EN LA UNIVERSIDAD
El reto de los docentes de Anatomía por lograr una sólida formación sanitaria
Anatomía es la materia básica en la enseñanza de todas las ciencias de la salud
Julio Jaramillo Monje, Jaime Flores, Marco Guerrero.
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Cristina Coello / Jonathan Veletanga.
Anatomía ha sido históricamente la
materia más temida por los estudiantes de pregrado en las carreras sanitarias y, hasta hace relativamente poco tiempo, era la causante de gran
deserción universitaria. ¿Ha cambiado eso los últimos años?
EDICIÓN MÉDICA, a propósito del
Día Internacional de la Anatomía (15 de octubre), ha conversado con varios docentes para conocer cómo ha evolucionado el proceso de enseñanza y los retos que enfrentan para lograr un sólido aprendizaje.
Esta materia, básica en las carreras de Ciencias de la Salud,
sigue presentando un elevado porcentaje de repitencia en los centros superiores. Sin embardo, no alcanza la proporción ‘tan macabra’ que existía antaño, por ejemplo, en la carrera de Medicina, según han comentado varios docentes consultados.
“No se puede concebir un médico que no tenga fundamentos adecuados en Anatomía, por ello
es una de las materias que mayor esfuerzo exige al estudiante cuando ingresa a la carrera de Medicina” y aunque ha tenido varios cambios con el tiempo, todavía mantiene su esencia, ha sostenido
Julio Jaramillo Monge, docente de Morfología (Anatomía, Histología y Embriología) de la
Universidad de Cuenca.
La enseñanza clásica de Anatomía, es decir del conocimiento “muy detallado” de cada uno de los órganos y sistemas del cuerpo ha cambiado. “
A pasado de ser netamente descriptiva a tener una aplicación clínico-quirúrgica”, ha señalado
Marco Guerrero, docente en pre y posgrado de la
Universidad Central del Ecuador (UCE).
Para
Jaime Flores, coordinador del Centro de Simulación Clínica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la
UDLA (Universidad de las Américas), la enseñanza de Anatomía ha cambiado mucho y ahora está “centrada en el estudiante, quien está más inmerso en su proceso de aprendizaje y el docente se vuelve un
acompañante, expone problemas y resuelve casos clínicos”.
Guerrero ha añadido que esta asignatura le proporciona al estudiante, especialmente de Medicina, un amplio conocimiento sobre el cuerpo, pero también
le proporciona disciplina. Es decir “le forma en método de estudio y empieza a entrenarle para recordar partes anatómicas”.
Para Jaramillo, el estudio de la Anatomía no solo demanda un componente muy grande de memoria, como se piensa generalmente, también requiere de elementos de
comprensión, relación y asociación, esto debido a que su contendido es muy amplio y transversal a lo largo de toda la carrera de Medicina.
Si bien el estudio de la materia se da en el primer año de la carrera, “muchos estudiantes retornan al texto de Anatomía para entender mejor otras asignaturas que se ven en los años posteriores”. Esto sin duda
denota una transversalidad muy importante, ha añadido.
El uso del cadáver
Muchos médicos cursaron esta asignatura usando un texto base y la
observación de un cadáver en vivo, con todas implicaciones que esto conlleva (miedo, riesgos biológicos, etc.).
No obstante, con el paso del tiempo, las regulaciones en el ámbito legal pusieron muchas
restricciones a la posibilidad de obtener un cadáver, de manera que se tuvo que recurrir a otras herramientas como los órganos y partes del cuerpo disecados, a la Anatomía Comparada (con más frecuencia), Anatomía de Superficie, al uso de maquetas de tamaño real (tienen varias limitaciones) y, entre lo más reciente están los equipos de disección digital y los
simuladores.
En ese sentido Guerrero ha recordado que, en los foros internacionales de ciencias médicas en general y morfológicas en particular, se enfatiza que
“lo fundamental es la enseñanza en piezas anatómicas verdaderas, reales”. Las herramientas tecnológicas “ayudan, son efectivas, pero no puede reemplazar al estudio en cadáver”, ha opinado.
