Edición Médica

Gabriela Zambrano, docente universitaria.

Jonathan Veletanga. Quito
Según la última actualización epidemiológica sobre COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han reportado 43.193 nuevas hospitalizaciones y 654 nuevos ingresos en unidades de cuidados intensivos (UCI) por infección de SARS-CoV-2 a nivel mundial, entre el 10 de julio y 6 de agosto de 2023. Esto quiere decir que la población y específicamente los grupos vulnerables deben seguir alertas, más ahora que se han notificado nuevas variantes del virus.
 
“El mundo está ante una nueva ola de COVID-19. Por lo que, sería preocupante que en Ecuador, el próximo invierno, también nos pase lo que ya está sucediendo en otros países. Entonces, antes de octubre, sería aconsejable administrar un nuevo refuerzo de la vacuna”, ha reflexionado Gabriela Zambrano, docente universitaria investigadora de pregrado y postgrado, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA.   
 
Según la OMS, las variantes de interés más prevalentes a nivel mundial son XBB.1.16 y EG.5.1 (esta última denominada Eris), en 101 y 50 países, respectivamente. Sin embargo, durante las últimas cinco semanas, EG.5.1 ha mostrado una tendencia al alza, por ello la OMS sigue de cerca su evolución.
 
Ecuador no es ajeno a esta situación, ya que también se están viendo casos en poblaciones vulnerables, como los adultos mayores, que progresan a la necesidad de hospitalización. “Si bien sabemos que estamos en una fase comunitaria, se debe tener en cuenta que no toda la población ha completado su esquema de vacunación (ni si quiera los grupos vulnerables)”. Por ende, “vamos a seguir necesitando antivirales para los pacientes hospitalizados”, ha anticipado.
 
“Es decir, todavía el tratamiento para COVID-19 (terapia antiviral) tiene una cabida importante”, especialmente porque los pacientes de más de 65 años, incluso que han sido vacunados completamente, aún están en riesgo de contraer la enfermedad y progresar a hospitalización debido al proceso de inmunosenescencia (envejecimiento del sistema inmunitario).
 
Precisamente, en este contexto, un grupo multidisciplinario de especialistas de la región ha publicado recientemente unas directrices panamericanas para el tratamiento del SARS-CoV-2/COVID-19, que se basa en la evidencia de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas (SBI) y la Asociación Panamericana de Enfermedades Infecciosas (API).
 
En esta guía, basada en el sistema GRADE, se “lanza niveles de recomendación para el tratamiento de COVID-19, en función de que ya tenemos la suficiente evidencia para generar recomendaciones certeras”, ha expresado la médica ecuatoriana, quien ha sido parte de este grupo.
 
La publicación brinda 10 recomendaciones que incluyen tixagevimab + cilgavimab en la profilaxis de COVID-19; tixagevimab + cilgavimab, molnupiravir, nirmatrelvir + ritonavir y remdesivir en el tratamiento de pacientes ambulatorios; remdesivir, baricitinib y tocilizumab en el tratamiento de pacientes hospitalizados con COVID-19 grave; y se desaconseja el uso de hidroxicloroquina o cloroquina e ivermectina.
 

Fuente publicación científica.

De estos, “solamente molnupiravir y remdesivir tenemos en el país”, de manera que sería importante que el país empiece a prepararse para el próximo invierno. “COVID-19 no se ha ido y sigue dando sorpresas. Por ello, en el contexto de nuevas variantes y de poblaciones vulnerables, el tratamiento antiviral tiene todavía su lugar”, ha reiterado.
 
También ha señalado que es necesario seguir observando cómo evolucionada terapia antiviral en el marco de las variantes de SARS-CoV-2 que van apareciendo, como la EG.5.1, y de la vacunación.
 
Zambrano ha hecho un llamado para que la vacunación con vacunas bivalentes o actualizadas se abra a la población general  y a los a niños desde los seis meses en adelante. 

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