NUEVA PUBLICACIÓN
Investigadores ecuatorianos participan en revisión internacional de recomendaciones para diagnóstico de Sars-Cov-2
Se trata de una herramienta dirigida a mejorar el manejo de la pandemia
Daniel Simancas-Racines, coordinador del posgrado de Epidemiología e Investigación en Salud de la Universidad UTE.
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Jonathan Veletanga. Quito
Investigadores del Centro de investigación en Salud Pública y Epidemiología Clínica (CISPEC) de la Universidad UTE han participado en una publicación científica en el British Medical Journal fundamental para la toma de decisiones en la pandemia de CoVID19. Se trata de
la primera revisión de alcance de las recomendaciones de pruebas diagnósticas de Sars-Cov-2.
Daniel Simancas-Racines, coautor y coordinador del posgrado de Epidemiología e Investigación en Salud de la Universidad UTE, ha dialogado con EDICIÓN MÉDICA sobre las principales conclusiones del estudio y cómo pueden ayudar a las autoridades sanitarias y del COE Nacional a tomar decisiones basadas en evidencia.
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La evidencia debe guiar las políticas y no al revés”. Por esta razón, esta revisión es una herramienta que ayuda a las autoridades a evitar el sesgo y los intereses frente a cada realidad, ha enfatizado el galeno.
Las conclusiones
Simancas y Paula Zambrano-Achig son parte de una red de investigadores iberoamericanos que ha evaluado la calidad de las guías a nivel mundial y
ha agrupado las recomendaciones relacionadas con el tamizaje y diagnóstico del Sars-Cov-2, con el fin de facilitar a los clínicos y a las autoridades la toma de decisiones entorno al manejo de la pandemia.
Simancas ha indicado que han recopilado
4.648 citas bibliográficas, de las cuales han analizado 230 documentos sobre recomendaciones de CoVID19. De este compendio han evaluado 47 trabajos que generaron 327 recomendaciones, las cuales fueron clasificadas en diferentes escenarios clínicos y epidemiológicos.
1.-
Periodo de incubación del virus y monitoreo de pacientes asintomáticos y contactos de seguimiento: la mayoría de las guías recomiendan realizar RT-PCR para evaluación de las personas en riesgo sin síntomas y contacto de casos sospechosos, posibles y confirmados de CoVID19. En cambio, las pruebas rápidas de antígeno se recomiendan como una alternativa para casos con contacto desconocido o incluso en asintomáticos. En este contexto las guías no recomiendan las imágenes diagnósticas (imagenología, radiografía y tomografía) para screening o forma rutinaria de detección de CoVID19.
2.-
Rastreo de personas sintomáticas: las pruebas PCR están recomendadas para cribado de pacientes sintomáticos y la tomografía no debe realizarse como prueba de detección y diagnóstico de la enfermedad.
3.-
Diagnóstico de personas sintomáticas después de la prueba de triaje: se recomienda realizar una RT-PCR y un examen físico; la mayoría de guías no recomiendan el uso de pruebas rápidas (serológicas basadas en anticuerpos) para el diagnóstico de la COVID19. En el caso de tener alta sospecha de infección clínica y un resultado negativo (PCR), es necesario repetir la RT-PCR.
Todas las pruebas tienen sus fallas y si hay una alta prevalencia de la enfermedad,
un resultado negativo no descarta la enfermedad (CoVID19), ha puntualizado.
4.-
Diagnóstico competitivo o diagnóstico diferencial de pacientes sintomáticos con una alta probabilidad de infección por Sars-Cov-2: se recomienda hacer hemocultivos y evaluaciones de infecciones respiratorias para descartar diagnóstico de enfermedades similares como la influenza. “En condiciones ideales si un paciente tiene síntomas respiratorios habría que descartar influenza”, ha dicho Simancas.
5. -
Seguimiento del deterioro clínico de los pacientes: se recomienda la tomografía para detectar las complicaciones, no se recomienda el uso de la radiografía (papel limitado). Para monitoreo también se recomienda otros métodos como medición de signos vitales, nivel de oxigenación, evaluación de equilibrio ácido base, electrocardiograma, entre otros.
6.-
Pacientes convalecientes: se recomienda dar de alta aquellos pacientes con ausencia de síntomas clínicos en las últimas 24 - 72 horas. “Esto es muy importante”, ha enfatizado el investigador.
7.-
Vigilancia activa y pasiva: se requieren estudios de seroprevalencia.
“En resumen,
necesitamos los tres tipos de prueba: PCR, pruebas de antígenos y pruebas serológicas, para diferentes escenarios y en diferentes contextos, a parte de los exámenes de imagen, exámenes de sangre, entre otros. Se necesitan varias herramientas para poder abordar de manera adecuada tanto la parte clínica (hospitalaria) como epidemiológica”, ha sostenido.
El académico ecuatoriano ha manifestado que este documento debe ser tomado en cuenta por las autoridades sanitarias para que
apliquen correctamente las herramientas de diagnóstico, monitoreo y control de brotes.
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De manera urgente necesitamos incrementar la capacidad diagnóstica, todas las guías recomiendan diagnóstico oportuno en diferentes escenarios y contextos clínicos… Deben estar disponibles las tres pruebas”, ha expresado.
Para el galeno, el país debe tener una política de incrementar pruebas diagnósticas, tanto PCR como de antígeno. Además, ante la imposibilidad de acceder a pruebas PCR por sus altos costos, el Estado debería establecer
un precio bajo para las pruebas con el fin de que las familias puedan acceder a ellas fácilmente.
El dato
Esta publicación es una primera revisión científica. En esta se ha encontrado que las guías de práctica clínica tuvieron
“muchas limitaciones” en su calidad metodológica. Por ello, los documentos de orientación futuros deberían incorporar un conjunto mínimo de claves metodológicas para mejorar su aplicabilidad en la toma de decisiones y aumentar la confianza de los clínicos.
Recomendaciones. Fuente: Daniel Simancas.
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