiones los de su familia. No obstante, otros miembros dedican más tiempo a realizar los disfraces y venderlos.
“Dentro del grupo hay personas muy creativas. Al principio mandaba hacer (el vestuario), con el tiempo me enseñaron y ahora he aprendido muchas cosas como coser y usar ciertos materiales.
Armamos talleres y hacemos los accesorios que necesitamos”, ha relatado.
“Yo me identifico con los personajes
más compasivos”, dice la doctora, quien últimamente ha participado en sesiones fotográficas con el personaje de ‘Saber’ de la serie de anime Fate/stay night.
En Quito y Guayaquil se realizan convenciones y en ocasiones viajan a Colombia a exponer sus creativos trajes. En otras ocasiones realizan ferias o desfiles con los personajes de anime.
También son invitados por la Embajada de Japón, por los comités de eventos japoneses y el grupo de japonés de la
Universidad Católica (PUCE).
Por dónde empezar
“Todo es por el gusto de hacerlo”, ha dicho Fernández, quien además ha animado a sus colegas a “que se atrevan” a interesarse por este arte. “Convertirse en un personaje que a uno le gusta o se identifica es algo muy reconfortante”, ha comentado.
Según la médica, en internet hay todo tipo de
tutoriales “si lo quieren hacer solos. O contactarse en Facebook con el grupo si necesitan ayuda para confeccionar trajes”.
Grupo Cosplayers Quito (Foto: Marlina Sánchez).
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