Edición Médica

Alberto Cadena, presidente nacional y Miguel Terán, vicepresidente de Asuntos Externos de AEMPPI.

Cristina Coello. Quito
La formación continua es una condición ‘sine qua non’ de un médico y en ese sentido desde el pregrado la Asociación de Estudiantes de Medicina para Proyectos e Intercambios (AEMPPI), se ha enfocado en fomentar la capacitación de sus miembros.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Alberto Cadena, presidente nacional AEMPPI, y Miguel Terán, vicepresidente de Asuntos Externos, han compartido las dinámicas y proyectos que la organización está implementando para mejorar la educación y la práctica profesional de los futuros médicos en el país.
 
Los dos estudiantes han resaltado que la enseñanza continua es vital y para ellos AEMPPI se ha posicionado como un pilar en la formación integral de los estudiantes de Medicina.
 
El programa emblemático de esta asociación de estudiantes es el de los intercambios internacionales, que permite a los estudiantes participar en investigaciones y prácticas clínicas en otros países. Actualmente, AEMPPI mantiene 23 organizaciones locales activas en diversas ciudades del país, que involucran a cerca de 3000 miembros, desde el primer semestre hasta el internado rotativo.
 
“Manejamos de 50 a 70 intercambios al año”, ha informado Cadena, estudiante de la Universidad de las Américas, quien además destacó la importancia de estas experiencias en la formación de los estudiantes.
 
Por su parte, Terán ha sostenido que otro enfoque muy importante para AEMPPI es “mejorar la capacitación o enseñanza continua” de los estudiantes. Explicó que su objetivo es “brindar un apoyo externo a los estudiantes más allá del currículo”, abarcando temas que van más allá de la medicina convencional.
 
Esa perspectiva se traduce en un catálogo de talleres y proyectos que promueven el desarrollo de habilidades blandas y académicas, esenciales para un médico integral, ha añadido Cadena.
 
En ese sentido, los dos dirigentes han mencionado que además de los intercambios, AEMPPI promueve proyectos comunitarios que no solo benefician a los estudiantes de medicina, sino que se extienden a la población en general.
 
Cada organización local ejecuta entre uno y dos proyectos por mes, sumando aproximadamente 66 iniciativas mensuales con la participación de 10 a 20 estudiantes por proyecto. Estos proyectos son variados y responden a las necesidades específicas de cada comunidad, ha recalcado Cadena.
 
Pero Cadena ha dejado claro que la asociación también se preocupa por la calidad de su educación, empleando métricas evaluables para garantizar la eficacia de los programas. “Medimos indicadores de calidad. Queremos saber no solo que los chicos están aprendiendo, sino cómo lo están haciendo”, ha manifestado.
 
Un ejemplo emblemático de estas iniciativas es el proyecto ‘Tedy Bear’, que busca disminuir el miedo de los niños hacia el médico. A través de simulaciones donde los niños pueden realizar “cirugías” a sus peluches, se busca generar un ambiente de confianza. Este proyecto, que ha sido avalado por la IFMSA (International Federation of Medical Students' Associations), se va implementado en varias ciudades. Actualmente se ejecuta en Quito y Cuenca, y continuará en otros lugares como Guayaquil.
 
Con estas iniciativas, AEMPPI no solo está promoviendo una medicina más humanizada y preventiva, sino que también busca formar médicos que sean agentes de cambio en sus comunidades, capaces de abordar no solo enfermedades transmisibles, sino también enfermedades no transmisibles como diabetes e hipertensión han añadido los estudiantes.
 
Tanto Cadena como Terán han recalcado en compromiso de AEMPPI con la salud de la población y la formación de profesionales de la salud “más completos y capacitados”.

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