El médico de atención primaria es primordial para un tratamiento oportuno del linfoma
Además, el seguimiento subsecuente es importante para un diagnóstico diferencial
Viernes, 15 de septiembre de 2017, a las 16:29
María Fernanda Luján (HCAM) y Alberto Arguello (HAGP).
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Jonathan Veletanga. Quito
En marco del Día Mundial de la Lucha Contra el Linfoma (15 de septiembre),
María Fernanda Luján, especialista en Hematología del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM), ha comentado a REDACCIÓN MÉDICA que el
rol del médico de atención primaria es primordial para que los pacientes con linfoma tengan un tratamiento oportuno.
“No es adecuado asumir que el especialista es el único que debe hacer el diagnóstico diferenciad de cualquier adenopatía.
Es importante que el medico de primer nivel e internista sepa cómo actuar ante una sospecha de una neoplasia proliferativa hematológica”, ha dicho.
Según la especialista, el linfoma es una de las enfermedades prevalentes con mejores oportunidades de tratamiento, por lo que, el sospechar, el diagnosticar y el tratar a tiempo
puede significar “curarla”.
Asimismo, ha señalado que el seguimiento subsecuente en atención primaria es importante para un diagnóstico diferencial y para que el paciente llegue en óptimas condiciones al tratamiento. “
Ningún linfoma se diferencia en la primera consulta”.
“El linfoma es una enfermedad que muchas veces se puede hacer el diagnóstico en el área de atención primaria de Salud, pues cursa con síntomas como sudoración excesiva, fiebre nocturna, pérdida de peso, prurito del cuerpo, presencia de inflamación de los ganglios,
factores que implican que el paciente puede estar presentando una enfermedad como esta”, ha comentado
Alberto Arguello, líder del servicio de Oncología del Hospital Abel Gilbert Pontón (HAGP).
Característica principal
El linfoma es una enfermedad neoplásica que abarca muchos síndromes heterogéneos, por lo que, para realizar un diagnóstico y una derivación oportuna se debe
poner “mucha atención” a las características macro de patología, en la edad de la persona y en los síntomas del paciente, ha señalado Luján.
En este sentido, ha indicado que la característica común macro para diagnosticar es notar masas (nodulaciones o tumoraciones) en la localización donde se encuentran los ganglios como cuello, axilas o ingles. Ante estos cuadros, “
debemos preguntarnos cómo se presenta, qué tiempo lleva y que síntomas las acompañan”.
Luján también ha manifestado que la
edad, las comorbilidades y la presentación clínica, son características fundamentales para diferencia entre algo reactivo viral o algo neoplásico.
De su parte, Arguello ha añadido que, para no pasar por alto esta patología, es necesario realizar una
buena entrevista clínica, un examen físico exhaustivo y estudios complementarios, los cuales están disponibles en nuestro país, tanto en el sector público como privado.
“
En Ecuador tenemos todo para el diagnóstico y tratamiento del linfoma”, ha enfatizado el especialista del HAGP.
Según ha informado, los linfomas se presentan en cualquier edad, sin embargo, los más agresivos y más evidentes se presentan en niños y adolescentes; y en
adultos mayores de entre 60 y 80 años.
Complejidad
Para los especialistas, la complejidad de realizar un diagnóstico diferencial cuando se trata de alteraciones en células de la sangre, está en que estas (células)
reaccionan a múltiples estímulos como por ejemplo virales, infecciosos, bacterianos, medicación, alteraciones inmunológicas, cambios propios de la edad, lo que se puede confundir con otras patologías.