REVISIÓN CIENTÍFICA
Las pruebas no son concluyentes sobre los efectos del zinc para tratar y prevenir el catarro
Revisión sugiere que tomar zinc podría acortar ligeramente el catarro
Los productos de zinc se han comercializado desde la década de los 80.
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Redacción. Quito
Una nueva revisión de la red internacional Cochrane ha señalado que tomar zinc podría ayudar a reducir la duración de los
síntomas del catarro en unos dos días, pero las pruebas no son concluyentes y los posibles beneficios deben sopesarse con los efectos secundarios.
En un comunicado oficial, la red ha explicado que el equipo de investigadores analizó 19
ensayos en humanos que evaluaron el zinc como tratamiento y 15 que lo evaluaron como medida preventiva. Identificaron mucha variación entre los distintos estudios en cómo se administró el zinc, qué cantidad se administró, cómo se definió un "catarro" y qué se midió.
Cabe recordar que, desde la década de 1980, los productos de zinc se han comercializado como tratamientos del catarro y son especialmente populares en Estados Unidos. El zinc es un
mineral esencial que se encuentra de forma natural en muchos alimentos y tiene una función inmunitaria. La mayoría de las personas de
países de ingresos altos obtienen suficiente zinc de la alimentación, aunque el envejecimiento y ciertas enfermedades crónicas pueden provocar deficiencias.
La teoría en la que se basan las pastillas, los espráis y los jarabes de zinc es que el zinc podría interferir con la
replicación del virus cuando entra en contacto con las partículas víricas de la nariz, la boca y la garganta. Se ha demostrado que el zinc interfiere con la replicación vírica en
placas de Petri y en ratones, aunque esto por sí solo no confirma si funcionará en personas.
¿Resulta útil el zinc para prevenir o tratar el catarro?
Según ha informado Cochare, ocho estudios con 972 participantes analizaron el zinc como tratamiento para reducir la duración del catarro. La combinación de estos estudios produjo
baja certeza de que podría ayudar a reducir la duración en unos dos días, con respecto a una duración media de una semana en los grupos que recibieron placebo.
La revisión no ha encontrado pruebas sólidas que permitan concluir que el tratamiento con zinc afecta a la intensidad de los
síntomas catarrales. Los estudios de prevención no mostraron evidencia clara de beneficio de tomar zinc antes del inicio de un catarro; quienes tomaron zinc de forma preventiva tuvieron desenlaces similares a quienes no lo hicieron.
Los
efectos secundarios habituales del zinc comunicados en los ensayos incluyeron problemas intestinales, náuseas y sabor desagradable. No hubo evidencia clara de efectos secundarios más graves resultantes directamente del zinc.
"Quienes consideren el zinc como tratamiento del catarro deben ser conscientes de la limitada base de pruebas y de los posibles efectos secundarios", ha advertido
Daryl Nault, profesora adjunto de Salud integral de la
Universidad de Maryland y autor principal de la revisión.
Además, ha añadido que "en última instancia, cada persona debe decidir si el riesgo de los posibles efectos secundarios molestos compensa el posible beneficio de acortar la enfermedad un par de días".
De allí que, se ha insistido en que el mejor consejo sigue siendo
consultar con el médico e informarle de cualquier suplemento que se ingiera. “Aunque existen muchos ensayos que investigan el zinc, los enfoques varían, por lo que es difícil establecer conclusiones con certeza", ha comentado Nault.
El tipo y la dosis ¿influyen?
Cochrane ha informado además que los ensayos incluidos en la revisión variaron de muchas maneras, incluido el
tipo de zinc, la dosis administrada, si se tomó como pastilla para chupar o como espray nasal, y cómo se midieron e informaron los desenlaces.
Algunos ensayos tomaron mediciones durante una ventana de tiempo fija y preguntaron a los participantes si continuaban
resfriados al final. Otros midieron el tiempo desde que empezaron hasta que se resolvieron los síntomas, aunque cada estudio definió esto de manera ligeramente distinta. Pocos estudios controlaron el estado de los síntomas por separado, como el
dolor de garganta, la tos o la fiebre, por lo que no hubo suficiente evidencia para establecer conclusiones fiables sobre síntomas concretos.
"La evidencia sobre el zinc dista de estar clara: necesitamos más estudios antes de estar seguros de sus efectos", ha añadido
Susan Wieland, profesora adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland y autora sénior de esta revisión.
Wieland, ha sugerido que con los futuros estudios deberían adoptar
métodos estandarizados de administración de tratamientos y cómo informar sobre ellos, de definición de desenlaces y cómo informar sobre estos. “Los futuros estudios centrados en tipos y dosis de productos de zinc más prometedores y que utilicen métodos estadísticos adecuados para evaluar desenlaces importantes para los pacientes nos permitirán comprender si el zinc podría tener cabida en el tratamiento del catarro".