ENTREVISTA EXCLUSIVA
Fatiga pandémica: la COVID-19 sigue afectando drásticamente la salud mental
La prevalencia de ansiedad y depresión ha aumentado significativamente en todo el mundo
Laura Rojas-Marcos, miembro de la Real Academia Europea de Doctores.
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Jonathan Veletanga. Quito
La Universidad San Francisco de Quito (USFQ) ha acogido el
VI Congreso Internacional de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), previo a la Expedición Científica a las Islas Galápagos, donde están participando destacados científicos internacionales, así como cuatro premios Nobel: Erwin Neher, premio Nobel de Medicina (1991), Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química (2004), Richard Roberts, premio Nobel de Medicina (1993), y Richard Schrock, premio Nobel de Química (2005).
La Expedición Científica a las Islas Galápagos culminará el próximo 5 de septiembre, con la firma del “
Manifiesto de las Galápagos para la preservación de los Océanos”.
En este evento, EDICIÓN MÉDICA ha conversado en exclusiva con
Laura Rojas-Marcos, reconocida escritora, investigadora, doctora en Psicología Clínica y Salud, quien ha expuesto sobre los
efectos de la COVID-19 en la salud mental y su impacto a corto y largo plazo.
“
La COVID ha tenido un gran impacto en la salud mental de la gran mayoría de las personas. Hemos podido encontrar que hubo un aumento en trastornos de depresión, ansiedad, de consumo de sustancias, de adicciones e incluso ha aumentado drásticamente las conductas autolíticas (hacerse daño uno mismo)”, ha detallado.
Sin embargo, dado que la pandemia aún no ha terminado, seguimos viviendo momentos de intranquilidad, estrés, ansiedad, pérdida de vidas e incertidumbre, lo cual continúa afectando la salud mental de las personas, especialmente en la gente joven. Es decir, aunque no parezca y no sea muy notorio en muchos casos,
todavía tiene un “impacto drástico” en las emociones y en el “modus vivendi” de la sociedad, pero también en “nuestra perspectiva de futuro”.
Al final, si no se logra identificar a tiempo este factor y su sintomatología, muchas personas terminan desarrollando una enfermedad mental, incluyendo los profesionales de la salud, porque como todo el mundo, están cansados, agotados y sufriendo esa “
fatiga pandémica”, ha sostenido la especialista.
La fatiga pandémica es un concepto que se emplea para “describir el estado mental y emocional de la gran mayoría de las personas que hemos estado viviendo durante todo este periodo de tiempo (más de dos años de pandemia)”, ha explicado Rojas en el VI Congreso Internacional de la RAED.
Por esta razón, ha considerado que se debe concientizar sobre qué podemos hacer para prevenir y cuidar nuestra propia salud mental y de quienes nos rodean. Es importante que “
todos podamos aportar ese grano de arena de responsabilidad social para evitar empeorar la situación”, ha destacado.
Para ello, según ha explicado, es fundamental empezar a crear espacios y ayuda hacia la población en general, con la finalidad de
promover y trabajar en herramientas y estrategias de afrontamiento y cuidado de la salud mental a corto, mediano y largo plazo.
Esto también ayudará a
romper ese estigma y discriminación creados sobre la atención de los trastornos mentales, que se han generado debido a la poca y mala información al respecto.
Impacto devastador en la salud mental
El marzo de 2022, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un nuevo informe sobre el impacto de la pandemia en la salud mental, el cual reveló que
la prevalencia de ansiedad y depresión aumentó en un 25 por ciento en todo el mundo. También encontró que los profesionales sanitarios fueron uno de los grupos poblacionales más afectados por esta situación y que los adolescentes corren un altísimo riesgo debido a conductas suicidas y autolesivas.
Asimismo, ha demostrado que el primer año la pandemia ha tenido un
“impacto devastador” en las mujeres, de entre 15 y 50 años, tanto a nivel emocional y familiar, como en el desarrollo de depresión y ansiedad, y su ejercicio profesional, ha añadido la entrevistada.
Si bien esta pandemia no tiene precedentes, los científicos están seguros que la COVID-19 “ha marcado un antes y un después en nuestra forma de vida”. Sin embargo,
tendrá un efecto diferente en cada individuo.
En salud mental, su impacto quizá dependerá, especialmente, “del apoyo, los recursos y las ayudas que tengamos para poder compartir nuestros sentimientos y la información sobre qué podemos hacer…
La sociedad está aprendiendo que la salud mental y salud física están unidas, no se puede tener la una sin la otra”, ha reflexionado Rojas.