Edición Médica

Participantes del conversatorio Inmunidad contra la COVID.

Jonathan Veletanga. Quito
La Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) ha desarrollado el conversatorio “Inmunidad contra la COVID: desde la vacunación al manejo de sus consecuencias a largo plazo”, donde expertos de la academia y sociedades científicas han conversado y analizado la situación actual del virus desde la genómica, la epidemiología local y regional, COVID prolongado (su prevalencia y complicaciones), recomendaciones actuales para su diagnóstico y manejo actualmente, impacto de la enfermedad en población infantil y recomendaciones regionales de inmunización.
 
Como producto de este “magno evento y con la contribución de los participantes, se está elaborando un comunicado para las autoridades de Salud a fin de disminuir la carga de la enfermedad, mejorar el acceso a inmunización y prevenir las consecuencias a futuro de la COVID recurrente”, ha informado Enrique Terán, PhD en Farmacología, docente de la USFQ, quien estuvo encargado de las conclusiones y recomendaciones finales del conversatorio.
 
En entrevista con EDICIÓN MÉDICA, Terán ha señalado que hay dos grandes brechas que preocupan frente a la pandemia. La primera es que no se ha hecho un seguimiento adecuado al proceso de vacunación, el cual “paulatinamente se volvió absolutamente inefectivo”.
 
Así, la cobertura de vacunación contra COVID-19 se redujo significativamente: de más del 80 por ciento en la primera dosis, a pasar a un 75 por ciento en la segunda dosis, a un 56 por ciento en la tercera dosis (primer refuerzo) y a un 14 por ciento en la cuarta dosis (segundo refuerzo). A esta situación se suma que los infantes solo recibieron dos dosis y que apenas se trajeron al país alrededor de 290.000 dosis de vacuna bivalente para los grupos de alto riesgo, a pesar de que “toda la población, incluyendo la pediátrica, sigue en riesgo”.
 
El segundo, es que el país no se está preparando para el manejo de las secuelas de la COVID-19, tanto en adultos como en niñas y niños. “El COVID prolongado está generando una carga en salud pública y, parecería ser, que las autoridades desconocen o no quieren abordar este tema”.
   
Por estas razones, este grupo de expertos (conformado por académicos, investigadores y miembros de las asociaciones médicas y científicas) aspira enviar en consenso, una serie de recomendaciones en relación a 4 ejes: 

• - El virus sigue presente en el país con diferentes mutaciones y todavía causando hospitalizaciones y muertes.
• - La memoria inmunológica no es la adecuada para la mayoría de la población, ya que ha pasado más de un año desde que recibieron su última vacuna; en población infantil se vuelve más preocupante porque no tuvieron acceso a los refuerzos y los niños menores de 5 años no han tenido acceso a vacunas frente a COVID-19.  
• - El COVID prolongado es una consecuencia presente en la población ecuatoriana y está siendo poco atendida por falta de conocimiento.
• - Se necesita rescatar la cultura vacunal y la importancia de la inmunización actualizada como una herramienta de prevención para cualquier tipo de problema posterior. 

Para abordar todos estos aspectos, urge que el Ministerio de Salud Pública (MPS) defina lineamientos apropiados y alcance “un esquema vacunal actualizado” basado en recomendaciones internacionales y en nuevas estrategias de vacunación para los grupos sensibles y para aquellos menores que aún no han sido vacunados.
 
“El uso de las vacunas de ARNm, cualquiera de ellas, puede ser la mejor estrategia y, sobre todo, puede tener sostenibilidad a lo largo del tiempo”. Por lo tanto, debe ser parte de un esquema periódico de vacunación, como sucede con influenza, ha enfatizado.
 
Actualmente, las vacunas actualizadas de ARNm ya están autorizadas para niños mayores de 6 meses, niños que no han sido vacunados antes, niños mayores a 5 años, mujeres embarazadas y adultos en general.
 
En este contexto, Terán ha manifestado que también se debe solventar la falta de disponibilidad de la vacuna actualizada a nivel privado para ampliar la posibilidad de que quienes quieran vacunarse, puedan hacerlo por cuenta propia. “Frente a la falta de vacunación por parte de la autoridad nacional, creo que debería liberarse la comercialización de estas vacunas”.  
 
Entonces, las autoridades de salud deben actuar de forma responsable para no lamentar las consecuencias de la COVID-19 y sensibilizar sobre inmunización responsable a la población. “La pandemia no ha terminado… sigue siendo una preocupación de salud. Por ello hay que tomar las acciones correctivas necesarias para dar a la población mecanismo adecuados de protección”, ha concluido.

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