Edición Médica

Patricia Haro, experta en terapia auditiva.

Diego Mosquera. Quito
La terapia de lenguaje es fundamental en pacientes que han sido intervenidos con un implante coclear debido a lo delicado del tratamiento ha explicado a REDACCIÓN MÉDICA Patricia Haro, experta en terapia auditiva.

En el marco del Día Mundial del Implante Coclear, Haro ha explicado que el reto más complicado para un terapista es la actitud de la familia, “hay un gran número de padres que no llevan a terapia a sus hijos luego de ser operados con un implante, esto es un error ya que el niño escucha por primera vez los sonidos pero no sabe lo que está pasando, ahí entramos nosotros para guiarlos”, ha dicho.

En este sentido la profesional ha sido enfática, “como profesionales enseñamos a identificar cada uno de los sonidos que el niño escucha por primera vez, al mismo tiempo aprenden a dar un significado a ese sonido para que luego puedan desenvolverse en el mundo”.

Según cifras de atención en terapia, el 70 por ciento de los casos con implante coclear llegan a desarrollar una vida normal luego de visitar regularmente a un especialista del lenguaje.

“El compromiso de la familia es muy importante para el desarrollo de la terapia, nosotros somos una guía pero el niño pasa la mayor parte del tiempo con sus padres, ellos son quienes deben aprender a ayudarlos” ha señalado Haro.

El implante

Según cifras del Hospital Carlos Andrade Marín (HCAM) de Quito, actualmente se tiene a 30 pacientes en lista de espera para recibir un implante coclear.

Las estadísticas del HCAM señalan que 1,7 por cada 1.000 niños nacidos en esa casa de salud padecen sordera congénita que se  detecta con el tamizaje universal.

Para poder recibir este tipo de implantes el Ministerio de Salud realiza una evaluación multidisciplinaria para determinar si una persona es candidata es este procedimiento.

Esta opción se brinda a pacientes con pérdidas auditivas neurosensoriales bilaterales severas o profundas.

Las casas de Salud en donde se realiza esta cirugía son: Hospital Vicente Corral Moscoso (Cuenca), Hospital de Niños Baca Ortiz (Quito), Hospital del Niño Francisco Icaza Bustamante (Guayaquil) y Hospital Carlos Andrade Marín (Quito-IESS). 

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