Edición Médica

Leonardo Bravo, director ejecutivo de la AFEME.

Cristina Coello. Quito
A diferencia de otras disciplinas, la de Medicina ha tenido un papel muy activo y permanente en la pandemia de COVID-19, pues tanto profesores, investigadores y estudiantes se involucraron en diferentes roles, que hasta en la actualidad son valorados tanto por la ciudadanía, como por la autoridad gubernamental.
 
Así lo ha estimado, Leonardo Bravo, director ejecutivo de la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Ciencias Médicas y de la Salud (AFEME), quien, en entrevista con EDICIÓN MÉDICA, ha recalcado que “desde el inicio de la pandemia hemos tenido una participación directa”.
 
Bravo ha recordado que, en el año 2020, cuando se decretó la emergencia sanitaria, estaban próximos a incorporar una nueva cohorte de internos rotativos de las diferentes facultades de Medicina. “En esos momentos críticos que atravesaban los servicios de salud, junto con los estudiantes decidimos participar activamente” y apoyar al sistema de salud.  
 
“Luego de ese momento tan doloroso para el país, hemos dado seguimiento (asistencial), tanto de estudiantes de pregrado y posgrado en las unidades asistenciales”, ha añadido el director.
 
En ese sentido, a partir del 2021, las instituciones educativas y sus facultades de Medicina y ramas sanitarias ha participado directamente en las campañas de vacunación. “Desde un inicio, han colaborado con estudiantes y las instalaciones de las universidades para que sean centros de vacunación, y se sigue haciendo hasta el momento”, ha manifestado Bravo.
 
Para el directivo, esas acciones de la academia han permitido evitar la propagación del virus SARS-COV-2 y en la actualidad lograr que el país retome muchas de las actividades educativas y económicas, incluida la presencialidad de estudiantes en las facultades con las debidas medidas de prevención.
 
Propiciar la investigación
 
Y si bien, seguimos en pandemia y se van retomando actividades con la venia de la autoridad sanitaria, esas decisiones están basadas en indicadores, muchos de ellos provenientes de la academia.
 
Por ello Bravo, aunque resaltó las acciones del Ministerio de Salud Pública (MSP), también ha considerado que falta apoyo a las universidades para la investigación del virus pues muchas de ellas tienen destacada capacidad. Muestra de ello es la última identificación del sublinaje de la variante ómicron en Ecuador y realizado por la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES).
 
“Eso es un gran aporte a la autoridad para la toma de decisiones y creo que seguiremos actuando de esa manera. Este no es un problema que debe ser afrontado solo por la autoridad o el gobierno, esto es un tema que debe ser abordado por diferentes entidades y en ese campo la academia tiene un papel preponderante”, ha destacado el directivo de AFEME.
 
En ese sentido ha considerado que fue una falencia el no contar con el apoyo estatal para las universidades que puedan desarrollar investigación.
 
“Lo que se ha hecho de investigación en las universidades sobre la pandemia ha sido con recursos económicos propios y las que más han podido hacerlo fueron las privadas”, ha insistido.
 
Así pues, ha considerado que no hubo contribución por parte del estado para la investigación. Es una de las responsabilidades que no ha cumplido en la pandemia: la de dar recursos a las universidades, especialmente las que tienen centros de investigación, para que puedan aportar con datos que vayan permitiendo tomar las mejores decisiones”.
 
Por ello, Bravo ha recordado que las universidades han solicitado recursos para avanzar en más investigaciones. “Hoy les corresponde a las autoridades dar respuesta. La academia está abierta a participar en estos procesos”, ha dicho.

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