Edición Médica

Redacción Quito
Un buen día me encontraba dando vueltas en cómo enfocar nuestra tarea en Uniteco. Un director general siempre tiene que estar explorando nuevas vías de actuación, nuevas sendas que marcar al inmenso capital humano que depende de tu liderazgo.

Siempre me ha apasionado la profesión médica, sinceramente. En lo personal, en un momento de mi vida un poco complicado físicamente, tuve que poner mi cuerpo en sus manos y delegar en su buen hacer. Menos mal que ese salto de fe, del que hablaban en Indiana Jones, yo lo hice sin vacilar ni lo más mínimo porque sé que el profesional de la salud lo es, con una fuerza sobrehumana que le guía, y tiene un espíritu vocacional que solo algunas profesiones contienen de una manera pura y cristalina.

Envidia sana, pensé en un primer momento… cómo alguien puede tener tan claro que su misión en la vida es aliviar el dolor a los seres semejantes que le rodean. Pero luego miré a mi alrededor, busqué y encontré el ejemplo de mi padre. Trabajador como no hay otro igual, capaz de encontrar en su camino la manera de proteger a los que cuidan de todos nosotros. Al igual que en el Ecuador, mi padre ya había vivido unas reformas legislativas en España, que de una forma más o menos acertada dejaban al médico en una posición muy vulnerable. La pasión que él puso para poder llevar a cabo las innumerables horas de conversación y negociación, que le llevaron a firmar la primera póliza de responsabilidad civil en España. Esa determinación le guió al éxito, no dinerario sino de conciencia. Seguro de saber que estaba protegiendo a aquellos que dan su vida por los demás le hizo dormir más tranquilo, aun con la carga que portaba en sus espaldas.

Honra a tus padres, reza uno de los mandamientos. Y en Uniteco no nos cansaremos nunca de promulgar tan bella acción siempre que se pueda, más cuando tiene tanta razón. Años de sacrificio, duro trabajo y protección al más alto nivel. Esa pasión y determinación que he aprendido en casa, no puedo hacer otra cosa que replicarla en mi organización.

Determinación por ser maestros del seguro, determinación para negociar y conseguir todas las coberturas que necesiten nuestros profesionales médicos. Porque cuando ellos ejercen su profesión tranquilos, los pacientes estamos seguros, y al revés, cuando los médicos están seguros, atienden pacientes tranquilos. Es una de las maneras que tenemos para poder devolverles la encomiable acción vital que realizan por todos nosotros. Son el sustento de la sociedad porque sin salud no tenemos nada: sin salud el tiempo no sirve y mucho menos el dinero. Ellos han encomendado su vida a curarnos, y nosotros hemos encomendado nuestra vida a su protección, a todos los niveles. Estamos orgullosos de ello y nos levantamos cada día para hacer más grande esta familia transoceánica. No son clientes, son miembros de una familia que protegemos, protegeremos, defendemos y defenderemos con pasión y determinación, hasta nuestro último aliento.