Esofagitis eosinofílica y reflujo refractario son cada vez más comunes
Un profesional explica algunas opciones
Marcelo Vela, Gastroenterólogo y Hepatólogo de Mayo Clinic.
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Cristina Coello. Quito
La
esofagitis eosinofílica (EE) y el
reflujo refractario son enfermedades que cada vez se presentan con mayor frecuencia en la consulta, ha explicado a REDACCIÓN MÉDICA el Gastroenterólogo y Hepatólogo estadounidense-guatemalteco
Marcelo Vela.
El profesional de
Mayo Clinic, Arizona, ha impartido en Quito varias conferencias sobre sus investigaciones enfocadas a las enfermedades del
esófago.
Según Vela la EE es una reacción alérgica, considerada como afección crónica que aún “no se entiende cuáles son los alérgenos o las moléculas que causan la reacción, pero ocasiona inflamación en el revestimiento del esófago” y eventualmente eso lleva a tener molestos problemas de deglución.
“Estos pacientes tienen hallazgos muy característicos en endoscopía, tienen múltiples anillos y el diagnóstico se hace mediante biopsia y así uno puede determinar que hay una reacción alérgica y una vez que se ha confirmado hay distintas maneras de tratarlo”, ha detallado.
Tratamiento
Se puede tratar a través de medicamentos que controlen la
alergia, a través de una dieta restrictiva y en algunos pacientes incurrimos en dilataciones (aumentan el diámetro del esófago) con instrumentos del endoscopio.
El reflujo refractario ocasiona una alta frecuencia de episodios de
reflujo. “Todos tenemos una pequeña cantidad de reflujo, es normal que un poco del ácido del estómago suba. Pero los pacientes con enfermedad de reflujo tienen una alta frecuencia de episodios y cuando se ven expuestos a tanto ácido desarrollan síntomas como agruras, regurgitación, en algunos casos dificultad para tragar”, ha señalado Vela.
El tratamiento principal está basado en la supresión del ácido del estómago a través de medicamentos que bloquean las bombas que producen el ácido de tal manera que los jugos gástricos se vuelven menos ácidos y en muchos pacientes se resuelven así los síntomas.
No obstante, según Vela, hay pacientes que no responden a ninguno de estos tratamientos convencionales y ellos “requieren una evaluación más profunda porque hay tres posibles explicaciones para la falta de respuesta”.
¿Por qué no responde al tratamiento?
La primera es una verdadera falla terapéutica en la que el medicamento por algún motivo no está logrando bloquear el ácido.
La otra es que el medicamente esté funcionando (el ácido esté controlado) pero tienen síntomas debido a reflujo de materiales no ácidos.
Y la tercera posibilidad es que el síntoma no se deba a reflujo. “Presentan pirosis. Ardor en el pecho y cuando les hacemos un estudio resulta que tienen esofagitis eosinofílica y algunos tienen un trastorno de hipersensibilidad a tránsito de comida”.
A estos pacientes que no responden es importante realizar una evaluación profunda para determinar si tienen “persistencia del ácido, reflujo no ácido o tienen otra cosa” porque el manejo es distinto para cada una de estas situaciones, ha precisado el especialista.