SITUACIONES COMPLEJAS
La pandemia ha impactado significativamente la vida personal y laboral de las académicas y científicas ecuatorianas
Estudios evidencian los primeros efectos de la crisis
Miércoles, 21 de octubre de 2020, a las 12:40
Claudia Segovia, de la REMCI, y Silvana Tapia, de la Universidad del Azuay.
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Jonathan Veletanga. Quito
Sin duda alguna la pandemia de la CoVID19 ha tenido
un fuerte impacto en los aspectos personales y laborales de las mujeres de todo el mundo. Esta situación ya ha sido advertida por varios estudios internacionales enfocados en las mujeres académicas y científicas.
“Incluso vamos a ver el gran impacto cuando pase la pandemia.
Ahora estamos viendo las tendencias que se están generando”, ha manifestado
Claudia Segovia, cofundadora de la Red Ecuatoriana de Mujeres Científicas (REMCI), en diálogo con EDICIÓN MÉDICA.
Impacto en Ecuador
Para conocer este impacto en las mujeres científicas del país, la REMCI ha realizado una
encuesta en el mes de abril, la cual ha evidenciado los
primeros efectos de la pandemia en la vida de las académicas. El principal hallazgo es que la CoVID19 ha hecho que asuman una triple carga laboral (trabajo, familiar y emotiva o mental) en un solo ambiente (en el hogar), lo que empieza a generar una reducción en el nivel de producción científica.
“Toda esta carga ha sido y sigue siendo difícil de manejar para muchas mujeres… esto ha hecho que nuestro nivel de producción se reduzca, sin embargo, los estándares que nos pide la Senescyt, el CES y las diferentes organizaciones se siguen manteniendo, lo que obviamente nos perjudica a mediano y largo plazo a la carrera de las mujeres en ciencia y en academia", ha sostenido Segovia, quien ha considerado que si antes de la pandemia era complicado y un desafío hacer ciencia en el país,
ahora es mucho más complejo.
REMCI está planificando realizar nuevamente la encuesta para analizar cómo han cambiado las tendencias encontradas a lo largo de estos meses.
Otros aspectos que ha revelado la encuesta es que las científicas asumen más tiempo para los trabajos de hogar, cuidado y educación de sus hijos en comparación de los hombres; además, si bien se encuentran trabajando en investigación,
muy pocas son directoras de proyectos, es decir, “están involucradas en investigación como codirectoras, coinvestigadoras, asistentes, tesistas y solo una proporción pequeña como directoras”.
Otra tendencia es que la participación de las mujeres en webinars es alta como asistente, pero
baja significativamente en relación a mujeres panelistas, expositores y moderadoras. “Esto nos preocupa porque es sumamente importante que la voz de las mujeres sea incluida, más aún en época de pandemia y crisis”, ha enfatizado la investigadora.
Asimismo se ha encontrado que muchas de las academias estaban asociadas de manera ocasional en universidades y centros de investigación, por lo que debido a los cortes presupuestarios
han perdido su trabajo. “Esto ha llevado a que muchas de nuestras académicas o científicas, al menos de los comentarios recibidos, hayan perdido su trabajo o reducido su ingreso familiar”, ha agregado.
Para Segovia,
estos resultados deben ser tomados en cuenta por las autoridades con el fin de analizar la pandemia desde diferentes perspectivas e incluir el aspecto de género en las políticas públicas e institucionales.
Con esto ha coincidido
Silvana Tapia, profesora de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad del Azuay, quien lidera un estudio que analiza cuál ha sido la
magnitud y naturaleza del impacto de la pandemia en las vidas de mujeres académicas y científicas ecuatorianas durante la época de confinamiento, en términos de su uso del tiempo, sus derechos económicos y su derecho a una vida libre de violencia.
En la primera fase del estudio (cualitativa) se han realizado entrevistas a profundidad con mujeres científicas y el seguimiento de 90 cuentas de Twitter de académicas y científicas. Actualmente se encuentra en la fase cuantitativa, por lo que las investigadoras han publicado
una encuesta que permanecerá abierta hasta alcanzar la totalidad de la muestra del estudio.
De acuerdo a los resultados cualitativos preliminares, se está confirmado lo anticipado por los estudios internacionales, es decir, que “
hay un impacto en la producción científica de las mujeres, tanto en la posibilidad de recoger datos y hacer investigación como de publicar”, ha adelantado Tapia, quien ha señalado que ya se ha visto un reducción de trabajos científicos.
También se ha visto que los empleadores de las científicas (universidades públicas y privadas, en su mayoría)
no han implementado políticas institucionales diseñadas para aliviar el impacto desigual que ha tenido la pandemia sobre las mujeres. A nivel de política pública, tampoco se ha dado una respuesta que considere el tema de género y la crisis que atraviesa el país, ha advertido la investigadora.
Adicionalmente se ha encontrado un
alto nivel de violencia de género en redes sociales contra las científicas que manifiestas sus criterios de cómo debe ser gestionada y manejada la pandemia a nivel de política pública.
“El impacto negativo de la pandemia sobre las mujeres científicas
es un problema para toda la comunidad. Perdemos muchísimos recursos y criterios de personas muy competentes al permitir que haya tanta violencia de género y sobrecargas tan significativas de trabajo sin compensación. Estamos disminuyendo la capacidad y aporte científico de nuestro país en general”, ha sostenido Tapia.
Por estas situaciones, Segovia y Tapia han hecho un llamado al Estado y a las instituciones públicas y privadas para que busquen soluciones concretas a estos problemas, ya que podrían generar una posible
fuga de cerebros de las mujeres científicas y académicas.