Edición Médica

Andrea Gómez y Dámaris Intriago.

Jonathan Veletanga. Quito
La variante Ómicron llegó, oficialmente, hace más de un mes al Ecuador y desde ese entonces ha generado un rebrote de casos que aún no llega a su pico máximo. La autoridad sanitaria nacional espera que esto suceda en aproximadamente dos semanas, no obstante, esto dependerá en gran parte del comportamiento individual y colectivo de la ciudadanía, han recalcado dos científicas consultadas por EDICIÓN MÉDICA.
 
Situación preocupante
 
“Hemos observado un crecimiento rápido de casos, la velocidad de contagio es bastante elevada por las características de esta variante. Es algo que lo veíamos venir, pero no hubo acciones de prevención (por parte de la autoridad sanitaria) sino más bien acciones reactivas”, ha manifestado la epidemióloga Andrea Gómez Ayora.
 
La característica más preocupante de ómicron es justamente su transmisibilidad: se puede transmitir casi dos a tres veces más rápido que la variante Delta”. Por ello los casos se pueden duplicar en un periodo de 2 a 4 días. “Esta alta capacidad de transmisibilidad se vio exacerbada en los feriados de Navidad y Fin de año”, donde además las personas dejaron de lado las medidas de bioseguridad por esa falsa sensación de seguridad que les generó las vacunas y los mensajes (poco adecuados) por parte del Gobierno, ha agregado Dámaris Intriago, magister en Medicina Molecular y docente investigadora de Universidad Internacional SEK.
 
Estas situaciones han generado el aumento explosivo de casos que estamos viendo actualmente en el país, que ya ha provocado una gran “presión” en el Sistema de Salud y el personal de salud, especialmente en la atención primaria, lo cual es muy preocupante porque puede saturarse, han considerado las académicas.
 
Por esta razón, Gómez, quien también es docente investigadora y especialista en Salud Pública, espera que las medidas adoptadas por el Estado en la primera semana de enero (disminución de la presencialidad en los trabajos y establecimientos educativos, principalmente) empiecen a tener efecto en la curva epidemiológica a partir de la próxima semana.
 
Si bien es “posible que esta semana veamos una continuidad en el incremento de casos”, también es cierto que es “clave” para observar si las medidas implementadas tienen algún efecto en la reducción de la velocidad de los contagios. Esto además dependerá del comportamiento de la población y que mejore la comunicación de riesgo por parte del Gobierno.
 
En este sentido, ha adelantado que la reducción de la curva epidemiológica se observará de manera diferente en cada provincia y cantón, es decir, algunos cantones verán su reducción de manera más temprana y otros un poco más tardíamente.
 
“Esperamos que la curva vaya descendiendo como hemos visto en otros países, pero para esto necesitamos acciones conjuntas, individuales y colectivas, que ayuden a reducir la velocidad de la trasmisión”, como uso adecuado de medidas de bioseguridad, vacunación y acciones gubernamentales, ha enfatizado Gómez.
 
¿Cómo redoblar la bioseguridad personal en este momento?
 
Intriago ha precisado que ahora la principal recomendación es usar doble mascarilla: KN95 más mascarilla quirúrgica o mascarilla quirúrgica más mascarilla de tela. Estas deben ser utilizadas correctamente, cubriendo nariz y boca.
 
Esto debe ir en conjunto a otras medidas como: evitar aglomeraciones, no estar en espacios sin ventilación, evitar fiestas y reuniones familiares, y sobre todo estar al día con el esquema de vacunación (dos dosis más dosis de refuerzo, cuando llegue su turno).
 
En este sentido, ha puntualizado que las vacunas no evitan la transmisibilidad del virus entre personas, pero si nos protegen previniendo casos graves que puedan requerir hospitalizaciones e ingresos a Cuidados Intensivos. Por esta razón, “un vacunado debe tener bien puestas sus mascarillas”, ha destacado.
 
