EN ESTADOS UNIDOS
Estudio identifica mayor incidencia de suicidio entre las médicas, en comparación con el resto de mujeres
Se comparó la incidencia de suicidio entre médicos frente a la población general de EE. UU. por sexo y factores asociados
Las mujeres medicas tienen un 53% más de riesgo. (Foto: freepik).
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Redacción. Quito
La salud mental está en la mesa discusión con mayor frecuencia sobre todo en el ámbito sanitario. Así pues, un reciente
estudio publicado en la revista
JAMA Psychiatry, ha puesto en evidencia el mayor
riesgo suicida que tienen las
mujeres médicas en Estados Unidos.
Según un
estudio de cohorte que incluyó a 97.915 fallecidos, las
médicas tuvieron una
incidencia de suicidio significativamente mayor por cada 100.000 personas al año que la población general femenina entre 2017 y 2019, con una incidencia de suicidio general más alta entre 2017 y 2021.
En el análisis se ha identificado que las mujeres medicas tienen un 53 por ciento más de riesgo de incurrir en el suicidio que el resto de mujeres. Por el contrario, sus homólogos masculinos presentan un 16 por ciento menos de peligro que los hombres sin la
titulación médica.
Cabe aclarar que los
médicos en general, tanto hombres como mujeres, enfrentan tasas de suicidio superiores a las de la población general. Sin embargo, aunque los hombres representan el 80 por ciento de las
muertes por suicidio entre los médicos, las mujeres médicas experimentan una tasa más alta, lo que sugiere que existen factores adicionales que afectan a las mujeres en esta profesión.
El autor principal del estudio,
Hirsh Makhija, investigador voluntario de posgrado en psiquiatría de la Universidad de California en San Diego, ha subrayado que los
programas de prevención actuales no están abordando adecuadamente los riesgos específicos que enfrentan las médicas.
El entorno laboral no es amigable para el médico
Se ha insistido en que los médicos de ambos sexos tienen una probabilidad mucho mayor de enfrentar
trastornos de salud mental como la
depresión (un 35 por ciento más) y otros problemas psicológicos (un 66 por cinteo más) respecto a la demás población.
Además, se ha observado que los médicos tienen una mayor tendencia a experimentar
problemas laborales y legales, además de los familiares, financieros o conyugales.
La investigación ha revelado que la mayoría de actos se perpetraron con un
arma de fuego. Ese método fue el más utilizado por los hombres. Le siguen el
ahorcamiento y el
envenenamiento, este último, el más empleado por las mujeres. Pero también se registran suicidios cometidos con objetos afilados, caídas o ahogamiento.
Al comparar los datos de los profesionales de Medicina con los del resto de la sociedad, la
intoxicación alcanza un
mayor grado de prevalencia ya que aprovechan su capacidad de acceso a multitud de fármacos.
Los investigadores estiman que el entorno laboral no es amigable para el médico ya que buena parte sufre un importante
desgaste emocional tras enfrentarse a la presión de salvar vidas o la imposibilidad de hacerlo.
Ese escenario además influye con el cansancio acumulado por las largas jornadas, especialmente provocado por las guardias. Asimismo, el
estigma en torno a la salud mental dentro del colectivo no facilita la detección de casos que requieran de acompañamiento psicológico.
El estudio no aborda directamente las razones específicas que explican el mayor riesgo de suicidio entre las mujeres médicas. Sin embargo, los investigadores han sugerido que factores como el
escaso reconocimiento de su trabajo, las
desigualdades en la remuneración, el
acoso laboral y las mayores
responsabilidades domésticas podrían estar contribuyendo a este fenómeno.
La propuesta
Tras los resultados, los investigadores han hecho un llamado a la acción para implementar
estrategias de prevención más integrales. Además, han insistido en la necesidad de desestigmatizar la salud mental y ofrecer más
recursos accesibles para los médicos.
Por otro lado, han propuesto limitar el acceso a métodos letales como
medicamentos y
objetos punzantes, y promover una cultura en la que los médicos puedan compartir sus dificultades sin temor al estigma.