Jaramillo también ha considerado que es verdad que la tecnología reduce los riesgos biológicos y
facilita ciertos aspectos
Clase Anatomía UDLA.
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del estudio, pero también
tiene sus limitaciones como, por ejemplo, no se puede palpar, ver los relacionamientos, etc. Sería muy útil “volverse apoyar” en ese elemento que caracterizó a la Anatomía por muchos años, ha opinado.
Por este motivo, en años pasados en la Universidad de Cuenca se retomó las gestiones para volver a obtener cadáveres, lastimosamente debido a la tramitología y a las normas vigentes,
no se concretó la iniciativa, ha manifestado Jaramillo.
Y en ese sentido, Guerrero ha comentado que
la UCE insistirá a la Asamblea Nacional en un
proyecto de donación de cuerpos para la ciencia que se pretendió incluir en el ya vetado Código Orgánico de la Salud (COS).
“La donación de cuerpos para la ciencia es común y se lo realiza en muchos otros países. Es una acción que no solo beneficia al pregrado, sino
fundamentalmente al posgrado y a las especialidades quirúrgicas”, ha argumentado el docente de la UCE.
Flores tiene otra perspectiva. Ha considerado que con el avance de la tecnología
se ha encontrado otras formas de enseñanza en las que el cadáver es una herramienta adicional. Hoy con los recursos interactivos multimedia, anatomía de imagen, cadáveres virtuales, body painting, anatomía de superficie (a través del tacto se identifica partes del cuerpo) se logra
mayor retención en el estudiante, dice.
“Cuando se enseña Anatomía centrada en el cadáver se aprende mucho en ese momento del tiempo. Pero cuando un estudiante se gradúa su
retención de la materia no es mayor al 30 por ciento. Significa que mucho de ese conocimiento se quedó en el camino”, ha sostenido.
Y de acuerdo con la experiencia de la UDLA, las herramientas tecnológicas han permitido al estudiante “terminar la
carrera con una retención superior al 80 por ciento. No se hace necesario que los docentes de especialidad deban repetir la Anatomía” en los niveles superiores, ha asegurado Flores.
Por lo tanto, para el docente de la UDLA, al educar al personal de salud en pregrado se debe
usar varias herramientas no solo cadáver. Pero para formar un cirujano, “la mejor forma de aprendizaje es el uso del cadáver”.
Nueva normalidad
Los tres docentes han coincidido en que el estudio de la Anatomía
no se puede reducir solo a lo virtual y por ello ya planifican prácticas especiales.
En el caso de la Universidad de Cuenca se ha establecido en el nuevo ciclo de Medicina, un
componente práctico-presencial sobre temas muy importantes, como el estudio del cráneo, entre otras.
“Estas prácticas las vamos a realizar hacia el final del ciclo, pero todo dependerá de cómo vaya evolucionando la pandemia. Por ahora,
seguiremos apoyándonos en la tecnología y los medios electrónicos”, ha sostenido Jaramillo.
Retos
Jaramillo ha invitado a la academia y docentes a reflexionar sobre múltiples retos: cómo convertir a la Anatomía en un verdadero aprendizaje significativo en todos los campos de las Ciencias de la Salud; las
dificultades y restricciones que existen en el país para obtener cadáveres; y cómo fortalecer la enseñanza de la Anatomía con orientación clínica.
Guerrero también estima que mantener la enseñanza de la asignatura en cadáver es el reto más importante. Para él la tecnología no lo puede reemplazar. Pero también la
obtención de cuerpos (enteros) es un gran desafío.
En ese sentido la Facultad de Medicina de la UCE se ha propuesto
empezar a ‘plastinar’ cuerpos y órganos para facilitar la enseñanza.
En conclusión, los tres docentes han señalado que los requerimientos de aprendizaje de Anatomía son altos. Pero también han percibido una disminución en repitencia, lo que significa que
también ha cambiado la percepción del docente sobre cómo enseñar la materia y su papel como tutor.
El 'body paint' es una opción de enseñanza de la Anatomía. (Cortesía-UDLA)
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