Edición Médica

Susana Tito, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología.

Redacción. Quito
En 2020, Ecuador registró un 7.4 por ciento de población mayor de 65 años, sin embargo, para el 2054 se prevé que aumente a un 18 por ciento, según datos de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología. Por ella razón, es importante preguntarse como sociedad ¿qué está realizando el país para tener un envejecimiento saludable?
 
En el marco del Día Internacional de las Personas de Edad, la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología ha hecho un llamado para construir una sociedad favorable para los adultos mayores sin discriminación.
 
Además, para promover un envejecimiento activo y digno ha pedido alinearse a 4 pilares esenciales: diversidad en la vejez; cambios demográficos globales; promoción de los derechos de las personas mayores y la discriminación por edad; promover ciudades amigables adaptadas a las necesidades del adulto mayor.
 
Para Susana Tito, presidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología, el país tiene que crear conciencia y desafiar los estereotipos y los conceptos erróneos asociados al envejecimiento.
 
Para esto, ha considerado que requieren alianzas que permitan acercarse más hacia una sociedad amigable con la vejez, superar las formas obsoletas de concebir la vejez, fomentar un cambio importante en la forma de entender el envejecimiento y la salud, e inspirar la creación de enfoques transformadores.
 
En este contexto, la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología, persigue el estudio y la investigación de las ciencias gerontológicas de manera que se puedan promover principios en dentro de la década del envejecimiento saludable 2020-2030.
 
Desde que empezó aumentar la esperanza de vida en América Latina y el Caribe, desde 1950, se han creado estereotipos alrededor de la palabra “envejecer”, como por ejemplo que son una carga económica, discriminación por edad, aislamiento social, deterioro físico y cognitivo, entre otros conceptos completamente erróneos que se denominan ageísmo o edadismo.

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