Edición Médica

Están optimizando el proceso de producción de la proteína viral.

Redacción. Quito
Investigadores de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) han creado un prototipo nacional de vacuna contra la COVID-19.
 
La ESPOL ha anunciado que en los próximos meses prevé empezar la fase de pruebas preclínicas (en roedores) con colaboración con el Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (INSPI) y la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE).
 
¿Cómo inició este proyecto ecuatoriano? En marzo del 2020 los investigadores presentaron el proyecto de creación del prototipo de vacuna a la Corporación Ecuatoriana para el Desarrollo de la Investigación y la Academia (CEDIA), entidad que les otorgó un financiamiento de 20.000 dólares, ha explicado Washington Cárdenas, jefe del Laboratorio para Investigaciones Biomédicas de la Facultad de Ciencias de la Vida de la ESPOL.
 
Con este financiamiento los investigadores analizaron la secuencia genética del SARS-COV-2, enviaron al extranjero un fragmento del virus para que sea sintetizado, crearon una plataforma genética para el fragmento sintetizado, y una vez clonado el fragmento viral en la plataforma genética, se introdujo en un cultivo celular para producir la proteína codificada.
 
De esta manera cosecharon la proteína del medio de cultivo y al momento se está purificando para los ensayos preclínicos, ha informado Cárdenas, quien diseñó todo el procedimiento a seguir a nivel genético: determinación del fragmento del virus que se debía sintetizar, creación de la matriz para el fragmento sintetizado e introdujo instrucciones genéticas a esta matriz para la correcta producción de la proteína viral.
 
Cárdenas ha señalado que todo este proyecto ha sido posible gracias a los recursos económicos otorgados por CEDIA, al personal altamente entrenado del Laboratorio de la ESPOL y a la tecnología para manipular virus a nivel genético con la que cuenta la institución.
 
La ESPOL ha informado que actualmente los investigadores están optimizando el proceso de producción de la proteína viral, es decir, buscan la forma de conseguir más proteína.
 
En este sentido, Cárdenas ha manifestado que trabajando con el presupuesto actual prevé que la vacuna estará lista para producción a mediados del año 2022.
 
El investigador ha reconocido que para esa fecha es posible que en el país buena parte de la población ya se haya vacunado con dosis traídas del extranjero, sin embargo, “hay que pensar mucho más allá… ¿Qué haremos en la próxima pandemia?, la cuestión es estar preparados y este prototipo nos lo permite”.
 
“La importancia de este trabajo radica en que, con nuestro prototipo, estamos creando una plataforma modular que no solo servirá para la actual pandemia. En el futuro se podría cambiar la secuencia genética de SARS-COV-2 y poner otra de cualquier virus del que nos interese obtener una vacuna”, ha enfatizado.
 
Cárdenas ha mencionado que este proyecto arrancó con recursos económicos otorgados por CEDIA y con fondos de la ESPOL. No obstante, debido a la naturaleza de los insumos necesarios para este tipo de trabajo, las necesidades de financiamiento son actualmente atendidas con autogestión del Laboratorio para Investigaciones Biomédicas. Por ello se requiere más apoyo financiero.
 
El dato
 
Los investigadores de la ESPOL han diseñado cuatro modelos adicionales. Dos de ellos ya empezaron a ser trabajados en el laboratorio.

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