USO DE PROBIÓTICOS
El saccharomyces boulardii CNCM I-745 reduce los efectos secundarios de los antibióticos
Existe una fuerte evidencia científica que avala este efecto positivo
Henry Cohen, presidente de la Academia Nacional de Medicina de Uruguay.
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Jonathan Veletanga. Quito
REDACCIÓN MÉDICA ha conversado con
Henry Cohen, profesor de Gastroenterología, presidente de la Academia Nacional de Medicina de Uruguay y expresidente de la Organización Mundial de Gastroenterología (WGO), quien se encuentra en Ecuador dando una serie de conferencias científicas en Quito y Guayaquil sobre la
interacción de los antibióticos con la microbiota intestinal, y el rol del saccharomyces boulardii CNCM I-745 en la prevención de los efectos secundarios de los antibióticos.
Cohen ha explicado que
el saccharomyces boulardii CNCM I-745 es un probiótico elaborado en Francia que tiene más de 60 años en el mercado. Cuenta con una fuerte evidencia científica (revisiones sistemáticas y metaanálisis) que avalan su efecto beneficioso en la prevención de los efectos secundarios del uso de antibióticos en diferentes patologías gástricas, como la infección por helicobacter pylori, donde por lo general se utilizan hasta 3 antibióticos en dosis altas por 14 días.
“Ayuda a evitar los efectos secundarios de los antibióticos, fundamentalmente la diarrea. Pero también disminuye las náuseas. El uso adecuado de estos probióticos
permite una reconstitución más rápida de la microbiota intestinal de los pacientes, lo que ayuda a recuperar las funciones digestivas y a cumplir el tratamiento antibiótico que puede verse interrumpido debido a las molestias”, ha sostenido el especialista.
Una de las principales características de este probiótico es que
es una levadura, a diferencia de la mayoría de probióticos que son bacterias. Esto permite que los médicos puedan prescribirlo con la seguridad de que no se verán afectados por la propia función del antibiótico y con la tranquilidad de la disminución de las molestias, junto al antibiótico específico que requiera el paciente.
“Si le doy a un paciente un probiótico que es un bacteria es muy probable que el antibiótico lo inactive porque los antibióticos matan a las bacterias, sin embargo, no matan a las levaduras.”, ha recalcado el especialista, quien ha aseverado que un probiótico se debe recetar
con las mismas pautas y normas con las que se prescribe cualquier medicamento.
“Hay que saber por qué lo receto, en qué dosis y por cuánto tiempo. Dar un probiótico solo porque va a tomar antibióticos no sirve. Hay que saber cuál es el
probiótico específico para cada situación clínica y para esto está la evidencia científica”, ha enfatizado Cohen.
Para esto, ha recomendado revisar las guías de práctica clínica de la Organización Mundial de Gastroenterología, las cuales se encuentran de manera gratuita y en 6 idiomas en su sitio web:
www.worldgastroenterology.org. Además, en el bibliotecólogo de la WGO también se puede encontrar bibliografía actualizada (cada tres meses) sobre probióticos.
Para el presidente de la Academia Nacional de Medicina de Uruguay, la modificación de la microbiota intestinal a través de probióticos específicos puede ser una
herramienta terapéutica útil en ciertas enfermedades.
El dato
El probiótico saccharomyces boulardii CNCM I-745
está disponible en varios países latinoamericanos, incluyendo a Ecuador.