Edición Médica

Mónica Tarapuez, presidenta ASEMS.

Cristina Coello. Quito
A propósito del Día Mundial de la Seguridad del Paciente (17 de septiembre), EDICIÓN MÉDICA ha conversado con Mónica Tarapuez Román, presidenta de la Asociación por la Salud Ecuatoriana, Medicamentos y Seguridad del Paciente (ASEMS).
 
La especialista en farmacología ha resaltado la normativa respecto a la notificación de eventos adversos ocasionados por medicamentos, como parte de la seguridad del paciente y ha señalado que tanto pacientes como profesionales los pueden notificar.
 
La Agencia de Regulación y Control Santiario (ARCSA) ha hecho esfuerzos respecto a mejorar la notificación de efectos adversos de los medicamentos por parte de los profesionales de la Salud, pero aún “se puede mejorar”.
 
En ese sentido, la especialista ha considerado que para la notificación no deberían usar los mismos formularios el personal sanitario y los pacientes. “Es bueno que en nuestro país se invite al paciente a notificar” pero debe ser de una estructura distinta por la complejidad que representa la identificación de una reacción adversa.
 
Cabe mencionar que los pacientes y todo el sistema de farmacovigilancia se alimenta de la sospecha. El paciente siente que algo no está bien y consulta al médico, no puede diagnosticar una reacción adversa.
 
Por ello, Tarapuez se ha preguntado si “¿El sistema de salud está realmente favoreciendo que los pacientes consulten por estos motivos? Puede ser que muchos pacientes identifiquen al medicamento como la causa de la molestia ese momento, pero ¿el paciente consulta al mismo médico que le prescribió? ¿El sistema público les permite volver a consultar rápidamente? Entonces, más bien habría que preguntarse ¿Cómo el sistema de salud está involucrando a los pacientes para que funcione realmente la farmacovigilancia? Yo creo que hay muchos pasos por mejorar y se puede hacerlo”, ha añadido.
 
Y en ese punto ha sido enfática en señalar como necesaria a la formación continua. El objetivo detrás del Día de la Seguridad del Paciente es tomar en cuenta qué cosas pueden causar daño dentro de la práctica clínica y uno de ellos puede ser el medicamento. De allí que Tarapuez ha considerado un “cambio de estrategias en la formación de grado y en la formación continua”.
 
“¿Cuánto están capacitados los profesionales para diagnosticar una reacción adversa de un medicamento? Siempre se prescribe pensando en el beneficio. Pero en las mallas curriculares que conozco de la carrera de Medicina no está el componente farmacovigilancia o reacciones adversas”, ha comentado.
 
Pero eso no solo es un hecho en el Ecuador, es un problema a nivel internacional “porque los medicamentos son pensados en la perspectiva de beneficio, cuando en realidad deben entenderse de una forma crítica y analítica desde su perfil riesgo-beneficio”, ha recalcado la presidenta de ASEMS.
 
Y allí ha considerado que como todo, es una habilidad que se desarrolla el diagnostico de eventos adversos por medicamos. Por ello Tarapuez ha insistido en que “hay que darles a los estudiantes recursos para identificar esos posibles efectos adversos y un hospital simulado podría hacer mucho. Creo que en la identificación y diagnostico correcto hay mucho trabajo y no solo en Ecuador, sino a nivel internacional”, ha reiterado.  
 
El rol de los pacientes
 
Para la especialista, en el tema de seguridad del paciente, éstos también tienen su responsabilidad y una muy importante es el acceso a la información. “Por ejemplo, un paciente crónico debe conocer bien su medicación” y una buena fuente de información confiable pueden ser los clubes de pacientes, porque allí son los profesionales de la salud los que despejan sus dudas.
 
Luego está el autocuidado responsable. Cada persona debe ser consciente de sus acciones respecto a medicamentos. “No compre medicamentos por internet. Tampoco consulte al señor de la farmacia, ni reutilice las recetas. Hay que tomar medicamentos con responsabilidad porque son sustancias exógenas que entran al cuerpo para modificar nuestro organismo”, ha advertido Tarapuez.
 
En definitiva, según la especialista, “todos juegan un rol esencial, la salud no la construye el médico que prescribe, lo hace cada miembro del sistema” que, por supuesto, tiene falencias, pero que pueden ser mejoradas, ha opinado.
 
El balance del riesgo beneficio
 
Tarapuez también ha dejado claro que “no hay un camino sencillo” en lo que a reacciones adversas se trata. Más bien ha pensado en un balance riesgo-beneficio y por ello ha insistido en el manejo específico y especializado de los medicamentos.
 
“Hay ocasiones que no se puede retirar el medicamento como el caso de las enfermedades oncológicas. El tratamiento quimioterápico generará reacciones adversas y no se podrá retirarlo para desaparecer la reacción. Entonces el médico prescriptor debe hacer un balance”, ha añadido.  
 
Medicamentos de calidad
 
Finalmente, Tarapuez ha mencionado que será parte de la seguridad del paciente la inversión estatal en medicamentos de calidad para enfermedades prevalentes. “La garantía de los medicamentos no debe ser negociable. Hay que buscar un buen proceso y estrategia financiera costo efectiva” de compras públicas, completando los requisitos básicos de calidad y para ello se requiere la inter-institucionalidad y el trabajo en equipo.

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