Edición Médica

Byron Núñez y Daniel Simancas.

Cristina Coello. Quito
Aunque las autoridades ya preparan un regreso paulatino a las actividades, los especialistas temen un rebrote de la enfermedad que puede ser muy difícil de manejar, especialmente en provincias más pequeñas, y han recordado que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ya ha establecido algunas pautas para hacerlo, las cuales aún no se ajustan a la realidad del país.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, el epidemiólogo Byron Núñez, ha considerado que Guayas ya llegó a su pico de contagio, pero Pichincha no. En esta última provincia, “por el confinamiento se desplazó la curva y hemos tenido una tendencia menor de infecciones, de igual manera las otras provincias, aunque preocupa Los Rios”, pero no por eso se va a pensar en relajar las medidas, ha considerado.
 
A decir de este especialista, el país atravesará oleadas de contagios posiblemente de 9 a 18 meses y estima que el virus “tendrá que infectar al 70 u 80 por ciento de la población, para que se desarrolle un efecto rebaño”. Actualmente no se conoce con algo de certeza cuánta población se ha infectado.
 
De allí que Núñez ha considerado que el proceso de retorno a la actividad laboral “debe estar técnicamente sustentado en indicadores de carácter inmunitario”.
 
“El rebrote, es una bomba de tiempo si no se aplican medidas estrictas de carácter comportamental y de convivencia social. El retorno debe ser estrictamente técnico-científico, sustentado en datos objetivos no en presiones de la industria y la empresa privada. Hay que proteger la vida y no el dinero. Esto puede ser peor”, ha advertido el epidemiólogo y docente de la Universidad Central del Ecuador (UCE).
 
Por lo tanto, debido a que las autoridades aún no determinan el valor reproductivo básico de la enfermedad, no se puede saber la disminución de los contagios de manera real y objetiva. “Cuando ese valor sea menor a uno, allí podremos ir retornando a las actividades”, ha explicado.

La sugerencia de la OMS
 
Por su parte, Daniel Simancas, también experto en epidemiología y docente de la Universidad UTE, ha reiterado que los parámetros de la OMS son la guía básica para retomar las actividades paulatinas.
 
Aun así, ha señalado que existe evidencia de que hay transmisión sostenida del CoVid19 en varias provincias, además, el país tiene un sistema de vigilancia epidemiológica insuficiente, “no estamos preparados para nuevos brotes en especial en provincias más pequeñas, las empresas no cuentan con protocolos de retorno claros”, entre otros puntos.
 
“Es inentendible la reactivación del sector de la construcción, a menos que sea para terminar la edificación de hospitales. Pero deberían reactivar empresas que ayuden a paliar la pandemia como las de insumos y equipamiento para profesionales de la salud. Estamos sacando nuestros dólares en las importaciones, mejor reactivemos la economía con la fabricación de medicinas, insumos e infraestructura para contrarrestar la pandemia”, ha dicho.
 
Simancas se ha preguntado qué va a pasar cuando la gente empiece a movilizarse a otras provincias y se incrementen los casos en donde aparentemente no han tenido una explosión de contagios como en Guayas y Pichincha. Por ello ha hecho un llamado a prepararse para los casos importados.
 
El experto se ha lamentado de que el país aún no tenga “la disciplina suficiente” para entender el real impacto del virus. “No es culpa de la gente”, pero hace falta capacitación, compromiso y adopción de nuevas normas de comportamiento, ha insistido.
 
El mensaje gubernamental de pasar al distanciamiento social “podrían dar una falsa sensación de seguridad de que esta pandemia está terminando" y eso no es así, ha comentado Simancas.
 
El país más golpeado
 
Desde el punto de vista epidemiológico hay una alta posibilidad de nuevos brotes y las consecuencias serían el colapso de los sistemas de salud y el incremento de las muertes.
 
“Somos uno de los países más golpeados de Latinoamérica y quizá del mundo. Es imposible que vayamos a ser uno de los primeros en retomar las actividades. No hemos sido ejemplo de manejo de la pandemia, no queramos ser ejemplo de eficiencia en retomar las actividades, porque no estamos preparados”, ha sido enfático en señalar Simancas.
 
El experto ha advertido que algunos cálculos advierten de nuevos brotes incluso por dos años más, si no aparece una vacuna efectiva.
 
Por lo tanto, los gobiernos deberán analizar bien sus acciones ya que “serán juzgados no por el número de contagios que se den, sino por el número de muertes que logren evitar. El peso de estas muertes estará en relación directa con las estrategias que tome el gobierno y la responsabilidad social”, ha finalizado Simancas.
 
Enrique Terán, docente investigador de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) ha sido más drástico y estima que el país “está recién en fase de crecimiento, estamos empezando a ver la magnitud del contagio y eso que se implemento parcialmente el aislamiento. Por eso Quito tiene números más bajos que Guayaquil, pero con las indisciplinas de San Roque, ya mismo veremos el impacto”, ha señalado.
 
Para Terán, lo importante es “balancear lo práctico versus lo ideal. Hay gente que no puede dejar de trabajar a diario, a ellos hay que apoyarles y al resto ser más estricto. La inconsistencia social (salir a jugar, tomar cerveza, etc.) va a tener para todos un efecto desafortunadamente negativo”.
 
Lo más importante, a decir de Terán, es masificar las pruebas para identificar los pacientes en etapas tempranas y cuando sean identificados mantener el aislamiento. Además de dotar de tratamiento oportuno para evitar que se agraven los hospitalizados.

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