El Código de Salud debe resolver temas más controversiales que el aborto o el vientre subrogado
Expertos aspiran tener una normativa en sintonía con los desafíos de la salud pública
José Ruales, Marcelo Aguilar, Ramiro Estrella, Fernando Sempértegui, Juan Yazlle y Gabriel Ordóñez.
|
Cristina Coello. Quito
Varios académicos, investigadores y profesionales de la salud han coincidido en que el proyecto unificado de Código Orgánico de la Salud (COS), que se discute en la Asamblea Nacional (AN), tiene
otros puntos más controversiales e importantes por resolver como la construcción de un sistema de salud, sostenibilidad, investigación científica, rectoría, entre otros.
Durante un conversatorio realizado en la Universidad Central del Ecuador (UCE) se analizaron los ‘Desafíos en la consolidación del sistema universal de salud’, en el cual los expertos han destacado que el COS será un instrumento protagónico en la elaboración de políticas, pero aún existe
preocupaciones centrales que no han sido resueltas y que van más allá de temas como el aborto, el vientre subrogado o la legalización de la marihuana.
A decir del rector de la UCE,
Fernando Sempértegui, los puntos polémicos relacionados a la academia que no han sido debatidos, consensuados e incluidos en el proyecto de ley se refieren a “la inserción laboral de nuestros recursos de salud. En otras palabras, cómo el Código mira la
Carrera Sanitaria”.
A decir del rector, “no está adecuadamente perfilada esa carrera y en particular los recursos de tercer nivel que formamos, quienes no tienen un campo claro de inserción laboral. Estamos asistiendo a un serio problema con los médicos generalistas” ha advertido.
Los otros puntos que le inquietan a Sempértegui son las normativas “que abruman” el quehacer de la
investigación científica; la
rectoría del sistema; el
abastecimiento oportuno de medicamentos para las unidades de salud y la atención a las enfermedades catastróficas y olvidadas, donde “existe ciertas ambigüedades”.
De este último punto surge “otra preocupación, que es la
sostenibilidad en el campo de la prevención y reparación de la salud”, por la “asimetría” entre las instituciones que conforman el sistema. Finalmente, al catedrático le inquieta la “
carga adicional sancionatoria del COS”.
Juan Yazle, profesor de la Universidad de Sao Paulo, ha mencionado que el problema en la salud “comienza siempre en cómo se usan los recursos.
Una de las marcas latinoamericanas es el desperdicio, tenemos poco y lo aplicamos mal.
Se estimaba que el desperdicio llega al 30 por ciento del costo de manutención de los hospitales”, ha indicado.
El experto ha recordado que Brasil tiene 30 años de aplicación de un
sistema único de salud, y los años “nos han dado una perspectiva que nos permite desconfiar de esas propuestas luminosas, aparentemente lógicas y que no llevan resultados en beneficio de la mayoría. La cuestión final es cómo adaptar la economía a las necesidades de la salud y no lo contrario, restringir la salud a las necesidades de la economía”.
A
José Ruales, secretario de Salud del Municipio de Quito, le preocupa que en el COS no se identifique claramente el sistema de salud. “En la práctica
tenemos un sistema mixto que coexiste de manera fragmentada con varias instituciones de seguridad social y privada, sin una verdadera articulación”.
“En ningún momento el COS plantea un
modelo diferente, único, universal, gratuito y público. Ni siquiera se describe el sistema fragmentado que existe en la actualidad”, ha comentado.
De allí que asegura se requiere “replantear, reformar, reestructurar” el sistema en Ecuador porque, además, “cuando hay un sistema coherentemente estructurado hay que analizar si está generando los
resultados que la sociedad espera”. Es decir, si el desempeño es óptimo.
No obstante, Ruales ha dejado claro que los resultados no se refieren a la cantidad de consultas, egresos o inversión, sino a las “
condiciones de salud de la población, nivel de vida, riesgo financiero de los hogares y satisfacción de la población”.
El secretario de salud, ha advertido también que
no existe “evidencia, resultados e información clara de lo que está sucediendo en el sistema y sin ello, muy poco podemos hacer para cambiar”.
Para este experto,
uno de los capítulos más deficientes del COS “es el de financiamiento del sistema. Lo único que hace ese capítulo es describir las posibles fuentes de donde se obtienen los recursos que básicamente son tres: los impuestos, aportes al IESSS y gastos de bolsillo”. Pero no se define cómo esos recursos van a ser empleados, orientados y usados.
Por otra parte, le preocupa que “la rectoría del sistema y la función de una autoridad sanitaria fuerte y competente
no incluye solamente la regulación control y sanción. Y en la propuesta de COS la mayor parte se basa en estas funciones”.
No se contempla las funciones de salud pública, vigilancia de la salud, ni se cumple con el reglamento sanitario internacional. “Es decir, las
funciones propias no están descritas o están confundidas con funciones de la red de prestación de servicios. Es necesaria la separación de algunas funciones”, ha opinado.
Marcelo Aguilar, director del Instituto de Salud Pública de la UCE, ha enfatizado que el COS debe “decir qué vamos hacer, cómo van hacer, quienes van a recibir los beneficios y como se van a financiar. No ha sido explicada una política de salud en el país”, ha asegurado.
El catedrático ha reclamado que en la propuesta “no aparecen salubristas, administradores de salud, epidemiólogos”, profesionales necesarios para
elaboración de políticas en todos los sentidos, mientras que los especialistas pasan a ocupar “los más altos niveles en la escala salarial”.
“Urge
recuperar algunas capacidades y el COS en incierto, fragmentario y no ve todo el proceso de prevención, promoción, control y recuperación”, ha añadido.
Por su parte,
Gabriel Ordoñez, ex docente de la UCE y dirigente gremial ha opinado que el proyecto de COS fue un documento creado básicamente por el Ministerio de Salud Pública (MSP), pero cree que hoy “
es la oportunidad de cambiar el modelo de atención en el país para reformar la atención primaria, donde se atiende el 80 por ciento de la población y donde deben estar los médicos más preparados y mejor remunerados”.
“De aprobarse como está el COS
no creo que beneficie a los profesionales, ni a los trabajadores de la salud. Lo único que creará es más confusiones. Tiene muchas fallas conceptuales, de definición y es muy incensaste”, ha agregado.
Por ello ha pedido el
apoyo de la academia para solicitar el diferimiento de la aprobación de esta normativa “porque es más nocivo que favorable para la salud del pueblo”, ha concluido.
Según los organizadores, fueron invitados al conversatorio tanto el
MSP como la presidencia de la
Comisión de Salud de la AN, quienes no asistieron ni enviaron delegados.