Edición Médica

María Verónica Moreira y Claudia Chávez.

Jonathan Veletanga. Quito
La depresión es un trastorno mental muy frecuente y una de las principales causas de discapacidad en la sociedad. Se caracteriza por ser un trastorno del afecto o del estado de ánimo, es decir, la persona experimenta tristeza prolongada o sensación de vacío, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa, falta de autoestima, trastornos en los hábitos (sueño, apetito, falta de concentración, etc.), sensación de cansancio, alejamiento familiar o social, y pensamientos suicidas o en la muerte.
 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, no obstante, ha indicado que su prevalencia está claramente en aumento. En Ecuador, si bien no existen cifras oficiales al respecto, es una de las principales causas de las patologías psiquiátricas, ha dicho Claudia Chávez, médico psiquiatra del Centro de Atención Ambulatoria Especializado (CAAE) San Lázaro, en diálogo con EDICIÓN MÉDICA.
 
Según la OMS, “la depresión es un trastorno que se puede diagnosticar de forma fiable y que puede ser tratado por no especialistas en el ámbito de la atención primaria”. Con esto coindice Chávez.
 
“Como profesionales de salud (médicos generales, familiares, psiquiatras, etc.) debemos obligatoriamente hacer un tamizaje, sobre todo en grupos vulnerables”, como niños, adolescentes, adultos mayores, personas de bajos recursos y personas con enfermedades crónicas o antecedentes familiares de depresión, ha señalado.
 
“La relación médico-paciente es clave para identificar de manera temprana aquellos pacientes con signos de un estado depresivo. Si hago un modelo empático el paciente se va abrir y vamos a poder identificarlos”, ha insistido la especialista, quien ha sugerido a la comunidad médica trabajar en este elemento para crear un mejor vínculo con su paciente.
 
Para la psiquiatra, solo aquellos pacientes complicados deben ser referidos al especialista de salud mental, caso contrario, la depresión (leve) “debe quedarse” en el primer o segundo nivel de atención. Para ello, existen manuales y protocolos que nos ayudan a identificar y manejar al paciente.
 
En este sentido, María Verónica Moreira, psicóloga del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia, ha recalcado que los pacientes que no respondan al tratamiento o que presenten una depresión recurrente o severa, deben ser atendidos por un psicólogo y un psiquiatra (conjuntamente), ya que ellos necesitarán de medicación.
 
Por lo tanto, es fundamental capacitar a los médicos para que pueden identificar de manera temprana la sintomatología de la depresión. De esta manera, los pacientes podrán ser referidos de manera oportuna al especialista de salud mental, ha enfatizado.
 
Preguntas básicas para identificar la depresión
 
Desde hace varios años la Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus siglas en inglés) ha establecido cuatro preguntas básicas para identificar un estado de ánimo depresivo en adolescentes, independientemente del por qué ingresan a una unidad médica. Estas son: has tenido ideas de muerte, has tenido un plan concreto, te has hecho algún daño en el transcurso de las dos últimas semanas, y lo has comunicado a alguien.
 
Si bien están dirigidas a los adolescentes, también se pueden aplicarse en todos los grupos vulnerables. “No tengamos miedo a preguntarle a un paciente estas preguntas básicas. Nuestro deber es preguntar”, ha recomendado Chávez.
 
Moreira y Chávez han sostenido que visibilizar la depresión como problema importante de salud pública, ayudará a que los pacientes busquen apoyo médico lo antes posible y, sobre todo, que superen el trastorno.  
 
Prevención de la depresión
 
Las especialistas han explicado que la depresión es un trastorno multifactorial, es decir, provocado por la combinación de varios factores, entre ellos, genéticos, biológicos, psicológicos, ambientales y sociales. Por lo tanto, es prevenible si se controlan muchos de estos factores. Sin embargo, la mayoría de los pacientes acuden al médico cuando presentan síntomas físicos, lo que conlleva a que muchos de ellos desarrollen un depresión crónica o recurrente.
 
El principal motivo por el cual las personas con depresión no acuden de manera temprana al médico es el desconocimiento del trastorno y de sus síntomas. El estigma que tiene este problema de salud es otro de los factores que también influye. Por ello, el paciente intenta de alguna forma adaptarse a esta condición, “fracasando en la mayoría de los casos”, ha mencionado Chávez.
 
“La mayoría de los casos de depresión son prevenibles. La idea es trabajar en este ámbito”, ha insistido Moreira. A decir de la psicóloga, se puede hacer prevención primaria y secundaria educando sobre salud mental. “Hablar sobre los trastornos mentales permite crear un modelo preventivo, además, mejora la identificación temprana de los pacientes”.
 
Asimismo, para prevenir y superar este trastorno es importante trabajar a nivel conductual, familiar y educativo, a fin de crear factores protectores y reducir los factores de riesgo, ha agregado.
 
El dato
 
El 13 de enero se celebra el Día Mundial de Lucha contra la Depresión.
 
Hoy en día existen tratamientos eficaces para la depresión leve, moderada y grave. Por ejemplo, se pueden ofrecer tratamientos psicológicos (activación conductual, terapia cognitiva conductual y psicoterapia interpersonal), además de medicamentos antidepresivos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y los antidepresivos tricíclicos. El uso de cada terapia dependerá del estado del paciente y del análisis realizado por el especialista.

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