Expertos de las Américas definen prioridades de investigación sobre el virus de Oropouche
Se trazará una guía oficial para los investigadores
Expertos de Brasil, Colombia, Cuba, Perú, Ecuador y OPS.
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Redacción. Quito
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha reunido en Bogotá a expertos de Brasil, Colombia, Cuba, Perú, Ecuador y de Centros Colaboradores de OPS para arbovirus, con el objetivo de definir una agenda estratégica de investigación sobre el virus de Oropouche (OROV).
Desde 2024 el OROV ha causado emergencias sanitarias en Brasil y Cuba, y podría propagarse en otros países de las Américas. Por lo que, los especialistas han identificado brechas críticas en el conocimiento actual y han delineado estrategias clave para guiar futuros esfuerzos en la región con base en la evidencia.
Según lo informado, en la reunión se ha establecido una hoja de ruta clara para coordinar esfuerzos frente al virus de Oropouche.
Al respecto, Ludovic Reveiz, jefe de la Unidad de Ciencia y Conocimiento para el Impacto de la OPS, ha indicado que se desarrollará un documento estratégico con insumos prioritarios que será compartido con los actores involucrados antes de su publicación como
guía oficial. Además, se crearán protocolos genéricos para armonizar las acciones científicas en toda la región.
La OPS asumirá un rol articulador al fomentar la cooperación técnica entre países, investigadores y comités éticos. También facilitará la coordinación necesaria para fortalecer las capacidades frente a esta amenaza emergente. “Esta es una oportunidad crítica para trabajar colectivamente por el bienestar de las comunidades más vulnerables”, ha precisado Andrea Vicari, jefe de la Unidad de Gestión de Amenazas Infecciosas de la OPS.
Socorro Azevedo, investigadora del Instituto Evandro Chagas Centro Colaborador de OPS para Arbovirus y virus Emergentes en Brasil, ha destacado que el virus ha estado presente en su país desde 1960. Por ello ha resaltado la relevancia de las investigaciones recientes sobre OROV y su relación con malformaciones congénitas.
"Nuestro grupo fue pionero al identificar el virus en mujeres embarazadas cuyos bebés presentaron malformaciones congénitas.
Este hallazgo permitió emitir una alerta global para monitorear a las mujeres embarazadas ante posibles riesgos", ha explicado.
Para la investigadora, toda mujer embarazada con sospecha de infección por Oropouche o Zika (otro arbovirus que puede causar malformaciones congénitas) debe ser monitoreada cuidadosamente para evaluar posibles impactos en su bebé. El seguimiento es clave para cuidar a las madres y sus bebes, desarrollar estrategias preventivas y considerar futuras intervenciones como vacunas o tratamientos específicos.
De su parte, María Guadalupe Guzmán Tirado, Coordinadora del Centro Colaborador de OPS para Dengue del Instituto Pedro Kourí en Cuba, también ha subrayado la necesidad urgente de priorizar investigaciones sobre casos graves y su impacto en la salud materno infantil.
“Es fundamental establecer criterios claros para identificar factores de riesgo asociados a cuadros graves o neurológicos y desarrollar herramientas diagnósticas avanzadas”. En este contexto, ha advertido sobre la posibilidad de nuevos vectores involucrados en la transmisión del virus debido a su expansión geográfica.
Por esta razón, "es esencial investigar cuál vector transmite con más eficiencia el virus y entender cómo interactúan esos vectores y el virus”, ha insistido.
Ana Cristina Guerra Herrera, epidemióloga del Ministerio de Salud, ha resaltado la importancia de estandarizar criterios epidemiológicos entre países. “Mientras que países en la región enfrentan una concentración significativa de casos confirmados, en Colombia hemos tenido brotes puntuales y en otros países solo se han reportado casos importados. Necesitamos fortalecer la vigilancia epidemiológica y clínica del OROV a nivel regional”, afirmó.
Por su parte, Vicari ha indicado que uno de los principales desafíos es fortalecer las
herramientas de vigilancia y de laboratorio para detectar y monitorear el virus en áreas específicas.
Entonces, controlar la transmisión requiere identificar los vectores responsables e implementar estrategias efectivas basadas en comunicación social y empoderamiento comunitario. "La investigación no solo mejora nuestra comprensión del fenómeno… También informa acciones más efectivas en control vectorial y manejo clínico", ha manifestado.