A las personas que no están vacunadas, ha instado a acudir a inmunizarse para reducir el riesgo de una enfermedad grave. Ha enfatizado que las vacunas son seguras y efectivas.
 
“La vacunación y usar las medidas de bioseguridad correctamente hará que, eventualmente, podamos controlar este repunte de casos”, ha sostenido la investigadora de la Universidad SEK.
 
¿COVID-19 se puede volver una enfermedad endémica con Ómicron?
 
Las académicas han explicado que para responder a esta interrogante se deben considerar ciertos elementos, entre ellos que: esta enfermedad no genera inmunidad a largo plazo, al igual que las vacunas.
 
Ómicron tiene una mayor capacidad de reinfección en aquellas personas con infecciones previas de SARS-COV-2. Asimismo, “las personas todavía no comprenden que las vacunas, frente a ómicron, han visto una reducción de efectividad, por lo tanto, aquellas que se han vacunado pueden tener riesgo de infectarse, claro que no desarrollarían síntomas graves”, ha comentado Intriago.
 
Justamente porque se reduce la efectividad de las vacunas es fundamental colocarse el refuerzo, tras completar el esquema de inmunización. “Se ha visto que esto puede potenciar la respuesta inmunológica contra la COVID-19”, ha agregado.
 
Por otra parte, se ha observado que ómicron puede desarrollar síntomas leves, en la mayor parte de los casos, pero también es verdad que puede generar síntomas crónicos y a largo plazo. Por lo tanto, es muy importante “evitar enfermarnos a través del contagio”, ha añadido Gómez.
 
Esto sumado a la alta capacidad de transmisibilidad de ómicron, nos hace pensar que aún es muy temprano para colocar a la COVID-19 como una enfermedad endémica. “Todavía continuamos en una pandemia, sobre todo por esta nueva variante”, ha enfatizado la epidemióloga.
 
“No debemos tomar a ómicron como una estrategia para salir de la pandemia. Recordemos que podemos poner en riesgo a personas vulnerables si se toma una actitud irresponsable de ‘contagiemos, no pasa nada’”. De seguir de esta manera, cada vez se tendrán más casos y nuevos problemas a nivel del Sistema de Salud, ha acotado Intriago.
 
¿Está cerca la inmunidad de rebaño?
 
Sobre la tan anhelada inmunidad de rebaño, Gómez ha precisado que ómicron nos coloca en un nuevo escenario, ahora se necesitaría que el 100 por ciento de la población esté vacunada para evitar nuevos brotes. Entonces, “estamos en un escenario bastante lejano”, sobre todo en relación a la colocación de la dosis de refuerzo.
 
Vigilancia genómica de nuevas variantes
 
Intrigado ha sostenido que en el Ecuador es difícil tener una idea certera de cuál es la variante de SARS-COV-2 más predominante, puesto que la capacidad de secuenciación del país no es la adecuada.
 
Ha considerado que con base al número de muestras que se secuencian actualmente, no se podrían tener resultados seguros sobre la situación del país. Por ello, espera que se potencien los sistemas de secuenciación con más inversión y más talento humano. “Toda esta información además debería estar disponible para que podamos tener una mejor  idea de cuál es la variante más dominante”.
 
No obstante, “por las características de ómicron y las situación a nivel social de cómo se maneja la pandemia en el Ecuador, es probable que ómicron ya sea la variante dominante”.
 
Ante esta situación, lo más importante es evitar la circulación del virus. ¿Cómo se logra esto? Trabajando de manera conjunta (comportamiento ciudadano y acciones del Gobierno) y con las medidas de bioseguridad ya recomendadas.
 
La COVID-19 es una enfermedad prevenible. Entonces, mantener las medidas de seguridad y contar con el esquema completo de vacunación es clave.  Por este motivo, “hay que trabajar con solidaridad y en comunidad porque terminar con la pandemia es un trabajo de todos”, ha concluido Gómez.

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