Ecuador participa en proyecto latinoamericano de optimización de antimicrobianos en la UCI
Se busca un mejor uso de los antibióticos para no contribuir a la resistencia
Viernes, 13 de septiembre de 2019, a las 07:01
Cristina Moreno, Jeannete Zurita, Ana Paulina Celi y Juan José Romero.
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Cristina Coello. Quito
Debido al aumento del uso de antibióticos en los hospitales como uno de los
factores asociados al incremento de la resistencia bacteriana, un grupo de especialistas ha implementado por primera vez en el Ecuador, un programa para la
optimización del uso de antimicrobianos (PROA) en
unidades de cuidados intensivos de adultos, como parte de un proyecto a nivel Latinoamericano.
En la región han participado
71 unidades de cuidados intensivos de establecimientos públicos y privados. En Ecuador se formaron equipos en los hospitales Metropolitano, Vozandes, De los Valles, Carlos Andrade Marín, de la Policía y otros cinco en Guayaquil, ha informado
Jeannete Zurita, líder del proyecto en el país.
En entrevista con REDACCIÓN MÉDICA, los infectólogos
Ana Paulina Celi,
Cristina Moreno, Juan José Romero,
Fausto Guerrero, junto a Zurita, han coincidido en que es necesario implementar este proyecto en la mayor cantidad posible de hospitales, como una medida adecuada de
seguridad y calidad en la atención al paciente, así como de optimización de recursos.
Hasta ahora el Ministerio de Salud Púbica (MSP) ha vigilado la resistencia antimicrobiana pero no se han implementado un PROA como
una herramienta de control de la resistencia antimicrobiana, ha observado Zurita.
De allí que los especialistas han decidido implementar el programa y
determinaron las necesidades locales.
Celi, ha observado que un PROA puede determinar las actividades básicas que se deben realizar en una unidad de salud, también sugerir la
estructura organizacional básica (un equipo multidisciplinario) para su implementación y
mejora la productividad en relación con el consumo de antimicrobianos.
“Se busca un mejor uso de los antibióticos para
no contribuir a la resistencia, ya que es una emergencia mundial, y entre otras causas es, por el uso inadecuado de antibióticos”, ha insistido.
Zurita, ha recordado que el país ha tomado medidas para bajar la resistencia “pero no se ha logrado y el PROA es, al parecer, una buena herramienta. No solo para eso, sino también para mejorar la calidad de atención al paciente, prevenir infecciones porque
es un equipo multidisciplinario el que lo conforma”, ha insistido.
Los equipos de los hospitales ecuatorianos que formaron parte del proyecto estuvieron conformados por un
infectólogo, un
microbiólogo, un
farmacéutico, el enfermero encargado de control de infecciones, el estadístico y el intensivista.
Moreno, jefe de servicio de Infectología de los hospitales Militar y Metropolitano, al detallar la labor que realizaron los equipos, señaló que entre otras cosas, hicieron vigilancia en las UCI y “aleatoriamente, una vez al mes, se buscó pacientes con
varios tipos de antibióticos, se analizó la razón por la cual se usaba ese antibiótico, se revisaba si la prescripción era la adecuada (basada en guías bibliográficas), la
administración era la correcta, de acuerdo a funciones renales y hepáticas del paciente. Todo ello permitió evaluar si el infectólogo o intensivista lo estaba haciendo de manera correcta”.
También se ha realizado el
conteo de antibióticos usados cada mes y se determinó cual se usaba más. Con la información, esperan contener la resistencia antimicrobiana.
Algunas conclusiones
Tras la aplicación de un PROA en estos hospitales, los investigadores han determinado que existe un
número limitado de Infectólogos en el país. Además que
existe falencias en los profesionales
microbiólogos
“Tenemos un problema grave con los
farmacéuticos clínicos. No existen en los hospitales y la forma de involucrarse es muy limitada” a pesar de que su análisis es muy importante, ha comentado Celi.
Por su parte, Zurita ha observado con preocupación que “no todos los hospitales cuentan con todo lo necesario para tener un
reporte microbiológico adecuado y que se carece de
farmacólogos clínicos”.
La microbióloga ha destacado que este tipo de programas “permite
reducir los costos en salud, porque los antibióticos son uno de los fármacos que más se usa en hospitales. Pero también está la
seguridad del paciente, que se beneficia al disminuir infecciones adquiridas y su estancia hospitalaria”, ha comentado.
“Un equipo de PROA en un hospital tiene una
función de apoyo al médico tratante, que no es infectólogo, pero que puede tener una herramienta que le dice lo que debe hacer correctamente”, ha insistido la especialista.
Romero, por su parte, ha considerado que se debe “
empezar por algo. Un PROA con adecuado
entrenamiento del equipo, no necesita recursos elevados”, ha asegurado.
“Consideramos que debe ser una
política de salud pública el controlar la resistencia y el
uso de antibióticos. Así como hay un programa ampliado de inmunizaciones, un PROA ayudará a controlar la resistencia y dará seguridad al paciente”, ha reiterado el infectólogo.
El proyecto ejecutado en el país ha determinado que
las prevalencias de resistencias son distintas en cada hospital y que las bacterias mayormente encontradas fueron la E. coli BLEE; Staphylococcus aureus, Klebsiella pneumoniae KPC, Pseudomonas aeruginosa, entre otras.