Existen opciones terapéuticas seguras para tratar la emesis gravídica
La primera opción está constituida por recomendaciones nutricionales
Darío Santacruz, especialista en Medicina Materno Fetal.
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Jonathan Veletanga. Quito
Darío Santacruz, especialista en Medicina Materno Fetal y Perinatología, ha indicado a REDACCIÓN MÉDICA que la
emesis gravídica (vomito) es una
sintomatología muy frecuente en el embarazo, principalmente en el primer trimestre, que no se busca mejorar en la paciente porque “desafortunadamente todo el mundo la considera normal”.
Para el especialista el manejo de
la emesis gravídica es un tema que se ha dejado de lado, principalmente, porque se piensa que es “normal” y sobre todo porque se desconoce que existe un manejo terapéutico “seguro desde el punto de vista teratogénico” para intervenir la sintomatología de este problema y por ende mejorar la calidad de vida de la paciente.
En este sentido, ha comentado que la Federación Colombiana de Asociaciones de Perinatología (
Fecopen) a través del Ministerio de Salud ha establecido un
protocolo para el manejo de la emesis gravídica en el embarazo, en la cual se encuentran recomendaciones no farmacológicas, farmacológicas y para el manejo intrahospitalario.
“Cerca del 80 por ciento de las mujeres embarazadas experimentan sintomatología de nausea y vómito, que son muy desagradables para el día a día de la paciente. Sin embargo como médicos
debemos saber que existe un manejo terapéutico para mejorar las condiciones de estas pacientes, y sobre todo no podemos decirle que este problema es normal y que debe aguantarse”, ha dicho.
Santacruz ha comentado que si bien la emesis gravídica es “normal” por los cambios fisiológicos del embarazo, existen opciones, que"
se pueden usar con seguiridad” y pueden ayudar a mejorar la sintomatología de este problema, el confort de la persona, la nutrición para la madre y el feto, que traen beneficios psicológicos, entre otros.
Primera opción de tratamiento
El especialista ha comentado que “en la emesis gravídica
la primera opción de tratamiento está constituida por
recomendaciones nutricionales, apoyo psicológico y terapias alternativas.
En este sentido ha agregado que el manejo de este problema “no puede ser el mismo para todas pacientes sino que
debe ser personalizado”, ya que depende del grado de sintomatología, de los hábitos alimenticios de la paciente y de todo lo que se analice en la historia clínica.
Por este motivo la primera recomendación no farmacológica es
cambiar los hábitos alimenticios de la paciente mediante una dieta fraccionada, en donde se acompañe las comidas con líquidos fríos y se disminuya las grasas.
Según lo indicado entre las medidas no farmacológicas se encuentran
técnicas de la Medicina Tradicional como la acupuntura o la presión en las manos, codos y diferentes puntos específicos del cuerpo con dispositivos eléctricos.
Manejo farmacológico
Santacruz ha manifestado que existen diferentes
opciones terapéuticas de acuerdo a los neurotransmisores que intervienen en el centro del vómito, que son los antihistamínicos (categoría b) y antieméticos convencionales.
Asimismo ha expresado que desde hace dos años la FDA y otros organismos americanos recomiendan como
terapia gold estándar la mezcla de un antihistamínico (doxilamina) con la piridoxina (vitamina B6), los cuales también pueden administrase independientemente. “Esta es una opción terapéutica que deberíamos tomar en cuenta ya que ha demostrado una eficacia de casi el 70 por ciento en la reducción de la náusea y vómito”, ha expresado el especialista.
Para las pacientes que desarrollan hiperémesis gravídica tenemos
otras herramientas como el ondansetron (categoría B), que son antieméticos que tienen una acción directa, o medicamentos endovenosos como metoclopramida (categoría B) y piridoxina, acompañados de todo un soporte nutricional, ha mencionado Santacruz, quien también es jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia de la Cínica Versalles de Cali (Colombia).
En este sentido el especialistas ha considerado que
las intervenciones no se dan por desconocimiento en todos los sentidos: en la teratogenicidad que pudieran producir estos medicamentos, de que existen tratamientos y porque desde el punto de vista cultural se considera que este problema es “normal”.
El dato
Darío Santacruz ha participado como ponente en el
XIII Congreso Internacional de Ginecología y Obstetricia Isami 2017, que se desarrolla en Quito.