ATLAS ALIMENTARIO
Ecuador ya tiene una herramienta para gestionar la toma de datos estandarizados en Nutrición
Esta obra es comercializada en la USFQ.
María Elisa Herrera, Maribel Chisaguano y Gabriela Vayas, autoras.
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Cristina Coello. Quito
La Escuela de Salud Pública y su carrera de Nutrición de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) han investigado y elaborado el segundo ‘
Manual fotográfico de porciones para cuantificación alimentaria del Ecuador’, una útil herramienta para la labor de los profesionales de la Salud.
Sus autoras, las ecuatorianas María Elisa Herrera, Maribel Chisaguano, Gabriela Vayas y la brasileña
Sandra Crispim han trabajado la obra con el objetivo de facilitar la realización de las
encuestas alimentarias al proporcionar un recurso visual adecuado para que la población entrevistada pueda determinar el tamaño de la porción de los alimentos que consume.
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Herrera ha recalcado que en esta segunda edición del manual se buscó brindar una completa herramienta al profesional de la salud que trabaja en
estudiar los patrones alimentarios.
Las particularidades de la dieta ecuatoriana
Si bien, el país ya disponía de unos modelos locales en forma digital (que han apoyado desde el 2019), este nuevo libro (impreso) muestra ahora fotografías de las porciones de
142 alimentos, que son los más consumidos en el país y
49 medidas caseras.
Previo a esta herramienta, el profesional de la salud debía utilizar las elaboradas en otros países con la posibilidad de no encontrar
alimentos propios de la dieta local como el tamal, quimbolito, sangre frita, cuy, chontacuro, etc.
Herrera ha comentado que “uno de los grandes desafíos en las
ciencias de la Nutrición ha sido la cuantificación de la dieta, y en particular la estimación de la porción consumida” y por ello se hacía prioritario disponer de “herramientas visuales que permitan
gestionar la toma de datos de manera estandarizada y confiable”.
En esta segunda edición del manual se ha mejorado la estimación del tamaño de porción consumida de los diferentes alimentos que conforman la dieta ecuatoriana y toma en cuenta
alimentos locales y grupos poblacionales. Incluye además un listado de medidas caseras para aquellos alimentos difíciles de cuantificar, además de la lista de factores de corrección de los alimentos que se requieren estimar su peso bruto o peso neto.
Las autoras han estructurado del manual con una
sección de metodología donde se detallan los procedimientos ejecutados para la elaboración de esta herramienta, luego presentan las fotografía de las medidas caseras y porciones de los alimentos, y finalmente incluyen las
tablas con las equivalencias de los volúmenes de las medidas caseras, los pesos de la porción comestible de las porciones de los alimentos y los factores de conversión determinados al estimar el peso bruto y peso neto de aquellos alimentos que así lo requirieron.
“La evidencia científica señala que las herramientas visuales son más fáciles de
entender para los pacientes, se percibe mejor la información y hay menos transgresiones alimentarias voluntarias e involuntarias. Con eso, sigue mejor el plan alimentario, hay una mejor adherencia al tratamiento y cumple con los objetivos”, ha añadido Herrera.